Florentino Pérez mima a Raúl, a quien quiere sí o sí de vuelta en el Real Madrid

A pesar de querer mantenerse en un segundo plano, no pudo escapar a los focos del Clásico. Mientras los protagonistas actuales acaparaban la atención sobre el césped del Bernabéu, uno que lo fue hasta hace cuatro años lo presenciabadesde un asientopreferencial en el palco. Raúl González Blanco volvía a la que fue su casa durante 16 años para ver el Madrid-Barça. Florentino Pérez no quiso desaprovechar la visita del que fuera capitán blanco y, una vezmás,encontró la manera de agasajarle pensando en el futuro. El presidentele regaló un reloj y una camiseta firmada por todos sus compañeros. En la espalda no figuraba el ‘siete’ que tantas veces se señaló cuando marcaba, sino un ‘veinte’.

El próximo miércoles se cumplirán dos décadas del debut de Raúl con el Real Madrid. No fue un estreno redondo porque los blancos cayeron frente al Real Zaragoza (3-2), pero el madrileño dejó destellos de calidad y de lo que estaba por venir. Jorge Valdano confió en aquel joven delantero enjuto que despertaba la curiosidad de propios y ajenos. Con el descaro habitual del que se quiere comer el mundo, puso a prueba los reflejos de Cedrún. Aquella noche le ganó la batalla a un Raúl que se encargó de invertir la situación en sus posteriores visitas a La Romareda. Curiosamente, el estadio zaragozano fue testigo del último gol del ‘siete’ con la camiseta del Real Madrid.

Semejante onomástica no pasó por alto en el Bernabéu. Minutos antes de que comenzase el Clásico, los presentes disfrutaron de un vídeo en el que se rememoraron los mejores momentos de Raúl vestido de blanco. Lo que muchos no sabían es que en los prolegómenos del encuentro, Florentino sorprendió al excapitán con un pequeño e íntimo homenaje. En declaraciones a los medios oficiales del club, el delantero confesaba que fue“un momento muy especial, no me lo esperaba. El club ha tenido un gran detalle. Sólo tengo palabras de agradecimiento por esta sorpresa; este detalle me hace sentir más aún que esta es mi casa”.

Lo cierto es que este gesto es el último de un Florentino Pérez que quiere volver a ver a Raúl formando parte del Real Madrid. La primera vez que ambos se sentaron con la oferta sobre la mesa fue el verano de 2013 con motivo del homenaje-despedida que el club blanco brindó al que fue su capitán. El presidentele trasladó su intención de asegurarle un sitio preferente en el organigrama de la entidad, pero en aquel momento por la cabeza de Raúl sólo pasaba la idea de seguir jugando en Qatar. La escena se repitió a principios del presente año con motivo del partido amistoso que disputó el Madrid en Doha.

Una vez más, y tras asimilar la propuesta, el delantero madrileño optó por seguir haciendo lo que más le gusta: jugar al fútbol. Tras acabar su contrato con el Al Sadd, a partir del próximo enero formará parte de la plantilla del Cosmos de Nueva York durante las dos próximas temporadas. No sería la última vez que Florentino le abriese las puertas de par en par. El pasado mes de mayo, con motivo de la final de Champions que disputaron Real Madrid y Atlético, Raúl se convirtió en uno de los invitados de honor del club blanco. En Lisboa, Florentino reiteró el deseo de verle de vuelta en la que fue su casa y lo cierto es que en la mente de Raúl sí figura la idea de volver al Real Madrid en un futuro más o menos próximo.

Florentino quiere recuperar a uno de los símbolos del club para reforzar la parcela deportiva del equipo con exjugadores de la casa. Y esta es la principal baza del presidente para que Raúl recorra el camino que ya han atravesado hombres como Zinedine Zidane, Fernando Hierro y otros excompañeros del delantero madrileño. La elección del defensa andaluz para que ocupe el puesto de ayudante de Ancelotti ha sido bien recibido por la vieja guardia madridista. Ha sido considerado como una vuelta al pasado, a los valores clásicos del Real Madrid. Y ahí es donde Raúl encaja a la perfección. Sólo falta saber si el club blanco tendrá la paciencia suficiente para aguantar las ganas del excapitán de seguir viviendo del balón.