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Gerard Piqué abraza la bandera de España semanas después de ‘renunciar’ a la Roja
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el central no se baja de la selección

Gerard Piqué abraza la bandera de España semanas después de ‘renunciar’ a la Roja

Tras el Mundial tenía previsto renunciar a la Selección. Dio marcha atrás y ahora abraza la Roja, aunque apuesta por la consulta. La independencia es otra cosa

Foto: Del Bosque y Piqué, durante un entrenamiento de la Selección (EFE)
Del Bosque y Piqué, durante un entrenamiento de la Selección (EFE)

Quedó marcado en el Mundial de Brasil. La imagen, última que quedó en la retina de los españoles, de Gerard Piqué sentado -o lo que fuera- en el banquillo de los suplentes le dejó en muy mal lugar. A ojos de la afición y de la Real Federación Española de Fútbol. Su actuación y las críticas recibidas le hicieron meditar profundamente sobre su futuro como internacional español. El defensa central tenía meditado cerrar su etapa en la Roja, pero su entorno le hizo ver, como informó este periódico, que su cuenta corriente podía verse seriamente dañada si dejaba de acudir a la llamada de España. En Luxemburgo ‘abrazó’ públicamente la bandera española, pero dejando claro que apoya la consulta catalana. Lo de la independencia es otro debate…

Del Bosque y su equipo de trabajo inició un 'casting' de centrales en la pasada convocatoria -Francia y Macedonia- citando a Mikel San José. El zaguero del Athletic, que no es titular indiscutible, se coló ante el déficit que tiene el fútbol español en esta demarcación, según explicó el seleccionador. Mientras no recuperen su mejor nivel algunos, como es el caso de Íñigo Martínez, y no aparezca alguno de nueva generación, Piqué continuará siendo un fijo para el técnico salmantino. Sabe que en este período de renovación no puede hacer la transición sin el futbolista del Barcelona.

Fue por ello que semanas después del Mundial, cuando la marejada había amainado, Del Bosque y los suyos se acercaron a Piqué para conocer sus planes y, al mismo tiempo, hacerle ver que continuaba siendo un futbolista importante para el equipo. Éste meditó, escuchó a sus más allegados y decidió finalmente agarrar la mano abierta que le tendieron desde Madrid. Algunos contratos publicitarios podían verse seriamente dañados si dejaba de vestir la camiseta roja de España. No es lo mismo ser integrante de la mejor Selección de los últimos que no serlo.

Del Bosque siempre ha tenido en buena estima a Piqué. El seleccionador siempre ha dedicado palabras cariñosas al defensa del Barcelona. Le necesita en estos momentos y por ello ha preferido olvidar y perdonar algunos episodios del pasado. Algunos comportamientos de Gerard no fueron los adecuados en determinados momentos, pero tras dialogar las partes, se marcó una raya para iniciar una nueva etapa. El tiempo dirá si el seleccionador ha logrado recuperarle para la causa de manera definitiva.

Quiso dejar bien claro Piqué en Luxemburgo que está a favor de la consulta, pero recalcando que “yo no pido la independencia”, tratando de zanjar de una vez por todas el debate abierto por él mismo, sobre todo cuando aplaudió una aparición de Artur Mas en La Sexta. El central quiere seguir defendiendo los colores de España porque “si no lo sintiera, no estaría aquí. Es único estar en la Selección y formar parte de esta plantilla”. Si algún día Cataluña es independiente, de sobra es sabido que Gerard abrazaría su bandera y pondría el punto y final a su periplo como futbolista de España.

Esta temporada se presenta como crucial para Piqué. Luis Enrique, probando y rotando sin parar en estas primeras semanas de temporada, no ha apostado con fuerza por Gerard. Por el momento no ha recuperado aquel nivel excelso que le convirtió en uno de los mejores centrales del mundo. El técnico asturiano, y el vestuario está avisado, quiere imponer una férrea disciplina en todos los ámbitos, y sabe que el zaguero está bajo sospecha desde hace tiempo por parte del club. Ya fue ‘marcado’ por Pep Guardiola en su momento, partidario de su venta, y ahora deberá ganarse a un Luis Enrique firme a la hora de tomar decisiones. En el Barcelona no tiene el puesto fijo, pero con España es diferente. Al menos por ahora.

Quedó marcado en el Mundial de Brasil. La imagen, última que quedó en la retina de los españoles, de Gerard Piqué sentado -o lo que fuera- en el banquillo de los suplentes le dejó en muy mal lugar. A ojos de la afición y de la Real Federación Española de Fútbol. Su actuación y las críticas recibidas le hicieron meditar profundamente sobre su futuro como internacional español. El defensa central tenía meditado cerrar su etapa en la Roja, pero su entorno le hizo ver, como informó este periódico, que su cuenta corriente podía verse seriamente dañada si dejaba de acudir a la llamada de España. En Luxemburgo ‘abrazó’ públicamente la bandera española, pero dejando claro que apoya la consulta catalana. Lo de la independencia es otro debate…

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