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Hace ya 'un año' que el Tata Martino se marchó del banquillo del Barcelona
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EN LA QUINTA JORNADA, TRAS GOLEAR AL RAYO

Hace ya 'un año' que el Tata Martino se marchó del banquillo del Barcelona

Fueron siete minutos de preguntas después de ganar holgadamente 0-4 en Vallecas. Y un buen puñado de las cuestiones que sorprendieron al técnico argentino

Foto: Gerardo Martino, en su etapa como entrenador culé.
Gerardo Martino, en su etapa como entrenador culé.

Fueron siete minutos de preguntas después de ganar holgadamente 0-4 en Vallecas. Y un buen puñado de las cuestiones apuntaban hacia el hecho de que el Rayo había tenido más posesión que el FC Barcelona. Era la primera vez en los últimos316partidos (cinco años y cuatro meses) que ocurríay la Prensa le trasladó esa ‘preocupación’ para algunos, ‘anécdota’ o ‘curiosidad’ para otros. La cabeza de Tata Martino, sin embargo, no estaba ni para pensar en esa estadística; por no estar, la cabeza del Tata no estaba ni en Vallecas, estaba todavía en Argentina, donde hacía 24 horas había enterrado a su padre. Confundido -quizás decepcionado- por aquella rueda de prensa de la calle Payaso Fofó, poco después el técnico rosarino comunicó a la directiva que a final de temporada se marcharía del Barça: “No me preguntó nadie por cómo estaba”.

El actual seleccionador de la albiceleste entiende el fútbol como una manera de vivir. Y, como tal, busca ser feliz, estar cómodo y a gusto con lo que le rodea. Hay quien asume que el precio por tener un cargo como el de entrenar a un gigante del fútbol debe ser alto, y que las críticas vienen con el sueldo. Pero el Tata no lo ve así, al menos si las críticas no las comparte en la forma y en el tiempo. Para él, llegar de Argentina con un martillazo en el corazón era más importante, desde luego, que perder la posesión 51-49. Tanto que ese día pensó en poner un límite a su estancia en la Ciudad Condal. Es lo malo –o bueno- de no separar la vida laboral de la personal.

En una entrevista que concedió la semana pasada al diario argentino La Nación, el Tata, sin nombrarlo, recordó precisamente su visita al Campo de Vallecas como un punto de inflexión para él en el aspecto privado, cuando comenzó a recibir las primeras críticas como entrenador culé. “El equipo había hecho varios goles en cada partido, teníamos 19 a favor, y 4 o 5 en contra. Y cuando pasó eso (recibir críticas), que creo que fue la quinta jornada, empecé a pensar que todo iba a ser difícil. Porque no había un elemento como para llegar a eso. Por otra parte, en Barcelona se da mucha importancia a qué se gana; no todo se festeja igual. Y tiene que ver también la talla del rival. Yo era demasiado desconocido cuando llegué. A mí me sorprendió el grado de desconocimiento que había hacia mi persona. El desconocimiento puede venir del señor que atiende el supermercado… pero no de quien trabaja de esto”. Además de los cuatro goles, Martino hubiera querido algo de tacto o afecto.

“Vigilado permanentemente” dentro del Barça

Su paso por el conjunto azulgrana “me va a servir mucho, porque es convivir con algo en lo que eres noticia permanentemente. Habrá cosas que cuando pasen no me van a sorprender. Aquello no tuvo nada que ver con el fútbol en sí, pero sí con el entorno, la exposición. Uno se siente vigilado permanentemente, por cosas que a veces pasaban y otras no”, explicaba el Tata en la mencionada entrevista, dejando claro que su adiós fue por lo que ocurría fuera del vestuario, en el “entorno” de éste y, según consta a El Confidencial, dentro del mismo FC Barcelona.

Porque en lo deportivo, Martino ‘alucinó’ con las instalaciones que el FC Barcelona tenía, sorprendido en sus primeras visitas de la infraestructura y dimensión que un equipo de fútbol podía adquirir. Y es que estaba sentado en el sillón de uno de los mejores ‘despachos’ del mundo. Además, por supuesto, de tener el privilegio de conducir a un club con una proyección infinita que posibilita aspirar a prácticamente cualquier título cada año. Quizás tanta magnitud se hace incompatible con la familiaridad que le gusta al Tata, de la que disfrutó con sus futbolistas. “Había un día a día que era convivir con los jugadores y eso me gustaba, eran chicos macanudos con los que podíamos hablar de fútbol, pibes muy reconocidos pero muy sencillos. Eso atenuaba todo”.

Este domingo se cumplió un año desde que Gerardo Daniel Martino empezó a irse del Barça. El equipo de Luis Enrique lo ‘celebró’ con una goleada similar a la de Vallecas, un 0-5 ante el Levante, y el actual ‘DT’ de Argentina lo hizo en su casa, rodeado de los suyos y sin echar de menos a nadie, salvo a su padre.

Fueron siete minutos de preguntas después de ganar holgadamente 0-4 en Vallecas. Y un buen puñado de las cuestiones apuntaban hacia el hecho de que el Rayo había tenido más posesión que el FC Barcelona. Era la primera vez en los últimos316partidos (cinco años y cuatro meses) que ocurríay la Prensa le trasladó esa ‘preocupación’ para algunos, ‘anécdota’ o ‘curiosidad’ para otros. La cabeza de Tata Martino, sin embargo, no estaba ni para pensar en esa estadística; por no estar, la cabeza del Tata no estaba ni en Vallecas, estaba todavía en Argentina, donde hacía 24 horas había enterrado a su padre. Confundido -quizás decepcionado- por aquella rueda de prensa de la calle Payaso Fofó, poco después el técnico rosarino comunicó a la directiva que a final de temporada se marcharía del Barça: “No me preguntó nadie por cómo estaba”.

Luis Enrique Noticias de Argentina
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