Van Basten ya no quiere ser el 'jefe' para no padecer a diario el 'síndrome de burnout'

Una imagen impactó al mundo el 10 de septiembre de 1985. El entonces seleccionador nacional de Escocia sufría un ataque cardíaco -su equipo se enfrentaba a Gales- en el banquillo y fallecía instantes después en el mismo estadio. Jock Stein fue un laureado técnico británico que hizo historia con el Celtic de Glasgow, al ganar una Copa de Europa (1967), seis ligas y nueve copas. Antes de su fallecimiento, contrató como asistente en la selección a Alex Ferguson, que le sucedió en el cargo. Van Basten, mito del fútbol mundial, parece haber tenido en cuenta este precedente y otros similares al tomar la decisión de abandonar la primera línea de un banquillo para quedarse en la retaguardia. El corazón le ha dado un aviso y el holandés se ha apartado a un lado. El fútbol puede ser, muchas veces, lo peor para el motor del cuerpo humano…

Van Basten sufrió unos problemas cardíacos tras el fallecimiento de su padre. Ha vuelto a la disciplina del AZ Alkmaar, club que le contrató para ser primer entrenador esta temporada. Sin embargo, su regreso es para ser asistente. No quiere ser primer espada porque no se siente preparado para ello. Las pulsaciones de su corazón se dispararon y optó por desempeñar otras funciones, centrándose fundamentalmente en estar pendiente de los jóvenes talentos del club holandés. Muchos estudios se han realizado sobre la incidencia del fútbol de alta competición en el corazón de los entrenadores, sobre todo de fútbol, sometidos a un estrés que por momentos se hace insoportable. Van Basten ha decidido que no quiere sufrir el llamado ‘Van Basten ya no quiere ser el 'jefe' para no padecer a diario el 'síndrome de burnout'.

Algunos estudioshan revelado que el ritmo del corazón de un entrenador puede aumentar hasta en 60 pulsaciones en relación a la frecuencia normal. El 'síndrome de burnout'se define como un padecimiento que consistiría en la presencia de una respuesta prolongada de estrés. Algunos estudios confirman que un entrenador padece incluso más estrés que un futbolista o un deportistas cualquiera. ¿Por qué? Muy sencillo, porque está sometido a máxima presión durante un período de tiempo más largo. Un futbolista tiene fecha de caducidad, año arriba, año abajo, pero un responsable técnico está expuesto a mucha presión durante mucho más tiempo. En este caso, Van Basten, de sólo 49 años, ha decidido que es mejor quedarse en un segundo plano.

Investigaciones realizadas han puesto de manifiesto que el estrés en la figura de un entrenador también deriva en otro tipo de problemas físicos. Tras algún estudio, se ha detectado que un porcentaje de entrenadores sufre problemas de sueño, desarreglos digestivos, problemas a la hora de conciliar el sueño, frecuentes dolores de cabeza, gripe y hasta un pequeño porcentaje problemas de hipertensión. Todo entrenador está sometido a una tensión extrema, pues son muchos los factores que tieneque tener en cuenta a la hora de tomar decisiones. Y muchas veces surgen situaciones que no entraban en sus planes. Nunca se sabe qué decisión va a tomar un árbitro, por ejemplo, y un entrenador nunca tiene en su mente que su equipo no cumpla algunas directrices marcadas previamente. El estrés, en una palabra, se multiplica en cualquier momento, siendo el entrenador la figura que tiene que decidir en segundos. Para bien o para mal...

No sólo se han realizado estudios en entrenadores de primer nivel a la hora de analizar este síndrome. También se han tratado de explicar las razones por las que esta figura sufre a nivel mental más de la cuenta examinando a técnicos de escuelas. Alguno ha desvelado que muchas veces, el foco para que el estrés sea insoportable para el protagonista es la falta de respeto del deportista hacia el mando superior. En este sentido, la relación deportista-entrenador se revela como causa fundamental para que el segundo esté sometido a una presión extra.

El psicólogo estadounidense Herbert J. Freudenbergerfue el primero en hablar de este síndrome. El término ‘burn out’ se traduce al castellano como ‘estar quemado’. A mediados de los años 70 este psiquiatra habló de este mal como una patología que sufrían profesionales que tenían a su alrededor muchas personas. Cuando trabajaba en una clínica de Nueva York, se dio cuenta de que muchos voluntarios que trabajaban con toxicómanos, iban perdiendo energía y vitalidad con el paso del tiempo. Más adelantese realizaron más estudios en otros ámbitos, observándose comportamientos similares en el gremio de los entrenadores.

Es curioso, pero cuando Van Basten, uno de los mejores delanteros que ha dado la historia del fútbol, manifestó al colgar las botas que nunca sería entrenador de fútbol. Cambió de opinión, se sacó el correspondiente título y en 2004 asumía su primer gran reto al aceptar, ni más ni menos, el cargo de seleccionador nacional de Holanda. Tras varios años en el cargo recaló en 2008 en el Ajax. Un año después dejaba los banquillos. Pero tras tres alejado del fútbol, en febrero de 2012 se compromete con el Heerenveen. Su último reto fue entrenar al AZ Alkmaar, pero a las primeras de cambio ha decidido, por el bien de su salud, no ser el primer técnico. El tiempo dirá si quiere exponerse a sufrir el peligroso síndrome...