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Desigualdad económica y entre continentes, bazas del renovador Champagne ante Blatter
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la elección será en junio de 2015

Desigualdad económica y entre continentes, bazas del renovador Champagne ante Blatter

El diplomático francés, que trabajó en la FIFA durante 11 años a las órdenes de su rival, confirmó su candidatura para presidir el organismo internacional

Foto: Champagne trabajó durante once años en la FIFA (EFE)
Champagne trabajó durante once años en la FIFA (EFE)

Conoce la FIFA a fondo, fue uno de los principales culpables de que el Mundial del 2010 se celebrase en Sudáfrica y tiene el apoyo, entre otros, de Pelé. Es Jérôme Champagne (París, 1958)y acaba de hacer oficial la candidatura que ya presentó el pasado 20 de enero del 2014: será candidato a la presidencia de la FIFA en la elección que se celebrará en junio del 2015 en Zúrich. Allí tendrá que medirse a Joseph Blatter, que aunque aún no lo ha oficializado, ya ha declarado que optará a su quinto mandato. A ambos, principales protagonistas de la lucha por el control del gobierno del fútbol, les une une dilatada relación: Champagne ocupó durante once años puestos de relevancia en la FIFA, hasta que en el 2010 fue despedido.

Tras un período de dos años en los que se mantuvo al margen -fue asesor de la Federación Palestina de Fútbol y de la Federación de Chipre, entre otras ocupaciones-, en el 2012 decidió comenzar a trabajar por una mejor organización de la FIFA. A principios de ese año publicó un extenso documento en el que identificaba los problemas que a su juicio tiene el fútbol mundial, y elaboraba varias propuestas para solucionarlas. El texto, titulado 'Which FIFA for the twenty-first century?'(¿Qué FIFA para el siglo XXI?), pivota sobre la desigualdad, e identifica siete equilibrios de cuyo mantenimiento depende la salud del fútbol: entre el fútbol amateur y el fútbol profesional, entre los clubes y las selecciones, entre el fútbol europeo y el del resto del mundo, entre clubes y jugadores, entre la necesidad y el exceso de dinero, entre la autonomía y la relación con otras esferas y entre la identidad local y la globalización.

"Sólo la FIFA es capaz de preservar los siete equilibrios y un modelo fuerte de gobierno, pero la FIFA no será capaz de lidiar con esos desafíos del siglo XXI con instituciones y mecanismos del XIX", concluía. Desde entonces no ha parado de insistir en su disgnóstico y en sus propuestas, hasta el punto de convertirse en lo más parecido a una oposición al 'régimen' de Blatter, asolado por el escándalo de la elección de Catar como sede del Mundial 2022.

Hace un año, antes de anunciar su decisión de presentarse, Champagne ya apuntaba a 2015 como fecha clave en el futuro no solo del la FIFA, sino del fútbol mundial. "La elección del 2015 será un momento muy, muy, muy importante porque determinará el fútbol hasta 2025 o 2030", afirmó en una entrevista en el diario británico The Guardian en la que insistía en uno de sus principios: "El fútbol se está volviendo más y más desequilibrado entre continentes y entre clubes. Hay distorsiones en término de concentración de dinero, jugadores y éxitos".

A pesar de presentarse como un renovador, algo que tampoco es muy difícil viendo el estado actual de la FIFA y los dirigentes que la gobiernan, no esperen de Jérôme Champagne feroces críticas a los casos de corrupción que durante los últimos tiempos han afectado al organismo internacional. Y tampoco será muy duro con su antiguo jefe y futuro rival en la carrera por la presidencia, Joseph Blatter. Los motivos son dos. El primero, que hasta hace cuatro años era una pieza central en el tinglado de las federaciones, confederaciones, congresos, etc. Y la segunda, que un enfrentamiento frontal con los 209 miembros del comité que tienen elegir al nuevo presidente perjudicaría a sus opciones de ser elegido.

En una entrevista concedida a El País hace ocho días, Champagne no se moja en el tema de la elección de Catar más allá de condenar las lamentables condiciones laborales de los trabajadores que construyen las sedesy el cambio de fechas del verano al invierno. "Yo estoy esperando la investigación, es necesario saber quépasó", afirmaba.

Jérôme Champagnesabe que está ante un reto muy complicado. Conoce la FIFA muy bien y sabe de lo que son capaces sus dirigentes: su salida en el 2010 se produjo tras un enfrentamiento con el presidente de la Confederación Asiática,Mohammed Bin Hammam. Por aquel entonces era director de relaciones internacionales y antes había sido asesor del presidente, secretario general y delegado del presidente. Uno de sus principales propuestas es reformar la estructura de la FIFA, quitándole poder a las confederaciones y dándoselo al presidente y a su equipo, además de dar entrada en la toma de decisiones a jugadores, clubes y ligas.

Este diplomáticode carrera que habla cinco idiomas y veranea en Saloutiene ante sí un reto mayúsculo: ganarle una elección a Joseph Blatter, el hombre que gobierna el fútbol mundial desde 1998, cuando sustituyó en el cargo al brasileñoJoão Havelange. Este lunes dio el primer paso, pero ya lleva tiempo cimentando su candidatura (en jeromechampagne2015.com está toda la información). En junio del 2015 veremos si los miembros de la FIFA apuestan por un cambio.

Conoce la FIFA a fondo, fue uno de los principales culpables de que el Mundial del 2010 se celebrase en Sudáfrica y tiene el apoyo, entre otros, de Pelé. Es Jérôme Champagne (París, 1958)y acaba de hacer oficial la candidatura que ya presentó el pasado 20 de enero del 2014: será candidato a la presidencia de la FIFA en la elección que se celebrará en junio del 2015 en Zúrich. Allí tendrá que medirse a Joseph Blatter, que aunque aún no lo ha oficializado, ya ha declarado que optará a su quinto mandato. A ambos, principales protagonistas de la lucha por el control del gobierno del fútbol, les une une dilatada relación: Champagne ocupó durante once años puestos de relevancia en la FIFA, hasta que en el 2010 fue despedido.

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