La FIFA y los golpes en la cabeza: críticas por sus inexistentes protocolos
La falta de protocolo de la FIFA para hacer frente a los golpes en la cabeza que reciben los jugadores ha recibido críticas de FIFPro y la revista 'The Lancet'
Christoph Kramer fue la sorpresa en el alineación de Alemania ante Argentina en la reciente final del Mundial. Joachim Löw apostó por el centrocampista del Borussia Mönchengladbach para sustituir a Sami Khedira, lesionado en el calentamiento. Kramer fue protagonista, pero no por lo que había soñado. En el minuto 15 recibió un golpe muy fuerte que lo dejó grogui: el defensa argentino Garay le golpeó con el hombro en su cabeza en la lucha por el balón y el alemán cayó desplomado.
Minutos después pudo seguir jugando, pero a la media hora de partido tuvo que ser sustituido por Schürrle porque apenassabía dónde estaba. "No sé nada sobre el primer tiempo. No tengo idea de cómo llegué a los vestuarios. No sé nada más. En mi cabeza, el partido comenzó en el segundo tiempo", dijo después Kramer. En la primera fase, en el partido Uruguay-Inglaterra, al uruguayo Álvaro Pereira le pasó algo parecido tras recibir un golpe del inglés Sterling, pero él si pudo seguir jugando con normalidad.
Ambos casos ponen de relieve la ausencia de protocolos por parte de la FIFA -y de la mayoría de competiciones futbolísticas- para responder a los casos de jugadores que sufren golpes en la cabeza. La Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro) reaccionó al incidente de Álvaro Pereira pidiendo una investigación a la FIFA sobre sus protocolos y una revisión de los estándares vigentes en situaciones como las del pasado Mundial. "Las evidencias médicas muestran que una persona afronta el riesgo de lesiones cerebrales muy graves, o incluso algo peor, cuando sufre un grave trauma en la cabeza como consecuencia de una conmoción", denunció en su página web, y añadió que el fútbol está lleno de de incidentes en los que un jugador sufre un golpe en la cabeza y sigue jugando.
El sindicato de futbolistas no ha sido la única institución en mostrar su preocupación por la actuación ante situaciones tan delicadas, aunque sean tan habituales en el fútbol. La prestigiosa revista médica The Lancet dedica el editorial del número de agosto de su publicación sobre neurología, The Lancet Neurology, a este tema. En ese artículo, la revista británica explica que la commoción cerebral "es la forma más común de lesión cerebral traumática relacionada con el deporte" y que las causas del síndrome posconmocional no están claras.
Entre las consecuencias de una lesión cerebral traumática están los síntomas de una encefalopatía traumática crónica o la demencia, cuenta The Lancet. El boxeo fue el primer deporte que vivió de cerca las consecuencias los golpes en la cabeza, pero en los últimos años han sido otros los que se han preocupado -o han tenido que preocuparse- por esas situaciones. Especialmente en Estados Unidos, donde el tema ha sido noticia en los último años.
El caso de la NFL
"¿Va a tener que suceder algo grave para que la FIFA empiece a preocuparse por los jugadores que han hecho su deporte tan rico?", se preguntaba la periodista del New York Times Juliet Mancur durante el Mundial. No fue la única. En Estados Unidos, la dejadez de la FIFA en un tema tan importante llama mucho la atención. En el 2012, más de 4.500 ex jugadores de la NFL demandaron a la liga por fallar en su protección. Muchos de ellos sufren depresión, demencia o Alzheimer, enfermedades que han sido relacionadas cientificamente con repetidos golpes en la cabeza. El caso adquirió mucha relevancia con la publicación del libro 'League of Denial'y el documental 'League of Denial: The NFL's Concussion Crisis', emitido en la cadena PBS.
En agosto de 2013, la NFL llegó a un acuerdo con los demandantes para pagar 765 millones de dólares (565 millones de euros) a los casi 20.000 ex jugadores para compensar a las víctimas, pagar exámenes médicos y apoyar la investigación médica. El acuerdo fue rechazado por la juez Anita B. Brody en enero y el caso aún no está cerrado, pero ha servido para que la liga refuerce sus protocolos y los de la mayoría de las competiciones escolares y profesionales.El presidente, Barack Obama, organizó el pasado mes de mayo el'Healthy Kids and Safe Sports Concussion Summit', una conferencia para impulsar la investigación y la mejora de los protocolos entre jóvenes deportistas. Algunos han ido más allá yhan peidoquese prohíba el fútbol americano en edad escolar.
Ahora mismo, en la NFL se realizan exámenes individuales antes de cada temporada. En cada encuentro hay un entrenador en el estadioque ve el partido en busca de posibles golpes. Además, cuando hay un jugador con una conmoción, los médicos de su equipo tienen que realizar una exploración determinada similar a la de pretemporada. Si un jugador es diagnosticado con una conmoción, tiene que marcharse al vestuario y estar acompañado en todo momento por personal médico. No hay un calendario previsto para que vuelva a jugar. Cuando el médico del equipo le dé el alta, el jugador tiene que ser examinado por un experto en conmociones cerebrales, que debe darle también el alta. La NBA también ha implantado un protocolo similar.
En ambos casos, la decisión final sobre la vuelta de un jugador a la práctica deportiva recae en un experto externo a los equipos, algo que FIFPro reclama a la FIFA que cambie en sus competiciones, en las que el médico del equipo decide si un jugador está en condiciones de seguir jugando. "Toda evaluación de una posible conmoción que se realice en la línea lateral del campo no debe ser llevada a cabo únicamente por un médico de la selección nacional", denunciaFIFPro. The Lancet refuerza ese argumento en su editorial: "Ese tipo de decisiones deben ser retiradas de las manos de aquellos con un interés personal en la actuación del jugador". Una de las medidas que plantea FIFPro es la posibilidad de realizar sustitciones temporales mientras se examina a los jugadores conmocionados, pero de momento la FIFA no ha respondido.
Christoph Kramer fue la sorpresa en el alineación de Alemania ante Argentina en la reciente final del Mundial. Joachim Löw apostó por el centrocampista del Borussia Mönchengladbach para sustituir a Sami Khedira, lesionado en el calentamiento. Kramer fue protagonista, pero no por lo que había soñado. En el minuto 15 recibió un golpe muy fuerte que lo dejó grogui: el defensa argentino Garay le golpeó con el hombro en su cabeza en la lucha por el balón y el alemán cayó desplomado.