Higuaín sería otro nombre en dar el difícil paso de cambiar el Madrid por el Barça

Algunas semanas después de coger un vuelo hacia el aeropuerto de Nápoles, la familia de Gonzalo Higuaín tuvo que salir al paso de unas supuestas declaraciones del argentino en las que criticaba a la afición del Bernabéu. “Los madridistas de verdad saben que Gonzalo no sería capaz de decir una palabra mala sobre un club que sigue amando”. Desde la lejanía de la Campania y bajo el sol abrasador que calienta la arena blanca de la costa sorrentina, Higuaín sigue con el corazón blanco, aunque el envoltorio que lo acogió sea celeste. Sin embargo, si las informaciones de El Mundo Deportivo se confirman, ese envoltorio podría pasar a ser azulgrana en breves.

Cierto es que en determinadas ocasiones la permuta de la camiseta amada por la más odiada aparentemente es sencilla. Pero ninguno de los que en su momento decidieron abandonar a un equipo por su máximo rival dirán que fue una decisión sencilla. No lo sería tampoco para Higuaín por mucho que el Nápoles se pueda convertir en un puente transitorio entre Real Madrid y Barcelona. Siete años en Chamartín pesan mucho en el corazón de un jugador que si bien es cierto que nunca tuvo el apoyo acérrimo de la afición, se dejó todo lo que tenía por el club que le ofreció el salto a Europa con 18 años.

Por muy buen sabor que le quedara en la boca tras la llamada de Florentino, Luis Figo no se vio en el Madrid inmediatamente después de alcanzar el acuerdo. Tuvieron que pasar varias semanas de nervios, tensión e incertidumbre electoral para que el portugués se convenciera a sí mismo de que era verdad que iba a dejar su Barcelona por el Real Madrid. Nunca tuvo malas palabras para la institución, sino para las personas que no creyeron que mereciera la pena luchar por su continuidad en Can Barça. Lo único que deseó al vestirse la camiseta blanca es “pasar aquí los buenos años que he pasado en Barcelona”.

Figo quizás sea el caso más sonado de los traspasos históricos entre los dos gigantes de nuestro fútbol. El cambio drástico a través del pago de una cláusula de una cuantía nunca antes pagada revolucionó el panorama futbolístico español. Pero el extremo no deja de ser uno más de los 33 casos de intercambio de la blanca por la azulgrana (o viceversa)desde que Alfonso Albéniz abriera la veda del puente aéreo a principios del siglo pasado. No son muchos los que después de irse a uno u otro equipo procediendo del contrario hayan dejado posos agradables en ambos clubes. Quizás de los pocos que podían decir eso era Ricardo Zamora.

Luis Enrique vuelve ahora al Barcelona después de una década de colgar las botas como culé. Ocho temporadas en el Barça. Tras todo ese tiempo de entrega y sacrificio por el grana y el azul, pocos se acuerdan todavía de aquel chico flacucho y elástico que llegó al Real Madrid para sustituir a Míchel en los siguientes años. Curiosamente, el hombre al que vino a reemplazar y el sustituto se fueron juntos del Madrid. Uno se marchó a México y otro a Barcelona. Vidas opuestas a partir del mismo origen. ‘Lucho’ es persona ‘non grata’ en el Bernabéu cada vez que lo pisa y Míchel sigue siendo el mismo ídolo que se marchó llorando con un doblete al Mérida.

Como sería el caso, de producirse, de Higuaín, hay varios jugadores que tomaron el camino del rival previo paso por otro equipo. Ninguno ha sido más trascendente para ambos como el fichaje de Samuel Eto’o por el Barça. El camerunés abandonó el Real Madrid por la puerta de atrás, sin la más mínima opción de entrar en los planes de ningún entrenador. Se fue al Mallorca con resquemor y una antipatía hacia el blanco creciente. Esa rabia interna aumentó incluso más cuando los merengues decidieron no igualar la oferta del Barça al Mallorca. Eto’o comenzaba así su venganza. Ganó todo lo que pudo ganar a nivel de clubes y era una pesadilla constante para Iker Casillas. Eso sí, al final se arrepintió de gritar insultos al club que le dio su primera oportunidad, culpando al apogeo de un alirón.

Ese mismo camino lo recorrieron pocos años antes Daniel García Lara y Alfonso Pérez: de la cantera blanca al eterno rival. No lo hizo desde la cantera, pero Gica Hagi también pasó por otro club, el Brescia, antes de llegar al Barça, igual que Amador Lorenzo. Chus Pereda, en cambio, tardó tres temporadas entre el Valladolid y el Sevilla para dar el paso del Madrid al Barcelona.

La transición contraria la efectuaronLuis Milla y Albert Celades. Para desgracia de Milla, le tocó vivir en el bando contrario los éxitos del Dream Team azulgrana mientras vivía la descomposición progresiva y sin freno de la Quinta del Buitre. El cambio, Celades aprovechó un papel secundario para ganar seis títulos vestido de blanco, entre ellos, una Copa de Europa. Ese título fue el que se le escapó a uno que fue su compañero en los dos grandes, Ronaldo. 104 goles en 177 partidos en el Real Madrid no pueden igualar el significado histórico de los 47 que consiguió en Can Barça antes de marcharse al Inter y destrozarse las rodillas.

Hay otros muchos casos históricos, como el doble 5-0 que consiguió Michael Laudrup con ambas camisetas, o el triplete de grandes en los que jugó Bernardo Schuster. Fichajes extraños y no demasiado trascendentes como los de José Samitier y Miquel Soler por el Madrid y esperpénticos en los dos bandos como el de Robert Prosinečki. El próximo, quién sabe a estas alturas, podría ser el Pipa Higuaín.