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Carlo Ancelotti: "Si gano soy un gran tipo, si pierdo soy un gilipollas"
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El italiano feliz de poder seguir en el Madrid

Carlo Ancelotti: "Si gano soy un gran tipo, si pierdo soy un gilipollas"

Se siente fuerte. La reunión con Florentino y José Ángel Sánchez ha sido clave para que esa confianza haya crecido. Incluso se ha cambiado de domicilio

Foto: Carlo Ancelotti celebra con efusividad el título de Champions logrado en Lisboa. (Efe)
Carlo Ancelotti celebra con efusividad el título de Champions logrado en Lisboa. (Efe)

La escena se ha repetido durante el último año. Busca la ventana, mira y encuentra el Parque del Retiro. Y así día tras día del que ha sido su primer año en el Real Madrid, que no será el último. Se lo ha ganado. Carlo Ancelotti ya tiene todas las cartas en su mano. Se siente fuerte, seguro. La reunión con Florentino Pérez y José Ángel Sánchez ha sido clave para que esa confianza haya crecido. Incluso se ha atrevido con un cambio de casa. Ahora cada mañana, además del Retiro, verá la Puerta de Alcalá. Y es que el italiano ha encontrado en el parque madrileño el refugio perfecto para una ciudad que ha sido amable al máximo con el italiano. Respeto y admiración. Eso es lo que la capital de España profesa al campeón de Europa.

Hombre de club y de los suyos, se lo volvió a demostrar a Florentino Pérez en la reunión que destapó El Confidencialdel pasado viernes. Quiere reforzar el equipo y ha puesto sobre la mesa unos determinados jugadores. Si llegan bien, en caso contrario aceptarán los que estén al alcance del club. Es así. No tiene dobleces extrañas. Acude a la llamada del amigo, como hizo el pasado jueves grabando el programa 'Hay una cosa use te quiero decir'. Vasile le llamó, pero en realidad la llamada era de Berlusconi y del imperio Mediaset. No lo dudó.

Ancelotti no es un tipo al que le gusté hablar en exceso. De hecho una de sus máximas es el tan italiano "las palabras valen cero". Intenta no agobiar a los jugadores. Dice las cosas justas. Lo hizo en la semifinal ante el Bayern y repitió en Lisboa. Mientras no paraba de decirle a Florentino Pérez y a todo aquel que se le acercaba que el éxito llegaría, que la Décima se convertiría en realidad.

En Múnich fue explícito y directo con sus jugadores. Preparó el partido al detalle. En Valdebebas, en su casa, en donde tiene un equipo de edición de vídeos y con el que disecciona a los rivales, en donde fuera necesario. Sabía que sí los jugadores le hacían caso, el éxito estaba asegurado. Pidió implicación a Bale y Di María. Y es que Ancelotti cree que el peligro alemán llega a través de un francés y un holandés. Robben y Ribery tenían que desaparecer y eso era misión de los laterales y de los jugadores de banda. Pleno.

El siguiente paso era el de buscar el gol y el punto débil alemán lo encontró en Dante, jugador que no salta, que se queda a verlas venir en los balones parados. Era el momento Sergio Ramos. Y lo fue. Hasta en dos ocasiones. Pidió balones al área y apariciones desde atrás del central. Dos goles. Eso sí, le sorprendió la goleada no la esperaba.

En la final también tenía las ideas claras. "El Atlético se cansará", repetía a sus jugadores. Desde el primer día sabía que Khedira iba a ser el sustituto de Xabi Alonso. Cuestión de experiencia y de fuerza. Una hora bastaría para que el alemán dijera basta. A partir de ese momento todo era cuestión de repetir el partido del Calderón. Hasta avisó en la rueda de prensa anterior al partido. "Marcelo saldrá cuando estén cansados". Y lo hizo, de la mano d Isco, como en el Calderón. La historia se repitió.

Lo de después ya lo saben. Goles y fiesta del madridismo. La segunda llegó como consecuencia de la primera y con ella, la continuidad de Ancelotti, el de su proyecto. Y es que el técnico siempre lo ha tenido muy claro en su vida como entrenador. "Se vinco sonó un bravo ragazzi. Se perdo una testa de cazzo", máxima italiana y que aplica a su día a día en el fútbol. "Si ganosoy un gran tipo, si pierdo, un gilipollas".

La escena se ha repetido durante el último año. Busca la ventana, mira y encuentra el Parque del Retiro. Y así día tras día del que ha sido su primer año en el Real Madrid, que no será el último. Se lo ha ganado. Carlo Ancelotti ya tiene todas las cartas en su mano. Se siente fuerte, seguro. La reunión con Florentino Pérez y José Ángel Sánchez ha sido clave para que esa confianza haya crecido. Incluso se ha atrevido con un cambio de casa. Ahora cada mañana, además del Retiro, verá la Puerta de Alcalá. Y es que el italiano ha encontrado en el parque madrileño el refugio perfecto para una ciudad que ha sido amable al máximo con el italiano. Respeto y admiración. Eso es lo que la capital de España profesa al campeón de Europa.

Hombre de club y de los suyos, se lo volvió a demostrar a Florentino Pérez en la reunión que destapó El Confidencialdel pasado viernes. Quiere reforzar el equipo y ha puesto sobre la mesa unos determinados jugadores. Si llegan bien, en caso contrario aceptarán los que estén al alcance del club. Es así. No tiene dobleces extrañas. Acude a la llamada del amigo, como hizo el pasado jueves grabando el programa 'Hay una cosa use te quiero decir'. Vasile le llamó, pero en realidad la llamada era de Berlusconi y del imperio Mediaset. No lo dudó.

Ancelotti no es un tipo al que le gusté hablar en exceso. De hecho una de sus máximas es el tan italiano "las palabras valen cero". Intenta no agobiar a los jugadores. Dice las cosas justas. Lo hizo en la semifinal ante el Bayern y repitió en Lisboa. Mientras no paraba de decirle a Florentino Pérez y a todo aquel que se le acercaba que el éxito llegaría, que la Décima se convertiría en realidad.

Florentino Pérez
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