El Cholo Simeone tiró de psicología para hacer soñar al equipo con el 'doblete'

El Atlético de Madrid tropezó ante el Levante. Perdió en el Ciutat de València la oportunidad de acercarse un poco más al título de Liga, pero el mensaje del Cholo Simeone tras el partido fue claro: “La derrota es lo mejor que le podía pasar al Atlético”. Al equipo le quedan tres “finales” para cerrar la temporada, dos de ellas en Liga, ante Málaga y Barcelona, y la otra en Champions, con la final ante el Real Madrid. La faceta psicológica del técnico argentino ha sido la pieza clave para un grupo de jugadores que llegan totalmente convencidos de que pueden lograr ambos títulos. Frases, discursos y, sobre todo, un lema, el “partido a partido”, que le ha servido al Cholo para tener a su equipo a las puertas de dos títulos en este final de temporada.

La faceta psicológica del Cholo ha sido fundamental para entender la espectacular trayectoria del equipo en los dos últimos años. "El esfuerzo no se negocia", suele decir el argentino, que desde el pasado verano tiene convencido al grupo de que ganar los títulos más importantes es una seria posibilidad. Y los jugadores se mentalizaron enseguida de que no era una quimera. Los resultados hablan por sí solos.

“En la vida siempre hay que creer, nunca hay que dejar de creer”, fue la frase de Simeone al proclamarse campeón del Torneo Apertura en 2006 como técnico de Estudiantes de la Plata. El conjunto dirigido por el Cholo no era favorito en el partido que tuvieron que disputar ante Boca Juniors para desempatar la igualdad de puntos en la tabla, pero, contra todo pronóstico, Estudiantes ganó 2-1 y se hizo con el campeonato. Con ese lema, Simeone ha confeccionado al mejor Atleti de los últimos años.

Con el equiporojiblanco ya ha logrado tres títulos como entrenador. Una Europa League, una Supercopa de Europa y la Copa del Rey que le ganó al Real Madrid en 2013. Esta temporada, el conjunto rojiblanco sigue dependiendo de sí mismo para ser campeón de Liga y, en Champions, se reencontrarácon los blancos para tratar de lograr la primera Copa de Europa de su historia. La final será el próximo 24 de mayo, justo una semana después de que termine la competición doméstica. La cabeza es lo que mejor le funciona a un equipo que, como es normal, físicamente acusa demasiado el cansancio en algunos tramos de los últimos partidos.

Simeone y su cuerpo técnico, con el profe Ortega como principal responsable del rendimiento físico de los jugadores, están convencidos de que el equipo dará la talla en los tres partidos que restan para completar los 61 con los que terminarán la temporada. Y ese pleno convencimiento que muestran también se lo trasladan a unos jugadores que se han empapado del espíritu de su entrenador. “Vamos a ganar los dos partidos que nos quedan. El equipo está confiado”, aseguraba Raúl García tras caer ante el Levante. “Estamos a quince días de tocar la gloría. Dependemos de nosotros mismos”, aseguraba Gabi.

Los jugadores rojiblancos son conscientes de que cuatro puntos les servirían para llevarse la Liga. Un empate y una victoria en los dos partidos que quedan los harían campeones con independencia de lo que hicieran Real Madrid y Barcelona. En la Champions, Lisboa espera un derbi madrileño en una final que el Atlético llevaba esperando cuarenta años. El Cholo no hablará de ella hasta que termine la Liga para seguir fielmente el “partido a partido” que ha instalado en el vestuario rojiblanco.

Cuando acaba un encuentro, nunca antes, empieza a mentalizar a los jugadores con el siguiente rival. Tarda apenas unas horas en meter al jugador en el siguiente partido. Da igual que el Atlético haya hecho historia en Stamford Bridge. Finalizado un partido, el Cholo empieza de inmediato a hablar con los jugadores, colectiva e individualmente, del siguiente encuentro y de lo que espera de cada uno de los integrantes que formarán el once.

Las camisetas que lucieron los jugadores después de dejar en la estacada al Chelsea en Londres rezaban: “Juega cada partido como si fuera el último”. Un lema que es el mejor ejemplo de que este Atlético de Madrid no tiene límite. Así se lo hace creer Simeone a sus jugadores y así parecen haberlo asimilado. Les queda demostrarlo en tres finales.