Kaká vuelve a Madrid con el ánimo de vengarse de... Carlo Ancelotti

Ya no es la estrella que era antes, pero Kaká sigue arrastrando a muchos fieles, esos que añoran el juego elegante que desplegó en su primera etapa en el Milan y que nunca asomó por el Bernabéu. El brasileño vuelve a Madrid y lo hace con ganas de venganza, de demostrar a Ancelotti que se equivocó cuando le abrió la puerta de salida del Real Madrid. Las buenas palabras tras su reencuentro, dieron paso a la distancia del mes de agosto y al hasta luego del último día. Kaká quiere demostrar hoy, en el césped del Calderón, que todavía tiene fútbol en sus piernas y qué mejor que hacerlo ante Ancelotti y compañía.

Kaká suspiró al saber que Ancelotti se convertía en nuevo entrenador del Real Madrid. Uno y otro habían vivido su mejor época, uno como jugador y el otro como técnico, en el Milan de Berlusconi. Disfrutaron compartiendo equipo. El brasileño se identificó con la tranquilidad y la manera de jugar del sucesor de Mourinho, tanto que su fútbol le valió para con seguir el Balón de Oro en 2007.

La llegada del italiano al Real Madrid significó que Kaká, entregado a su suerte durante los dos últimos años, pensara en tiempos mejores con la aparición de su amigo. Sus primeras conversaciones invitaron al internacional brasileño a pensar que podría vivir esa segunda juventud que se anunció en diferentes ocasiones pero que no terminó de llegar. Además, las palabras de Ancelotti en público también llevaron a pensar al actual jugador del Milan que su continuidad en el Real Madrid una temporada podría ser un hecho.

El verano fue avanzando y pese a que el técnico madridista le seguía dando esperanzas, lo cierto es que su presencia empezó a ser poco menos que testimonial hasta que Ancelotti le puso el sello de salida. En el club no molestaba su presencia por aquello del marketing y de su tirón mediático, pero el italiano pensó que no iba a aportar nada al juego del equipo, certificando su adiós al Real Madrid.

Hoy, Kaká cree que la Champions y el Atlético como rival es el mejor escenario posible para demostrar que todavía tiene sitio en el fútbol de elite. Lucha por estar en el Mundial y sabe que muchas de sus opciones pasan por seguir adelante con el equipo lombardo en la primera competición continental y, de paso, demostrar a Ancelotti que cometió un error.

En la noche de ayer, Florentino Pérez cenó con Adriano Galliani, todavía administrador general del Milan pese al empeño de Bárbara Berlusconi de cortar su cabeza. La relación entre ambos dirigentes es magnífica desde que uno y otro negociaron en el verano del año 2000 el traspaso al Milan de Fernando Redondo. Es más, Galliani paró la salida de Kaká al Real Madrid cuando Ramón Calderón pretendió su fichaje. Un año después, accedió a negociar, ya con Florentino Pérez en la presidencia.