El homenaje perfecto a Luis Aragonés, creador de la Roja y 'enterrador' del Pupas

Los ingredientes estaban comprados antes de conocerse la mala noticia, pero han resultado ser los idóneos para brindar en el nombre de Luis Aragonés este miércoles 5 de marzo de 2014, un mes y cuatro días después de su fallecimiento. El hombre que llevó a España al cielo futbolístico recibirá un perfecto y sentido homenaje con motivo del amistoso que la Selección jugará ante Italia en el Vicente Calderón.

El estadio que más veces le vio jugar y cuyo banquillo local más partidos le acogió como entrenador servirá hoy de engalanado escenario. El combinado rival es precisamente contra el que España consiguió superar por primera vez en su historia una eliminatoria de cuartos de final a partido único, barrera que amargó durante años a los españoles futboleros. Italia, en aquel 2008, era la campeona mundial, y tras un partido inolvidable por su tensión competitiva fue apeada por los hombres de Luis en una tanda de penaltis para la historia. Aquella tarde-noche mágica de Viena hizo creer a la Selección que de verdad se podía ganar un gran campeonato.

Sobre el césped le homenajearán varios de los futbolistas que rompieron los complejos de generaciones y generaciones anteriores al son de las charlas socarronas y motivadoras del Sabio de Horataleza. Para Casillas (que ahí sigue con el brazalete que el técnico madirileño le entregó al prescindir de Raúl en 2006), Reina, Xavi, Iniesta, Sergio Ramos, Xabi Alonso, Cazorla y Cesc seguro que no es un amistoso más el de hoy. Luis dejó huella en ellos como lo hizo en la inmensa mayoría de jugadores que dirigió. Y que el partido sea en beneficio del sindicato de futbolistas (AFE) es sin duda otro guiño agradable del destino.

Porque Luis no dejó nunca de sentirse, andar o hablar como un futbolista. No retirado, sino más bien, como los militares, que había pasado a la reserva. La profesión de entrenador es lo más cerca que pudo quedarse del futbolista una vez el físico y la edad obligan a colgar las botas. Con el mismo gesto que dejó las suyas en una percha del vestuario del Calderón descolgó el silbato para convertirse en míster de la noche a la mañana literalmente. El olor a césped mojado, como el que desprenderá el campo del Manzanares a las diez de esta noche de invierno tardío, es lo más adictivo que jamás enganchó a Aragonés. Más incluso que los cigarrillos que fumó hasta el final de sus días.

La camiseta de los actuales campeones del mundo, y que él se enfundó 11 veces, fue la razón en la que se basó Luis para obligar a la prensa a jubilar lo de la ‘Furia’ y usar el nuevo mote de la ‘Roja’. Lo dijo nada más hacerse seleccionador en 2004. Y de la mano de los éxitos, el sobrenombre se ha asentado irremediablemente.

Su homenaje llega un día después de que uno de los más relevantes entre el grupo de 23 campeones de Viena, Carles Puyol, haya cerrado la puerta definitivamente, entre otras cosas, a seguir con España. Y con una Selección donde han sido descartados por primera vez la delantera que él juntó y que lideró sus éxitos, Fernando Torres y David Villa.

Está llegando la regeneración de lo que él construyó con mucho esfuerzo y convicción, soportando críticas de todos los sectores que conviene tampoco olvidar nunca. Un proyecto que se sobrepuso a todo, que fue continuado y perfeccionado por Del Bosque y que en Brasil intentará rizar el rizo.

Protagonista en la mitad de títulos del Atlético

En el homenaje a Luis Aragonés debutará el ídolo actual del equipo de su vida, el Atlético de Madrid. Diego Costa habría jugado seguro también con el desaparecido técnico, puesto que sus condiciones y carácter van en la línea de lo que le gustaba de los jugadores de fútbol. Aunque Luis seguía opinando poco antes de dejarnos que el mejor delantero de España era Torres.

El nuevo ‘9’ de la Roja llega a la internacionalidad gracias a que está saboreando un ‘Atleti’ grande, peleando por todos los títulos importantes, algo de lo que nunca se cansó de sacar pecho el Sabio de Hortaleza hasta estando el equipo en Segunda División, de donde él se encargó de sacarlo. Porque pocas cosas podían enervar más al exfutbolista y exentrenador rojiblanco que oír como le llamaban ‘Pupas’ a su equipo. Consideraba que históricamente se había hecho mucho para no merecerse ese calificativo, y él mismo contribuyó a ello siendo protagonista de la mitad de los títulos que hoy reposan en las vitrinas del Calderón.

De ahí que la avenida que acabe en el futuro estadio rojiblanco en el madrileño distrito de San Blas vaya a llevar su nombre. No muy lejos de ese lugar todavía en obras nació hace 75 años el hombre que convenció a España de que se podía “ganar, ganar, ganar y volver a ganar y ganar y ganar…”. Y por nada más y nada menos que eso, el fútbol español hoy le volverá a dar las gracias.