El Barcelona logra evocar su pasado sin necesitar, de momento, a Neymar

La victoria en Manchester del Barcelona, más académico que virtuoso, acorde a las necesidades del grupo y del envite, identificó de nuevo al grupo con su sello. No estuvo Neymar, elegido en verano para agitar al equipo y señalado como el futbolista a partir del que gravitara una vuelta de tuerca al libreto azulgrana. Las lesiones, dos de cierta duración en el último mes, han impedido ver la mejor versión del 11. La derrota ante el Bayern en las pasadas semifinales de Champions señaló a la institución. El Barcelona, lejos de alejarse de su idea, evoluciona cuando evoca a su pasado.

Entendió la dirección deportiva que el equipo necesitaba nuevos estímulos y el equipo había caído en la autocomplacencia. La ausencia de Vilanova por enfermedad, unido al desgaste propio de un equipo que ha dominado el orden europeo desde 2009, motivó que su presidente, entonces Sandro Rosell, acelerara el fichaje de Neymar. Por el camino se quedó Thiago Alcántara, que emigró al Bayern de Guardiola.

Reconocía Martino recientemente, que también aterrizó en verano junto al brasileño, que seguía aprendiendo cada día del club a pesar de llevar varios meses en la institución. No ha encajado como un guante el argentino, que sobre la marcha tuvo que corregirse hasta dar con la versión más fiable de su equipo. Tras alternar momentos brillantes durante la temporada con otros donde el equipo se caía, preso de los grilletes de la pasada campaña, el equipo azulgrana ha encontrado su camino a partir de los volantes, siempre capitales en el ideario azulgrana. A partir del pase, ha encontrado un mayor confort el equipo, no siempre recomendable, pues pierde mordiente y profundidad. Necesita el balón el Barça para jugar más que para marcar goles, a diferencia de su rival en Manchester, presa del respeto al equipo de Martino.

El descalabro ante el Valencia en el Camp Nou, incomprensible por la forma en la que se produjo, obligó al técnico argentino a dar un nuevo giro. Apelaba el técnico a la necesidad de ser más continuos en los noventa minutos para crecer competitivamente. La segunda parte ante el Sevilla señaló el camino. Entendió el Tata que Iniesta y Cesc no son incompatibles en citas exigentes, y que Xavi es fundamental a la hora de ejecutar la idea, inamovible y que mejora al grupo cuanto más fiel es a la misma.

En este escenario resulta intrigante como engarzará Neymar, más cómodo a la carrera que en el pase multiplicador. En este 2014, el brasileño sólo acumula 63 minutos entre Liga y Copa, sumados a los 12 disputados ante el City este martes pasado.11 goles y 11 asistencias suma en la temporada, señal de que no ha terminado de coger vuelo. En su ausencia, el equipo ha recuperado su identidad. No es su mejor versión, falto quizá de más picante en ataque toda vez que Iniesta vuelve a ser Iniesta y Messi vuelve a explotar su faceta goleadora. Todo con uno de los mejores jugadores del mundo inédito.

El regreso de Neymar explicaría el margen de mejora del conjunto azulgrana. Nadie duda de la calidad del brasileño, mostrada de sobra en los meses que lleva como jugador del Barcelona. La duda reside en sí, una vez encontrado el camino, su presencia no alterará el camino encontrado, más fiel que nunca el Barcelona a su pasado.