Farinós, el último 'protegido' de Valdano, deja del balón para iniciar una nueva vida

Con 35 años ha tenido que decir ‘se acabó’. Una lesión en el tendón de Aquiles de su pierna derecha le ha atormentando durante los últimos meses hasta decidir que sus días como futbolista debían tocar a su fin. Javier Farinós lo intentó hasta el último momento, pero el físico no le ha respondido. Ha sido honesto y el valenciano ha puesto fin a una longeva carrera. “Creo que es el paso que debo de dar”, explicó a modo de despedida un jugador que no dejó de sudar ni una gota en Valencia, Inter de Milán, Villarreal, Mallorca, Hércules, Levante y de nuevo Villarreal para terminar.

Fue el ultimo 'protegido' de Valdano. El argentino acabó su carrera como entrenador en el Valencia, club que le cesó en septiembre de 1997. Diez meses antes había sustituido a Luis Aragonés en el banquillo de Mestalla y una de sus primeras decisiones fue dar la alternativa a un joven de la cantera valencianista. Fue un 8 de diciembre de 1996 cuando debutó en Riazor para iniciar una larga carrera profesional.

Jorge Valdano apostó por Farinós nada más aterrizar en Valencia. Le dieron buenos informes del jugador y en los primeros entrenamientos, Javier le convenció por completo. Unos años antes, el técnicohabía depositado su confianza en otro joven llamado Raúl González. No quiso que el ruido mediático que rodeó al madridista tuviera una repetición similar con Farinós, al que ‘protegió’ al límite.

Una de las primeras decisiones que adoptó Jorge Valdano fue encerrar en una ‘burbuja’ al entonces bisoño mediocampista. Habló con la prensa para explicar cuál era su plan para proteger al jugador. Prohibió entrevistas y reportajes con el futbolista de moda del Valencia, recordando que años antes Raúl había tenido una exposición mediática exagerada. No quería que el jugador se distrajera con portadas o minutos de radio y televisión.

“Farinós no es Raúl, no hay que exigirle cosas que no sabe ni puede hacer”, dijo Valdano en su momento. Cuando fue destituido en el Valencia en septiembre de 1997, cerró su etapa como entrenador. Su último legado como técnico tal vez fuera Farinós, un jugador que con el tiempo le dejó en buen lugar. Su meteórico crecimiento coincidió con el del Valencia, que recuperó su sitio -perdido largo tiempo- en el mundo de los campeones al ganar la Copa del Rey en 1999 ante el Atlético de Madrid (3-0).

Farinós, siempre un tipo temperamental y conocido en las categorías inferiores del club por ese carácter racial, aceptó la táctica de Jorge Valdano. Se dedicó a jugar y nada más. Fueron esos inicios los que fraguaron el nacimiento de un mediocampista completo. Casi total.De gran despliegue físico y siempre implicado en el terreno de juego. De principio a fin. Siempre que el cuerpo estuvo a punto, fue fijo en todos los clubes.

Episodio que pone de relieve su fuerte personalidad tuvo lugar en marzo de 1997. Aquel día debutaba con el Valencia el ‘Burrito’ Ortega, estrella del fútbol argentino que aterrizaba en Mestalla para ser el faro del equipo. Que nunca lo fue… Cuando se señaló un penalti a favor del Valencia, Ortega se fue directo a por el balón para lanzarlo. Farinós entró en acción para reclamar lo que consideraba su derecho a pesar de que apenas llevaba unos meses en el primer equipo. Lo lanzó, y transformó, el argentino, pero el valenciano puso de manifiesto ese carácter que le ayudó a mantenerse durante tantos años en el fútbol profesional.

Siempre tuvo claro que cuidar su principal herramienta de trabajo era fundamental. Los que le conocen bien hablan de su obsesión por la buena alimentación y la vida sana. En todo momento supo cómo alimentarse para que el cuerpo estuviera siempre a punto por dentro. No sólo ha sabido qué ingerir, también a qué horas el cuerpo necesita el alimento oportuno.

Un físico, pese a tantos cuidados, que le ha traicionado ahora para verse obligado a arrojar la toalla. Lo cierto es que las lesiones le han marcado a lo largo de su carrera, en especial cuando aterrizó en Italia como fichaje estrella del Inter de Milán. Hasta tres veces tuvo que pasar por el quirófano para ser intervenido de pubis. Llamado a ser fundamental en uno de los grandes de Europa, el bisturí le marcó durante su paso por el Calcio. En aquella época en la que su nombre se vinculaba alCalcio fue cuando irrumpió en la selección por primera vez vez. Estando en Italia regresó unasegunda para defender la Roja, pero el pubis se encargó de cortar de raíz su andadura como internacional.

Posiblemente fue en el Hércules, durante cinco temporadas, donde Farinós completó su mejor etapa. O tal vez la más regular. En su última época como futbolista se dio cuenta de que el final podía estar cerca. Tuvo en la mano una oferta para renovar por el Levante en su momento, pero en vez de hacer lo más fácil, que era estampar su firma y asegurarse un buen dinero, tiró de integridad porque el físico le enviaba malas señales.No quiso renovar para no engañar a nadie. Lo intentó hasta el último momento en el Villarreal, pero el cuerpo le ha dicho ‘basta’. El último ‘protegido’ de Valdano mandó el balón a un rincón para empezar una nueva vida.