"Si el Real Madrid hubiera fichado a Neymar, habría cometido un delito"

"Si el Real Madrid hubiera fichado a Neymar en el verano de 2011, habría cometido un delito". Así de rotundo se expresa un directivo de la entidad madridista que estuvo muy presente en todas las negociaciones que existieron durante ese verano y que estuvieron a punto de quedar culminadas. La súbita aparición del Barcelona y un enfrentamiento entre el presidente de Santos, Luis Oliveira, y Florentino Pérez tras una reunión en París dejó en nada el contrato que Neymar llegó a suscribir con la entidad blancay que nunca llegó a hacerse efectivo.

Rosell se tomó como algo personal el fichaje de Neymar. Quería pasar a la historia, dejar su sello y, sobre todo, quitar el jugador a Florentino Pérez, que de amigo ha pasado a ser conocido y compañero de palcos y de falsas comidas entre directivas. El presidente del Barcelona aceptó todas las peticiones que le llegaban. Las mismas que el Real Madrid cuestionaba pese a tener la rúbrica del jugador, con reconocimiento médico incluido.

Santos, el padre y entorno de Neymar supieron sacar provecho de la situación. Todos menos la empresa DIS, tenedora de parte de los derechos del jugador y que fueron los primeros en denunciar el contrato del traspaso entre el Barcelona y Santos. Rosell no reparó en gastos y fue aceptando, paso por paso, todas las condiciones impuestas. La primera, el pago de 10 millones de euros al padre del jugador, antes, incluso, de la firma del contrato definitivo con la entidad azulgrana.

El motivo, la compra de voluntad. Ni más, ni menos. De esta manera, el Barcelona se aseguraba que no existiría una posible marcha atrás porque el pago de ese dinero iba acompañado de una importante indemnización. Pese a ello, Rosell no tenía todas consigo y decidió colocar a André Curí como sombra del jugador, en especial en cada viaje a Europa. El intermediario brasileño fue clave en el acercamiento y en el desarrollo de toda la operación.

Después llegó el contrato de venta con el Santos, más comisiones y 40 millones que el Barcelona nunca quiso incluir en el traspaso, dinero del que El Confidencial ha ido informando puntualmente y de las diferentes maneras de intentar justificar su pago. Ahora, el caso ha sido denunciado y pese a que el Barcelona pidió confidencialidad, el detalle de las cifras de la operación ha salido a la luz, tal y como desveló en su edición de ayer El Mundo.

En el Camp Nou, la sombra de la sospecha es alargada y apunta al Real Madrid, cuyos dirigentes conocían a la perfección todos los movimientos hechos por la entidad azulgrana. De hecho, Wagner Ribeiro, agente que todavía figura en la nómina de Neymar, mantiene una gran relación con el club blanco por diferentes operaciones.

Es la constante de los dos grandes del fútbol español. Rosell se entrometió en el camino que había abierto el Real Madrid, moneda que le devolvieron desde el Bernabéu, inmiscuyéndose en el camino del Barcelona en el momento decisivo. Y todo para que el fichaje costara más de lo inicialmente previsto. De hecho, ayer en Brasil se aseguraba que el traspaso del brasileño se fue hasta los 140 millones de euros.

Rosell ayer negó y matizó de nuevo la operación, pero sus palabras tendrán que ser ratificadas ante el Juez Ruz. Lo que parece claro es que la guerra Real Madrid-Barcelona está en el fondo de todo este asunto y no aparenta tener fin. La relación entre los dos clubes atraviesa momentos muy delicados y tan sólo el asunto de los derechos televisivos parece mantener vivo un vínculo de puro interés.