Messi y Víctor Valdés regresan para impulsar al Barcelona en su mes crítico

Ausentes desde noviembre, regresan al cuadro azulgrana dos de los puntales que han sostenido al equipo en los últimos tiempos. Si la pasada temporada la presencia de Messi fue fundamental para sostener el campeonato de Liga, en el presente curso ha sido crucial el cancerbero, acentuado por el renqueante estado de forma del 10 azulgrana. Regresan en la temida cuesta de enero, cuando el equipo suele experimentar picos bajos de forma.

No es casualidad que las únicas derrotas cosechadas en lo que va de temporada hayan caído con la baja por lesión de portero azulgrana, como tampoco lo es que el rendimiento goleador del grupo haya descendido respecto a la pasada temporada (49 esta campaña por 57 de la anterior a estas alturas de curso).

En este Barça de juego racheado, más pragmático que retórico, y a la espera de vuelva a verse reflejado en el espejo, la vuelta de Valdés y Messi supone un soplo de aire fresco para el Tata Martino, con gesto torcido desde que tomara consciencia real de la dimensión que tiene la entidad en la que trabaja.

No ha dudado el técnico en verticalizar el juego a la espera de una mayor cohesión del grupo. En el Barcelona actual, por el momento, se ha impuesto más el resultado que la forma de lograrlo. Con mayor vértigo, han destacado más hombres como Fábregas o Alexis, incisivos con espacios, que la pausa de Iniesta o Xavi, más cómodos en posesiones largas.

Con más tiempo en la camilla que sobre el verde, no se sabe aún a ciencia cierta cómo ha afectado el Tata Martino en el juego de Messi. Siempre estuvo cómodo el argentino en la asociación con los volantes, confiado en ese cambio de ritmo frenético que sus continuas convalecencias no han dejado aparecer. Asumido por parte del argentino la necesidad de parar para volver en plenitud, necesita el Barça de su estrella para sostener con goles la mejoría experimentada en los últimos encuentros, más pareja a la imagen de los últimos años.

Si necesaria es la vuelta del 10, el regreso de Valdés se asume como crucial, especialmente con la cita del Calderón en el horizonte. En su, quizá, mejor temporada como azulgrana, su marcha a final de temporada añade un componente romántico a cada actuación. Pocos guardametas han tenido la continuidad y el respaldo del cuerpo técnico como Valdés en una portería en permanente estado histeria. Sólo Zubizarreta, actual director deportivo, tuvo el peso del portero azulgrana.

Su plenitud, considerado desde hace años como uno de los mejores del mundo, se produce además en un curso que finaliza con un Mundial. La cita para Valdés se marca como única para defender la portería de la Roja, toda vez que la complicada situación de Casillas en el Madrid le coloca con desventaja en la carrera por la titularidad.

No carece por tanto de importancia la vuelta de ambos al grupo para retener un liderato claramente amenazado por la pujanza del Atlético de Simeone. Sin la continuidad de tiempos anteriores, al Barça le ha bastado con imponerse en las áreas para gobernar los encuentros. Y es ahí donde Valdés y Messi son los reyes.