Ni la ola de calor en Argentina frena a Messi, cuyo objetivo es poder jugar ante el Atlético

Leo Messi sigue afinando su vuelta. No hay otra fecha en el entorno del crack argentino que el partido del Atlético de Madrid del próximo 12 de enero. Las condiciones climatológicas en Argentina, que experimentan una ola de calor histórica, no han impedido que Messi sigasu preparación. El 10 azulgrana, que pasa las vacaciones, sigue cumpliendo los plazos junto al preparador físico del FC Barcelona, Elvio Paolorosso, en permanentemente contacto a su vez con ‘Tata’ Martino. No hay mayor preocupación en Can Barça que el regreso óptimo de su máxima estrella.

Se tiene especial mimo en el Barcelona por el estado físico de Messi. Su figura, que capitaliza la actualidad azulgrana sin parangón comparable, se vio en entredicho en el último curso. Se deslizó desde diversos sectores la excesiva autonomía alcanzada por el argentino, que se remitía a sus goles para acallar voces disconformes. Tras recaer el pasado mes de noviembre ante el Betis, entendió el momento para parar y volver en plenitud.

Nadie mejor que su compañero Cesc para ilustrar el verdadero estado físico de su compañero. “Yo viví lo mismo durante un año y medio en el Arsenal. Fue un calvario, un no parar, una y otra vez, hasta que me metí en un pozo. Es una lesión muy puñetera; si no se cura bien se vuelve a abrir. Leo tiene que parar, cuidarse, pensar en su salud”. Se constató en Sevilla, previo aviso de las lesiones en Almería y en la Supercopa ante el Atlético, que la lesión era seria y convenía revisar el historial médico para redirigir la preparación física del jugador.

No es la primera vez en la carrera del astro que sufre la tortura de las lesiones. El último año ha evocado a la época de Frank Rijkaard, en el que el argentino carecía de continuidad por culpa de las continuas lesiones, una de las cuáles, sufrida en marzo de 2006, le impidió jugar la final de París ante el Arsenal. Sería con Guardiola donde tanto a nivel físico como puramente futbolístico, alcanzaría su tope.

El técnico del Bayern fue especialmente intervencionista con la estrella. Le limpió el vestuario de cualquiera que pudiera perturbarle y así salieron hombres como Eto’o o Ibrahimovic. Elevado como número uno, el desgaste del tiempo destensó la relación. De la intensidad extrema de Guardiola se pasó a una cierta relajación con Vilanova y a una situación de incertidumbre con la enfermedad de éste.

La lesión ante el PSG en París en los cuartos de final de la Champions pasada, dibujaron un panorama de no retorno hasta el Benito Villamarín, donde las piernas de Leo dijeron basta. Con 2014 inminente, Messi busca olvidar para renacer.