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Del Bosque ejerce de líder al contar con Costa pese a la opinión del vestuario
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LA PRESENCIA DEL ROJIBLANCO ES DECISIÓN SUYA

Del Bosque ejerce de líder al contar con Costa pese a la opinión del vestuario

Del Bosque es el líder silencioso. El seleccionador nacional escucha a todo el mundo, pero al final las decisiones, las gestiones de los conflictos son suyas

Foto: Vicente del Bosque, en rueda de prensa (Efe).
Vicente del Bosque, en rueda de prensa (Efe).

Vicente del Bosque es el líder silencioso. El seleccionador escucha a todo el mundo, pero al final las decisiones, las gestiones de los conflictos son suyas. Sin hacer ruido. El caso de Diego Costa ha vuelto a dejar patente que la última palabra es suya. Sabe que la posible y futura presencia del rojiblanco en el vestuario no será lo cómoda y tranquila que la aparición de cualquier otro jugador. "Esto no es un coto cerrado de unos cuantos jugadores que puedan estar en contra de un alguien en concreto", señaló en clara referencia a esos que no ven con buenos ojos la presencia del delantero. Ha prevalecido su deseo y su convencimiento de que puede controlar la situación. No es la primera vez y sus gestiones siempre han terminado con éxito.

A raíz de los enfrentamientos, en el más amplio sentido de la palabra, entre Real Madrid y Barcelona, Del Bosque tuvo que hacer frente a situaciones límites y meter en el vestuario a jugadores que habían roto relaciones más allá del mero compromiso de vestir la misma camiseta, la de la campeona del mundo. Los azulgrana habrían visto con buenos ojos la exclusión de jugadores como Arbeloa o Xabi Alonso, pero el técnico no dejó de llamarles en momento alguno. Los respaldó con su confianza como argumento para terminar con el conflicto.

Las más que palabras que el lateral ha mantenido con varios de los azulgrana o el distanciamiento de Xabi con Iniesta no fue suficiente motivo como para dejar de llamar a ninguno de los jugadores. Del Bosque dejó pasar el tiempo hasta que decidió actuar y recordar a todos que "el que no aporte no vendrá más". Y con el tiempo consiguió que las heridas se cerraran por completo.

En todo este tipo de decisiones siempre ha prevalecido su palabra. Nunca ha dejado de llevar a jugador alguno porque pudiera molestar a otro o porque lo pidiera la Prensa. Y Arbeloa puede dar buena fe de ello. "Son buenos chicos", se ha cansado de repetir. ¿Qué dijo ayer sobre Diego Costa? Lo mismo. "Me demostró que es un buen chico más allá de los roces que pueda tener sobre el césped". En este sentidola Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) no obstaculizará la decisión de Diego Costa tal y como afirmó el vicepresidente del organismo, Marco Polo del Nero:"Si un jugador quiere jugar aquí o allí, no será esta entidadla que diga que no".

Del Bosque encontró solución al conflicto a su manera, como logró que la que supuestamente imposible convivencia entre los tres porteros se convirtiera en una plácida existencia entre Casillas, Reina y Victor Valdés. O como permitió que Dani Güiza volviera a la Selección tras comprobar que pasó la noche con su hijo y su novia en el hotel de concentración de Sevilla.

Ahora con lo sucedido en los últimos días, Del Bosque ha preparado el terreno. Los que no querían ver a Diego Costa en el vestuario ya saben que muy pronto lo tendrán compartiendo taquilla y confidencias. Y es que en el fondo el seleccionador es el que tiene la palabra, el que mejor maneja a "chicos que son buenos".

Vicente del Bosque es el líder silencioso. El seleccionador escucha a todo el mundo, pero al final las decisiones, las gestiones de los conflictos son suyas. Sin hacer ruido. El caso de Diego Costa ha vuelto a dejar patente que la última palabra es suya. Sabe que la posible y futura presencia del rojiblanco en el vestuario no será lo cómoda y tranquila que la aparición de cualquier otro jugador. "Esto no es un coto cerrado de unos cuantos jugadores que puedan estar en contra de un alguien en concreto", señaló en clara referencia a esos que no ven con buenos ojos la presencia del delantero. Ha prevalecido su deseo y su convencimiento de que puede controlar la situación. No es la primera vez y sus gestiones siempre han terminado con éxito.

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