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Messi, Alves, Xabi Alonso y Arbeloa abren una nueva batalla entre Real Madrid y Barcelona
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LOS CLUBES PONEN EN MARCHA LA MAQUINARIA PARA AVIVAR EL FUEGO

Messi, Alves, Xabi Alonso y Arbeloa abren una nueva batalla entre Real Madrid y Barcelona

Algunos jugadores se han empeñado en dar vida a un fuego que parecía extinguido. Además, los clubes o sus dirigentes, como quieran, han decidido apagar las

Foto: Messi, Alves, Xabi Alonso y Arbeloa abren una nueva batalla entre Real Madrid y Barcelona
Messi, Alves, Xabi Alonso y Arbeloa abren una nueva batalla entre Real Madrid y Barcelona

Algunos jugadores se han empeñado en dar vida a un fuego que parecía extinguido. Además, los clubes o sus dirigentes, como quieran, han decidido apagar las llamas con gasolina, lo que todavía ha dado más cuerpo a un incendio que parecía no iba a volver a cobrar vida, pero que vuelve a arder con especial virulencia. Por si fuera poco, la selección española vuelve a escena y algunos de los protagonistas de esta nueva entrega de la rivalidad entre Real Madrid y Barcelona compartirán vestuario y entrenamientos durante tres días, con Del Bosque como bombero elegido para la ocasión, en este desigual choque de 10 azulgrana contra tres madridistas.

La distancia y el enconamiento de hace dos años parecía haber pasado a mejor vida, pero las acciones de Arbeloa, Xabi Alonso y Alves sobre el terreno de juego y, después, las de Messi y Callejón, último en sumarse al festival de méritos, echan por tierra la labor de otros muchos profesionales como Puyol o Cristiano Ronaldo, empeñados en que nada fuera más allá de la rivalidad de un partido de fútbol. La fractura vuelve a producirse con dos clásicos por delante en un mes y con posibilidad de repetir el duelo en la Champions.

Lo sucedido en el césped del Santiago Bernabéu y alrededores (vestuario y parking) deja retratados a ciertos jugadores, pero lo que sorprende es que los clubes, lejos de intentar calmar los ánimos han creído conveniente lanzar más combustible, poniendo su maquinaria de información a funcionar a toda velocidad. Unos, filtrando información sobre lo sucedido en el túnel y en el aparcamiento; y los otros, lanzando mensajes respecto a un supuesto maltrato arbitral. Unos, insinuando que tienen vídeos sobre Messi; y otros, elaborando uno de las patadas blancas.

Para rematar, unos y otros, decidieron sacar a pasear a la artillería pesada por la sala de prensa. Alves rompió el fuego señalando al público del Bernabéu, insistiendo sobre el árbitro, sobre Ronaldo, sobre el comportamiento de otros jugadores. La respuesta blanca no se hizo esperar al exponer ayer a Callejón ante los medios para que confirmara la actuación de Messi después del partido.

Este nuevo movimiento sirve de confirmación de que las relaciones entre los clubes no pasan, ni de lejos, el mejor momento. Del amigo para siempre de antes al cada uno su vida de ahora. Mantienen puntos de vista semejantes en el asunto de los derechos de televisión, pero nada más. Florentino Pérez y Sandro Rosell ya no son los amigos de antes y en cuanto pueden entorpecen las maniobras del otro. El ejemplo de Neymar es el más elocuente. De ser jugador del Real Madrid ha pasado a ser del Barcelona, para pasar a estar en suspenso ante los inminentes movimientos del club blanco y la ambigua respuesta del jugador. Es más, en el último partido no compartieron mesa y mantel, como tampoco lo harán dentro de un mes en la vuelta de Copa. Cierto es que la reiteración de partidos les ha llevado a tomar esa decisión, pero tampoco tienen muchas ganas de verse la cara.

Los jugadores han vuelto a iniciar una nueva batalla. Al menos algunos de ellos. Xabi Alonso y Arbeloa sobrepasaron el límite durante algunas fases del partido y eso no se lo perdonan los azulgrana. No les tragan, tal y como algún jugador del Barcelona ha confesado a El Confidencial. El problema llega cuando la próxima semana tengan que convivir durante tres días. Además, Casillas no estará presente y no podrá acercar posturas como ha hecho en anteriores ocasiones. Al menos, y para descanso de Del Bosque, aparece de nuevo Puyol, cuya presencia servirá para poner algo de paz o, por lo menos, de respeto pese a que el diálogo es mínimo. Los azulgrana señalan a los dos madridistas como los brazos armados de Mourinho, gran beneficiado de esta nueva trifulca al mantenerse callado y al margen de todo. Al menos guarda silencio y no provoca nuevos frentes.

El capítulo de Messi es el más delicado de todos. El argentino salió corriendo del terreno de juego nada más que Clos Gómez pitara el final del choque. Fue el primero en meterse en el túnel, decepcionado con su partido, el resultado y el tratamiento que había recibido. El delantero está obsesionado, especialmente, con el centrocampista por los desprecios que le hizo, pero tal y como demuestra su comportamiento hacia Karanka, que tal y como confirmó Callejón le dijo que era un muñeco de Mourinho, su fijación y al que culpa de todo es al técnico portugués.

El argentino se activa ante el Real Madrid. Se motiva al máximo. Ve los partidos ante el equipo blanco como una pequeña batalla. "El partido fue duro, como todos los que jugamos ante el Real Madrid", acertó a decir en su cuenta china de Twitter para mostrar la indignación que siente por las tortas, literales, que le dio Xabi Alonso durante el partido. Lo cierto es que su reacción sorprendió a todos. "Hombre no es normal lo que hizo con la mujer de Arbeloa delante", acierta a decir Callejón, otro de los señalados por los hombres de Vilanova

Algunos jugadores se han empeñado en dar vida a un fuego que parecía extinguido. Además, los clubes o sus dirigentes, como quieran, han decidido apagar las llamas con gasolina, lo que todavía ha dado más cuerpo a un incendio que parecía no iba a volver a cobrar vida, pero que vuelve a arder con especial virulencia. Por si fuera poco, la selección española vuelve a escena y algunos de los protagonistas de esta nueva entrega de la rivalidad entre Real Madrid y Barcelona compartirán vestuario y entrenamientos durante tres días, con Del Bosque como bombero elegido para la ocasión, en este desigual choque de 10 azulgrana contra tres madridistas.

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