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El racismo, esa lacra que la UEFA no logra erradicar del mundo del fútbol
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EL ÚLTIMO INCIDENTE EN EL MILAN-PRO PATRIA EVIDENCIA QUE AÚN HAY MUCHO POR HACER

El racismo, esa lacra que la UEFA no logra erradicar del mundo del fútbol

‘Unite against racism’ (Unidos contra el racismo). Éste es uno de los grandes eslóganes que UEFA viene proyectando en el mundo desde hace varios años. El

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El racismo, esa lacra que la UEFA no logra erradicar del mundo del fútbol

‘Unite against racism’ (Unidos contra el racismo). Éste es uno de los grandes eslóganes que UEFA viene proyectando en el mundo desde hace varios años. El máximo organismo del fútbol europeo ha realizado multitud de campañas, utilizando a los futbolistas más representativos y mediáticos del continente, en pos de erradicar esta gran lacra de nuestra sociedad. Pero no hay manera. A pesar de que la conciencia de la mayoría de los aficionados al fútbol, y ciudadanos en general, está por la igualdad de todos, siempre hay ‘manzanas podridas’ que enturbian el buen ambiente y la cordialidad. El último episodio ha tenido lugar esta semana, en el encuentro amistoso entre el Milan y el Pro Patria (equipo de la Cuarta División italiana), donde el delantero ghanés del conjunto milanista, Kevin Prince Boateng, decidió abandonar el terreno de juego al recibir insultos racistas por parte de una minoría de aficionados del conjunto de Busto Arsizio.

Es un ejemplo más de la actitud incívica de una pequeña parte del mundo del fútbol que, por mucho que se haya empeñado la UEFA, sigue ahí. Son múltiples los ejemplos que se han producido en los últimos años similares al acontecido en el norte de Italia este pasado jueves. En nuestro país, algunos hinchas en el Santiago Bernabéu pitaron y abuchearon a jugadores de color de la selección inglesa en un encuentro amistoso entre España e Inglaterra. Ashley Cole y Wright-Phillips fueron objeto de esos malos modos. También Samuel Eto’o amenazó con abandonar el terreno de juego de La Romareda ante los insultos que recibió de parte de algunos aficionados del Zaragoza. Finalmente, el árbitro de aquel encuentro y jugadores de uno y otro conjunto le convencieron para que se quedara y el partido continuara, al mismo tiempo que solicitaron a la grada el cese de dicha actitud. El lateral del Real Madrid Marcelo fue recibido al grito de “mono” por un sector de la grada del estadio Vicente Calderón en el último derbi madrileño a orillas del Manzanares.

 

Fuera de nuestras fronteras nos encontramos con el caso más reciente de Roberto Carlos. Al defensa brasileño, ya en las filas del Anzhi, le arrojaron un plátano y le abuchearon en varias ocasiones en sucesivos partidos de la liga rusa. Reino Unido también ha vivido episodios de este tipo, aunque protagonizados por los propios futbolistas. Los de Luis Suárez con Patrice Evra y Terry con Anton Ferdinand han sido los más sonados. En ambos casos, la Premier League intervino para castigarles con ocho y cuatro partidos, respectivamente.

No cabe duda que todo esfuerzo es poco para atajar un problema tan grave, sobre todo si tenemos en cuenta que ni los propios futbolistas, a veces, son capaces de respetar este tipo de códigos éticos. Aún así, las medidas adoptadas a modo de sanciones (deportivas y/o económicas) o la propia acción de Boateng y el Milan de abandonar un terreno de juego pueden llevar a buen puerto esta lucha. Al menos para que los impresentables que acuden a un estadio para insultar de esta manera se den cuenta del perjuicio que causan a todos, no sólo a quien dirigen sus improperios.

Las apuestas, el otro caballo de batalla

Y si acabar con el racismo en el fútbol es una de las grandes metas de la UEFA, la otra es erradicar las apuestas ilegales. De un tiempo a esta parte, este asunto ha ensuciado competiciones y deportistas hasta el punto de desprestigiarlos en cierta manera. El Calcio se ha visto salpicado con numerosos casos, el ‘Moggigate’ es el más conocido, donde ilustres del fútbol se han visto envueltos. Antonio Conte, actual técnico de la Juventus, es uno de ellos. La Bundesliga también se vio afectada en su día, con algunos colegiados conectados a una red croata de apuestas ilegales.

Hasta el propio Joseph Blatter, presidente de la FIFA, ha llegado a reconocer que “el enemigo número uno del fútbol en la actualidad son las apuestas ilegales y la manipulación de partidos”. Y es que donde hay dinero, y sin duda que en el fútbol hay mucho, la proliferación de organizaciones mafiosas es un hecho. La organización del fútbol (y otros deportes) vive en permanente alerta respecto a este tema. Los quebraderos de cabeza van a ser constantes, por no decir eternos, hasta conseguir extirpar este ‘cáncer’. 

‘Unite against racism’ (Unidos contra el racismo). Éste es uno de los grandes eslóganes que UEFA viene proyectando en el mundo desde hace varios años. El máximo organismo del fútbol europeo ha realizado multitud de campañas, utilizando a los futbolistas más representativos y mediáticos del continente, en pos de erradicar esta gran lacra de nuestra sociedad. Pero no hay manera. A pesar de que la conciencia de la mayoría de los aficionados al fútbol, y ciudadanos en general, está por la igualdad de todos, siempre hay ‘manzanas podridas’ que enturbian el buen ambiente y la cordialidad. El último episodio ha tenido lugar esta semana, en el encuentro amistoso entre el Milan y el Pro Patria (equipo de la Cuarta División italiana), donde el delantero ghanés del conjunto milanista, Kevin Prince Boateng, decidió abandonar el terreno de juego al recibir insultos racistas por parte de una minoría de aficionados del conjunto de Busto Arsizio.

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