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El Barcelona gana fácil en Moscú con Messi al mando y cierra su pase a octavos
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EL ARGENTINO HIZO UN DOBLETE EN UN GRAN PARTIDO DE PEDRO

El Barcelona gana fácil en Moscú con Messi al mando y cierra su pase a octavos

Ni Moscú es Glasgow, ni el Spartak se parece al Celtic. Así que el Barcelona pasó página de la derrota ante los escoceses con una solvente

Foto: El Barcelona gana fácil en Moscú con Messi al mando y cierra su pase a octavos
El Barcelona gana fácil en Moscú con Messi al mando y cierra su pase a octavos

Ni Moscú es Glasgow, ni el Spartak se parece al Celtic. Así que el Barcelona pasó página de la derrota ante los escoceses con una solvente goleada (0-3) frente al equipo de Emery –su puesto corre serio peligro- para sellar el pase a los octavos de final y aparcar la Champions hasta febrero. Un objetivo que llega con un partido de retraso, pero que le permite afrontar la última jornada de la fase de grupos como un mero entrenamiento. Misión cumplida, en cualquier caso.

Esta vez no hubo fórmula mágica para frenar al equipo de Tito Vilanova, que tuvo mucho más juego y pegada de la que lució en Celtic Park. Lejos de la presión de la era Guardiola, este equipo tritura a sus rivales de igual manera. O incluso con mayor eficacia, pero sigue sufriendo atrás. Paradojas, este Barça desafina por donde solía el del Cruyff. El mismo estilo, distintas versiones para perpetuar la misma idea. Tanto da. El caso es que no hubo argumentos que hicieran pensar en una nueva derrota. Bastó con el estajanovista trabajo de Pedro y la puntería siempre afina de Messi –firmó otro doblete- para tumbar al Spartak y los elementos. Aunque todo hay que decirlo ni el frío ni el césped pueden contarse entre los enemigos.

Que Emery había estudiado el vídeo del Celtic hasta el último detalle quedó probado en cuanto el árbitro tocó el silbato. Pertrechado en torno a Dikan, el equipo moscovita se dispuso a librar una defensa numantina de su portería a la espera de un contragolpe o fallo del Barcelona que propiciara un nuevo ‘milagro’. Si el plan funcionó en Escocia, por qué no en Moscú. Pero ni la zaga del Spartak tuvo la consistencia que lució la del Celtic, ni sus contragolpes fueron tan certeros. Para terminar de chafar el plan y advertido por la emboscada, el Barcelona anduvo con tiento y desplegó un fútbol mucho más directo y vertical basado en desmarques de ruptura que terminaron por convertir la defensa rival en poco menos que un queso de gruyer. Demasiados agujeros cuando Messi anda suelto y a la caza de nuevos récords.

Y eso que el Barcelona volvió a supurar por la herida que más le duele esta temporada: la defensa. Sin demasiados aspavientos, el Spartak rascó hasta tres ocasiones dignas de haber acabado dentro. Una de Kombarov en jugada de estrategia que se fue arriba con 0-0 por escasos centímetros, otra del central Suchy llegando desde atrás que por poco no atinó a embocar y otra de Emenike que, demasiado forzado, mandó alto un sensacional centro de Kombarov. Tres acciones dignas de acabar en gol, pero que el Barça se sacudió como pudo para alivio de Vilanova, que no termina de dar con la tecla.

Si parece haber acertado, sin embargo, en ataque, donde cada vez juega menos por dentro y más por fuera. Todo lo contrario a lo que sucedía con Guardiola. Puede que el estado de gracia que a traviesa Pedro haya tenido que ver con ello. El canario es un estilete en los desmarques y es capaz de estirar el campo lo suficiente para que Messi pueda dar rienda suelta a su ansia goleadora. Y eso que el primer gol llevó la firma de Alves –el primero de esta temporada- tras una carambola dentro el área del Spartak propiciada, cómo no, por Messi.

Alves allana el camino

El gol de Alves cimbreó la defensa moscovita que vio como casi a renglón seguido se le venía todo a bajo el tinglado cuando Dika tras sacar un mano a mano a Iniesta dejó el balón botando para que Messi pusiera el 0-2 en un remate mordido llegando desde atrás. Un gol con sabor a claudicación que terminó por confirmarse cuando antes del descanso el Barça puso rumbo a octavos con otro gol de Messi. Un tanto que, justo es decirlo, llegó tras un pase de tiralíneas de Pedro. El mejor, con el permiso de Leo.

La segunda mitad arrancó con una nueva ocasión del Spartak, pero la noche no estaba para ellos. Esta vez las concesiones del Barça no tuvieron quien las aprovechara. Así que el conjunto azulgrana dibujo un segundo periodo de control absoluto de la pelota. Un rondo interminable que bien podría considerarse un ejercicio de recuperación ante los partidos que tiene por delante. Con la Champions aparcada hasta febrero parecía lógico.

Ficha técnica

Spartak: Dykan; Makéev, Suhi, Insaurralde, K.Kombárov (Welliton, m.63); Jurado, Carioca (Brizgalov, m.74), Kallstrom, D.Kombárov; Ari y Emenike (Ananidze, m.63).

Barcelona: Valdés; Alves, Mascherano, Piqué, Alba (Montoya, m.86); Xavi (Song, m.82), Busquets, Iniesta, Cesc; Messi y Pedro (Deulofeu, m.85).

Goles: 0-1,m.16: Alves. 0-2, m.27: Messi. 0-3; m.39: Messi.

Árbitro: Iván Bebek (CRO). Amonestó a Pedro y a Carioca.

Incidencias: partido correspondiente a la fase de grupos de la Liga de Campeones disputado en el estadio olímpico Luzhnikí ante más de 70.000 espectadores (lleno). Los empleados del club ruso regaron el césped artificial minutos antes del comienzo del partido. 

Ni Moscú es Glasgow, ni el Spartak se parece al Celtic. Así que el Barcelona pasó página de la derrota ante los escoceses con una solvente goleada (0-3) frente al equipo de Emery –su puesto corre serio peligro- para sellar el pase a los octavos de final y aparcar la Champions hasta febrero. Un objetivo que llega con un partido de retraso, pero que le permite afrontar la última jornada de la fase de grupos como un mero entrenamiento. Misión cumplida, en cualquier caso.

Leo Messi