La Bundesliga es la antítesis a la nefasta gestión y rentabilidad del fútbol español

Gradas vacías, clubes quebrados, deudas millonarias, dañinas luchas intestinas entre operadores de televisión que dejan horarios intempestivos… la carcoma consume poco a poco la Liga española. Un ejemplo claro de una gestión autodestructiva que está lastrando el futuro de los equipos españoles. A excepción hecha de Real Madrid y Barcelona. Ellos comen aparte. Un modelo que necesita de una profunda renovación para no dejarse morir. Quizá Alemania sea el mejor ejemplo en el que mirarse…    

La antítesis al desastre español es la Bundesliga, que dio ayer el pistoletazo de salida a su edición número 50 con el objetivo de seguir siendo la liga mejor organizada y más rentable del fútbol europeo. Así ha sido los últimos cuatro años. Todo rigor y responsabilidad, Alemania tiene en su fútbol el fiel reflejo de su economía. Nadie vive por encima de sus posibilidades en el país germano, el fútbol tampoco. No hay cabida para el desmán en el torneo. Es más, a diferencia de lo que ocurre en otros países, España uno de ellos, el fútbol alemán ha incrementado un 24 % sus ganancias en el último lustro. Un crecimiento que permitió a los 18 clubes de primera alcanzar los 2.000 millones de beneficio de euros el año pasado. Nada que ver con los 750 millones de euros que adeudan los equipos españoles a Hacienda. La noche y el día.

Uno de los grandes secretos para obtener tan alta rentabilidad es la afluencia de espectadores a los estadios, que el año pasado se incrementó en un 5,2 % con 44.293 de media lo que se tradujo en estadios cubiertos al 90% de su capacidad. Nada que ver con el descenso del 5% registrado en la primera jornada de Liga en España con respecto al año anterior. Puede que el precio de las entradas tenga mucho que ver. El precio medio del boleto más barato para ver a tu equipo en Alemania es inferior a los 30 euros, lo que significa 20 euros menos que el precio medio en el fútbol español. Demasiada diferencia para los maltrechos bolsillos de los aficionados en España, donde el paro alcanza casi los seis millones de persona.

El producto que ofrece la Bundesliga, además, es de alta calidad. Tres goles de media por partido garantizan encuentros, cuando menos, entretenidos. Tal es así que han conseguido aumentar los contratos televisivos. De los 412 millones que ingresaba la liga alemana por los derechos para la emisión de los partidos, han pasado a los 624 que recibirán por las cuatro próximas temporadas. Todo, con un reparto más que equitativo. El que más cobra (Bayern) se embolsa 28 millones y el que menos (Colonia), 14. Nada que ver con las siderales distancias entre los equipos españoles, donde Real Madrid y Barcelona reciben más de 140 ‘kilos’ y equipos como la Real o el mismísimo Málaga de Champions no pasan de los 12.

Ley anti-jeques

Precisamente la Bundesliga también tiene mecanismos de protección para que sus equipos no sufran episodios como el que vive el Málaga con la deserción del jeque Al-Thani. En Alemania está prohibido que alguien posea el 50% de las acciones del club, lo que hace inviable que jeques árabes u oligarcas rusos, como pasa en España e Inglaterra, se hagan dueños y señores de los equipos.

Con tamaña salud financiera no es de extrañar que el Bayern de Múnich esté dispuesto a pagar, uno detrás de otro, los 40 millones que vale la libertad del jugador del Athletic de Bilbao Javi Martínez. Sus ganancias del año pasado se lo permiten: 328,5 millones de euros. El traspaso, en caso de producirse, será el fichaje más caro de la historia de la Bundesliga, donde nunca ha llegado a pagar 97 millones por un jugador como hizo el Real Madrid por Cristiano Ronaldo, sin ir más lejos.