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Coentrao, el chico de los 30 millones, pone en peligro la conquista de la ansiada Décima
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EL PORTUGUÉS QUEDA EN EVIDENCIA PERO NO FUE EL ÚNICO QUE FALLÓ EN EL GOL DE MARIO GÓMEZ

Coentrao, el chico de los 30 millones, pone en peligro la conquista de la ansiada Décima

Hay jugadores que quedan señalados desde el día que llegan a un club y, tristemente, las predicciones se terminan cumpliendo como sucedió ayer en el Allianz

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Coentrao, el chico de los 30 millones, pone en peligro la conquista de la ansiada Décima

Hay jugadores que quedan señalados desde el día que llegan a un club y, tristemente, las predicciones se terminan cumpliendo como sucedió ayer en el Allianz Arena de Múnich. El último de esos casos ha sido Fabio Coentrao. Su fichaje, bueno mejor dicho el precio que decían iba a costar, marcó al portugués desde el momento en el que se declaró en rebeldía al tener una oferta del Real Madrid, negada por todas partes pero con el paso del tiempo se confirmó en todos sus extremos.

El ex del Benfica aterrizó por el Bernabéu a cambio de 30 millones de euros. Buen jugador, dinero exageradamente alto. La comparación precio calidad no era posible, saltaba por los aires. Era una petición de Mourinho: "Necesitamos a un lateral que apriete a Marcelo, que sea más defensa", confesó en la zona noble del Santiago Bernabéu, que terminaron accediendo a la petición del técnico. Eso sí, tras un mes de competición dijo en público que era un jugador multiusos. Tal cual.

Pues bien, nueve meses después, todas las expectativas sobre el rendimiento, mejor dicho de la aportación al equipo de Coentrao, se han cumplido al ciento por ciento. Presionado por los 30 millones y sin posición definida en el equipo, Mourinho ha ido dándole todo tipo de oportunidades, pero todas han tenido idéntico resultado negativo. Una tras otra, pero ayer en Münich quedó en evidencia. Y la mala suerte que tuvo el portugués es que en una de esas jugadas en las que no estuvo acertado, precisamente en el minuto noventa del partido, significó el gol de triunfo del Bayern. El Real Madrid todavía está a tiempo de remontar el próximo miércoles, pero si ese tanto termina siendo el adiós a la Décima, Coentrao ha podido escribir sus últimos días como madridista. Al menos, la afición no se lo perdonará. Si ya entre los directivos hay dudas, imaginen entre los seguidores.

Casillas reconoció en los micrófonos de TVE que algo dijo al lateral nada más recibir el gol, mientras que a Mourinho no le gustó que se le preguntara por el ex del Benfica comentando que: "Ha habido otros jugadores que han fallado. Hizo un buen partido". Lo que sí es cierto es que no fue el único madridista que falló ayer, empezando por el entrenador, que dudó y decidió no buscar el segundo gol más allá que con alguna contra. La defensa blanca volvió a dejar patente que sufre a balón parado, que no trabaja esas jugadas como debería. Está claro que Coentrao no estuvo, mejor dicho no está a la altura, pero Casillas, Sergio Ramos y Pepe tampoco se acercaron a ese nivel, en especial en las faltas y saques de esquina. En la jugada del segundo gol, Mario Gómez remató dentro del área pequeña y ahí no estaba el portugués. El balón se paseo y nadie acertó a despejar o a parar el esférico.

Por cierto, el Real Madrid sigue sin superar el miedo escénico que antes tenía el Olímpico y ahora el Allianz Arena de Múnich. Diez visitas, nueve derrotas y un empate. Si en la anterior recibió un gol nada más empezar el partido, a los nueve segundos, en esta ocasión, Casillas recibió un tanto en el minuto 90. El gafe sigue vivo. Lo mejor es que en esta ocasión no es definitivo, sigue vivo y puede remontar el miércoles en el Bernabéu.

Hay jugadores que quedan señalados desde el día que llegan a un club y, tristemente, las predicciones se terminan cumpliendo como sucedió ayer en el Allianz Arena de Múnich. El último de esos casos ha sido Fabio Coentrao. Su fichaje, bueno mejor dicho el precio que decían iba a costar, marcó al portugués desde el momento en el que se declaró en rebeldía al tener una oferta del Real Madrid, negada por todas partes pero con el paso del tiempo se confirmó en todos sus extremos.

Fabio Coentrao