El Barça ofrece un homenaje al fútbol para ganar el Mundial ante Santos

Canto al fútbol. El Barcelona cierra el círculo destrozando al Santos y conquistando un nuevo Mundial de clubes. Guardiola puede respirar tranquilo. Su equipo ha alcanzado esa excelencia que Florentino Pérez busca para su Real Madrid. La exhibición hecha por los azulgrana en Yokohama, con un título en juego, será recordada durante mucho tiempo por el escenario, el momento y la importancia de la misma. Y el que lo dude y hable de torneo de verano, que eche la vista atrás y recuerde el aguanís de Raúl ante Vasco de Gama. Ha pasado a la historia y el partido del Barcelona ante Santos también lo hará. Los dos goles de Messi, el de Xavi y el de Cesc certifican el título de mejor equipo del mundo para los azulgrana. Algo que ya se sabía, pero que ahora nadie lo puede poner en duda. A día de hoy, es el número uno y la mejor noticia para Guardiola es que sus jugadores cada día que pasa tienen más hambre y ambición, tal y como han demostrado en esta excursión hasta Yokohama.

El que iba a ser el presumible duelo a dos entre Messi y Neymar, quedó en nada. El argentino no varió la línea marcada en los últimos años, es decir, decisivo como siempre, mientras que el brasileño se mostró como su equipo, gris y con miedo. Eso sí, dejó algún detalle de buen jugador pero el cara a cara no tuvo color, como tampoco lo tuvo el partido, controlado por el Barcelona al son que marcó Xavi, el de siempre.

Sería injusto destacar a un jugador. La obra es del colectivo, del juego de equipo, de una idea, de una manera de jugar. Santos había preparado la final durante meses, pero de nada sirvió el trabajo hecho. Cuando un equipo te presiona a diez metros de tu área, cuando te roba el balón, cuando lo toca y toca hasta hacerlo suyo, sólo queda la rendición, algo que Neymar, Ganso y los suyos hicieron cuando comprobaron que era imposible.

Guardiola decidió tirar descaradamente a Álves al extremo derecho, siendo el jugador más adelantado durante gran parte del choque. Más adelantado que nunca, buscaba romper a los brasileños con su velocidad. La única misión del brasileño era pisar la línea a la espera de que sus compañeros cansaran a los de Ramalho.  Una y otra vez rompía por la banda, como también hacía Thiago en la izquierda, ocupando el puesto de Villa. Por el centro, Cesc, Messi e Iniesta se divertían tirando paredes imposibles ante la mirada de hombres como Danilo, Bruno y Durval, que se convirtieron en espectadores privilegiados de la exhibición. Edu Drácena era el único que competía, que buscaba al hombre. Eso sí, de la pelota no tenía noticias, era azulgrana.

 

El Santos, anulado y el Barça, dominio total

Santos ni se atrevía a pasar del centro del campo. Los sesenta metros que tenían por delante cuando algún jugador del Barcelona se equivocaba y les daba el balón, desanimaba a los brasileños. Ni la defensa de tres planteada por Guardiola les animaba intentarlo. La lógica consecuencia llegaba con el dominio total del equipo de Guardiola. El gol era cuestión de acierto y no de tiempo, el que tuvo Messi a los 17 minutos. El argentino puso el marco perfecto a un control y un posterior pase de Xavi, reservado a los privilegiados del fútbol.

El gol sirvió para hundir más aún al Santos, que con su entrenador ya sentado y derrotado en el banquillo, no sabía qué hacer ante lo que se le venía encima. Siete minutos después del primer tanto se invirtieron los papeles para que Álves asistiera y Xavi lograra el segundo gol. Festival azulgrana. Era un no parar. La defensa del campeón sudamericano se quedaba parada por momentos. Ni se movían mirando como avanzaban los jugadores del Barcelona ante la portería del extraño Rafael Cabral. Y así sucedió cuando todavía la defensa de Santos lamentaba el segundo tanto. Tras otra pared imposible, Cesc se tropezó con el palo como único obstáculo para lograr el tercero. El brasileño tuvo tiempo, tras el descanso, de asistir de nuevo a Messi para que lograra el cuarto del partido.

La sentencia llegó al filo del descanso, en otra obra perfecta de lo que es la presión de un equipo iniciada por el punta. El Santos no supo que hacer con la pelota, que robó Álves a diez metros del área de Cabral, que pese a evitar el gol en dos ocasiones, nada pudo hacer ante el tercer remate, el de Cesc, el segundo goleador de la temporada de los azulgrana.

Terminar una final con tres goles de ventaja garantiza, menos al Milan claro está, tener el título asegurado. El Barcelona apenas varió el guión de la primera parte, aunque la intensidad ya no fue la misma, lo que permitió que el Santos apareciera por el área de Valdés, obligándole a intervenir en un par de ocasiones, una ante Borges y otra ante Neymar. Pese a todo, el equipo de Guardiola pudo haber logrado otros tres o cuatro tantos. Marcó Messi, pero Álves no tuvo tanta suerte al toparse con el palo, como Cesc lo hizo con el portero de Santos.

 

- Ficha técnica:

4 - Barcelona: Valdés; Puyol (Fontas, min.85), Piqué (Mascherano, min.56), Abidal; Alves, Busquets, Xavi, Thiago (Pedro, min 78); Iniesta, Cesc; y Messi.

0 - Santos: Rafael; Danilo (Elano, min. 30), Edu Drácena, Bruno Rodrigo, Durval, Leo; Henrique, Arouca, Ganso (Ibson, min.83); Borges (Kardec, min.78) y Neymar.

Goles: 1-0. Min.17: Messi; 2-0 Min. 24: Xavi; 3-0 Min. 45: Cesc; 4-. Min. 82: Messi.

Árbitro: Ravshan Irmatov (UZB). Mostró tarjeta amarilla a Piqué (min.38), Mascherano (min.70), Ganso (min.72) y Edu Drácena (min.73)

Estadio: Estadio Internacional de Yokohama. Lleno absoluto: 68.166 espectadores.

Temperatura: 9 grados, 42 por ciento de humedad.

Incidencias: Antes del partido se ofreció un espectáculo de pirotecnia con el volcán sagrado nipón Fuji como protagonista.