El burka y el fútbol dejan de ser incompatibles en Afganistán

Fútbol femenino en Afganistán. Parecía algo impensable hace unos años, pero en la actualidad es una realidad. La primera selección de fútbol ya está puesta en marcha desde la caída del régimen talibán. Algunos países extranjeros como Alemania favorecieron el fútbol afgano. En estos momentos las jugadoras cambian tres veces por semana el pañuelo por el chándal y se enfrentan a la conservadora sociedad afgana con su pasión por el balón.

El jefe de la Federación afgana de Fútbol, Mohammad Yaseen Mohammedi, apoya la causa y es uno de los principales promotores de esta selección femenina. Las chicas cuentan con el patrocinio de una compañía danesa y entrenan en el estadio de Kabul. Enfundadas en la camiseta roja de su selección olvidan sus orígenes humildes y muestran una gran profesionalidad.

A pesar de todos los problemas en los que está inmerso Afganistán, el fútbol es para muchos una liberación. Las décadas de guerra que acechan el país han provocado una ausencia de infraestructuras, pero no una pasión por el fútbol incuestionable. El deporte rey es seguido en la capital, Kabul, por una pequeña legión de seguidores.

La historia del fútbol femenino empezó en el año 2006 con muchos problemas, ya que el país no asimilaba todavía ver a las mujeres jugando al fútbol. 

Nadie estaba listo para apoyar el fútbol femenino, la mujer seguía relegada a un rol secundario, reducido a la casa y completamente ajeno a la vida pública.

En 2001 el único deporte que se jugaba en Afganistán era el fútbol y en la actualidad ya hay equipos femeninos en Kabul y en otras tres provincias. Aunque a la selección le falta todavía rodaje internacional, no falta intensidad en los partidos que juegan contra selecciones de las tropas extranjeras, el último partido el pasado viernes con un empate a cero final.

Dicho partido comenzó en un ambiente de amistad aunque luego se tornó más competitivo. Se pudieron ver a 200 espectadores agitando sus banderas y al grito de 'viva Afganistán'. Las jugadoras posaron con un cartel de la FIFA y al parecer recibirán una invitación para ver el Mundial femenino de Alemania de este verano, tras disputar el campeonato de fútbol del sureste de Asia, jugado en Bangladesh.

Después del partido, las militares volvieron a su base. En el bando afgano la sensación era otra. Se pensaba en el siguiente partido con un deseo de todos los presentes de disponer de un campo con buen césped.

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