La prensa del corazón, un obstáculo con el que Pep Guardiola no contaba

Por fin se ha confirmado el rumor que venía sonando desde el pasado Mundial de Sudáfrica. Gerard Piqué colgaba la pasada madrugada una foto en su perfil de Facebook en la que aparecía junto a un grupo de amigos, entre ellos su compañero Carles Puyol, y la perseguida cantante Shakira, con la que se especulaba con una una relación más allá de la amistad. Se confirmaba así lo que hasta ahora era un secreto a voces y lo que ha provocado la constante persecución del jugador por parte de la prensa rosa, algo poco usual en Can Barça y ajeno al esquema de trabajo planteado por Pep Guardiola.

Puede que la publicación de dicha foto haya sido producto del hartazgo del azulgrana, quen puede haber querido porner fin a los rumores tras haber sido el objetivo de los periodistas del corazón durante meses. Piqué ha sufrido el acoso de la prensa desde que la noticia de una posible relación entre él y la cantante saltara a las portadas de las revistas y los programas de televisión. Tal ha sido el hostigamiento, que el internacional ha tenido -y aún tiene- que soportar a los paparazzis que se agolpan en la puerta de su casa y los dos coches que le persiguen a diario allá donde vaya. En las concentraciones con España sucede lo mismo. Ayer, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde se encuentra la selección para prepar el amistoso que disputará el miércoles, también se colaron los micrófonos con la intención de rascar algunas declaraciones, pero el catalán no dijo ni una palabra.

Si este despliegue tuvo lugar antes de la confirmación de la relación, cuando las cámaras y fotógrafos buscaban la instantánea que corroborara las especulaciones, ahora, lejos de menguar, puede intensificarse. Todo con tal de captar la imagen de la pareja más mediática del momento, con permiso de Iker Casillas y Sara Carbonero. Porque si la colombiana ya arrastraba periodistas y despertaba el interés de medio mundo, su noviazgo con el campeón del mundo incrementa -y mucho- la dosis de morbo. Sin embargo, a quien sí puede inquietar todo este revuelo, además de al propio Piqué, es al míster.

Algo que Guardiola no puede controlar

Guardiola es un hombre meticuloso con su trabajo, pero cuando las cosas salen bien, es el primero en dar cancha a sus jugadores. Hasta ahora, la imagen que se proyecta del vestuario culé era la de un remanso de paz, con aparente buen ambiente, sin escándalos y sin informaciones ajenas a lo deportivo. Por eso, el técnico no duda en premiar a sus jugadores con más días libres que el resto de plantillas y evitando las pesadas concentraciones en la medida de lo posible. Nunca antes había trascendido la vida privada de un jugador del 'Pep Team', pero el huracán Shakira-Piqué es lo suficientemente potente como para alterar la estabilidad lograda por Guardiola. No se trata de un problema, si no de una posible perturbación de la armonía con la que le gusta trabajar al técnico.

El entorno azulgrana sufre ahora lo que para la prensa catalana siqmpre ha sido dominio de la madrileña. La publicación de informaciones y sobre todo rumores acerca de la vída íntima de los futbolistas salpicó a jugadores como Davor Suker o Guti y llegó al cúlmen con David Beckham. Y aunque la prensa de la ciudad condal solía asegurar que ese tipo de informaciones nunca llegarían a Barcelona, lo cierto es que las salidas nocturnas de Ronaldinho y Deco, entre otros, durante la última etapa de Frank Rijkaard en el banquillo sí ocuparon las portadas de los medios.