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Los deportistas tienen mayores riesgos porque su corazón es más grande, según los cardiólogos
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SUFREN ALTERACIONES PRODUCTO DEL DEPORTE

Los deportistas tienen mayores riesgos porque su corazón es más grande, según los cardiólogos

El corazón del deportista puede llegar a ser el doble de grande al de una persona que no practica ejercicio, por lo que está sometido a

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Los deportistas tienen mayores riesgos porque su corazón es más grande, según los cardiólogos

El corazón del deportista puede llegar a ser el doble de grande al de una persona que no practica ejercicio, por lo que está sometido a más riesgo y las enfermedades son más difíciles de diagnosticar, según los especialistas que participaron en el reciente Congreso de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), donde se trató el tema de la muerte súbita y el deporte.

La doctora Araceli Boraíta destacó que el mayor tamaño y funcionalidad del corazón del deportista producen alteraciones producto de la propia actividad deportiva. Según los especialistas, el entrenamiento intenso puede acelerar las cardiologías cardíacas hereditarias, principal causa de muerte súbita, pérdida súbita del conocimiento que requiere maniobra de reanimación en deportistas menores de 35 años.

La muerte del futbolista Antonio Puerta en agosto de 2007 obligó a los clubes españoles de categoría profesional, es decir, los de Primera y Segunda División, a concienciarse de la necesidad de realizar controles cardiovasculares a sus futbolistas, aunque son muchas las especialidades deportivas y federaciones que no disponen de recursos para realizar dichas pruebas, especialmente en categorías inferiores.

Esa pérdida de conocimiento debida a un sobreesfuerzo físico es el principal síntoma de riesgo de poder sufrir una muerte súbita, y es por ello, por lo que todo deportista que sufre un desfallecimiento "debe ser inmediatamente valorado por un cardiólogo", quien debe valorar la conveniencia o no de que el interesado siga practicando deporte.

A más exigencia aeróbica, más riesgo

En España practican deporte 12 millones de personas, de las que 7 lo hacen de forma federada y en competición. La muerte súbita se produce en unas 40.000 personas, un índice alto según los expertos. En deportistas menores de 35 años se dan entre 40 y 50 casos al año, es decir, un caso cada 300.000 habitantes. Entre los mayores de 35 años el percance se produce en uno cada 18.000 habitantes.

Los deportes que más se exponen al riesgo de muerte súbita son los de alta exigencia aeróbica, entre ellos principalmente el ciclismo, triatlón, piragüismo, remo, carrera a pie de larga distancia, fútbol, baloncesto y tenis.

La Sociedad Española de Cardiología, que finalizó su congreso en Valencia el pasado sábado, estudiará las muertes súbitas que se producen en España entre jóvenes deportistas. Será fundamental, según el doctor Pérez Villacastín, "poder realizar en cada caso de este tipo de muerte un análisis anatómico, histológico, toxicológico y genético para establecer cual es la patología subyacente".

El estudio español de muerte súbita en deportistas presentado en el Congreso de la SEC de Valencia, cuenta con el apoyo del Consejo Superior de Deportes y la Sociedad española de patología forense.

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El corazón del deportista puede llegar a ser el doble de grande al de una persona que no practica ejercicio, por lo que está sometido a más riesgo y las enfermedades son más difíciles de diagnosticar, según los especialistas que participaron en el reciente Congreso de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), donde se trató el tema de la muerte súbita y el deporte.

La doctora Araceli Boraíta destacó que el mayor tamaño y funcionalidad del corazón del deportista producen alteraciones producto de la propia actividad deportiva. Según los especialistas, el entrenamiento intenso puede acelerar las cardiologías cardíacas hereditarias, principal causa de muerte súbita, pérdida súbita del conocimiento que requiere maniobra de reanimación en deportistas menores de 35 años.

La muerte del futbolista Antonio Puerta en agosto de 2007 obligó a los clubes españoles de categoría profesional, es decir, los de Primera y Segunda División, a concienciarse de la necesidad de realizar controles cardiovasculares a sus futbolistas, aunque son muchas las especialidades deportivas y federaciones que no disponen de recursos para realizar dichas pruebas, especialmente en categorías inferiores.

Esa pérdida de conocimiento debida a un sobreesfuerzo físico es el principal síntoma de riesgo de poder sufrir una muerte súbita, y es por ello, por lo que todo deportista que sufre un desfallecimiento "debe ser inmediatamente valorado por un cardiólogo", quien debe valorar la conveniencia o no de que el interesado siga practicando deporte.