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Egipto vs Ghana: fútbol de salón frente a fútbol de pelea
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FINAL DE LA COPA DE ÁFRICA

Egipto vs Ghana: fútbol de salón frente a fútbol de pelea

Egipto y Ghana, dos filosofías contrapuestas, dos formas antagónicas de entender el juego, medirán su fútbol en el Estadio 11 de Novembro en Luanda, durante la

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Egipto vs Ghana: fútbol de salón frente a fútbol de pelea

Egipto y Ghana, dos filosofías contrapuestas, dos formas antagónicas de entender el juego, medirán su fútbol en el Estadio 11 de Novembro en Luanda, durante la final de la Copa de África, para determinar quién tiene razón. La experiencia de 'Los Faraones', que pueden encadenar tres títulos consecutivos por primera vez en la historia del torneo, contra el entusiasmo bisoño de Ghana, que no alza el título desde 1982; el fútbol armónico y combinado de Egipto frente al vendaval a la contra de los muchachos de Milovan Rajevac. "Les dije a mis jugadores que íbamos a jugar para alcanzar la final no para producir un fútbol bonito, sólo importa el resultado, todo es cuestión del resultado", dijo el técnico serbio en toda una declaración de intenciones.

En realidad, tampoco ha tenido muchas más opciones Rajevac, que ha comparecido en Angola con un equipo de imberbes obligado por las bajas y que por el camino ha perdido a Michael Essien, el centrocampista del Chelsea, el faro de esta selección, que no pudo disputar más que 45 minutos. Con todo, Ghana se siente cómoda acumulando hombres por detrás del balón. Se agazapa, espera su oportunidad, da un zarpazo y se vuelve a parapetar alrededor de Kingson. Así desquició a Burkina Faso, a Angola y a Nigeria, tres equipos a los que dejó en la cuneta siempre con el mismo resultado (1-0) y siempre con el mismo patrón de juego.

Ghana sólo ha perdido un partido, en su debut frente a Costa de Marfil (3-1), en el que 'Los Elefantes' se adelantaron en el marcador y obligaron a Ghana a llevar el peso del partido, a descuidar sus espaldas, a jugar contra natura; en definitiva, a arriesgar. Frente al juego estajanovista de Ghana, la imaginación de altos vuelos de Egipto, un grupo maduro y perfectamente acoplado, un equipo con fútbol plástico y también con pegada que se defiende con el balón en los pies. 'Los Faraones' llegan a la final con un historial inmaculado: 14 goles a favor y dos en contra en cinco partidos. Por el camino ha zarandeado a Nigeria (3-1), Camerún (3-1) y Argelia (4-0), tres rivales de pedigrí, y se deshizo con solvencia de Mozambique (2-0) y Benin (2-0).

"No hemos ganado cinco partidos aquí, en esta competición, para perder la final", ha dicho Zidan, el delantero del Rennes, un hombre con el gol entre las cejas que ha dejado sobre la hierba de Angola algunas de las secuencias más memorables del campeonato. Puede que Zidan no pueda contar con su pareja de ataque, el siempre imprevisible Emad Moteab, que tiene problemas en un muslo, pero Egipto, al igual que su rival, se ha destacado por su fútbol colectivo por encima de las individualidades. Si Egipto vence, habrá encadenado 19 partidos consecutivos sin conocer la derrota en la Copa de África, y una generación de futbolistas inolvidable habrán puesto un broche de oro a sus prolíficas carreras, donde sólo ha faltado comparecer en un Mundial.

Será también un partido muy especial para Ahmed Hassan, el capitán de 'Los Faraones', que podría convertirse en el primer jugador en la historia que conquista cuatro campeonatos. No sólo los números, también las sensaciones y el historial dan como favorito a Egipto, al que difícilmente hubiera podido el torneo deparar un rival más justo. Ahora queda dirimir no sólo al campeón, sino también cuál es el camino más propicio hacia el título: el fútbol de salón de Egipto o el de trincheras de Ghana. Un asunto serio.

Egipto y Ghana, dos filosofías contrapuestas, dos formas antagónicas de entender el juego, medirán su fútbol en el Estadio 11 de Novembro en Luanda, durante la final de la Copa de África, para determinar quién tiene razón. La experiencia de 'Los Faraones', que pueden encadenar tres títulos consecutivos por primera vez en la historia del torneo, contra el entusiasmo bisoño de Ghana, que no alza el título desde 1982; el fútbol armónico y combinado de Egipto frente al vendaval a la contra de los muchachos de Milovan Rajevac. "Les dije a mis jugadores que íbamos a jugar para alcanzar la final no para producir un fútbol bonito, sólo importa el resultado, todo es cuestión del resultado", dijo el técnico serbio en toda una declaración de intenciones.

En realidad, tampoco ha tenido muchas más opciones Rajevac, que ha comparecido en Angola con un equipo de imberbes obligado por las bajas y que por el camino ha perdido a Michael Essien, el centrocampista del Chelsea, el faro de esta selección, que no pudo disputar más que 45 minutos. Con todo, Ghana se siente cómoda acumulando hombres por detrás del balón. Se agazapa, espera su oportunidad, da un zarpazo y se vuelve a parapetar alrededor de Kingson. Así desquició a Burkina Faso, a Angola y a Nigeria, tres equipos a los que dejó en la cuneta siempre con el mismo resultado (1-0) y siempre con el mismo patrón de juego.

Ghana sólo ha perdido un partido, en su debut frente a Costa de Marfil (3-1), en el que 'Los Elefantes' se adelantaron en el marcador y obligaron a Ghana a llevar el peso del partido, a descuidar sus espaldas, a jugar contra natura; en definitiva, a arriesgar. Frente al juego estajanovista de Ghana, la imaginación de altos vuelos de Egipto, un grupo maduro y perfectamente acoplado, un equipo con fútbol plástico y también con pegada que se defiende con el balón en los pies. 'Los Faraones' llegan a la final con un historial inmaculado: 14 goles a favor y dos en contra en cinco partidos. Por el camino ha zarandeado a Nigeria (3-1), Camerún (3-1) y Argelia (4-0), tres rivales de pedigrí, y se deshizo con solvencia de Mozambique (2-0) y Benin (2-0).

"No hemos ganado cinco partidos aquí, en esta competición, para perder la final", ha dicho Zidan, el delantero del Rennes, un hombre con el gol entre las cejas que ha dejado sobre la hierba de Angola algunas de las secuencias más memorables del campeonato. Puede que Zidan no pueda contar con su pareja de ataque, el siempre imprevisible Emad Moteab, que tiene problemas en un muslo, pero Egipto, al igual que su rival, se ha destacado por su fútbol colectivo por encima de las individualidades. Si Egipto vence, habrá encadenado 19 partidos consecutivos sin conocer la derrota en la Copa de África, y una generación de futbolistas inolvidable habrán puesto un broche de oro a sus prolíficas carreras, donde sólo ha faltado comparecer en un Mundial.