A Calderón no le invitan a la cena

Ramón Calderón volvió a sacar pecho el pasado martes en la fiesta del reencuentro de todos los que han vestido La Roja. No contento con las diferentes causas que tiene abiertas en los juzgados, Calderón se jacta de ser poco menos que el artífice del actual Real Madrid y volvió a atacar a Florentino Pérez. Sin ningún tipo de rubor volvió a presumir de lo que hizo en sus dos años y medio al frente de la entidad madridista, para terminar diciendo que el fichaje de Cristiano Ronaldo es suyo, cuando la realidad dice que anduvo buscando créditos para cerrar el traspaso y lo único que encontró fueron negativas de todos los bancos a los que llamó. 

 

De lo que no puede presumir el ex presidente del Real Madrid es por el vacío que le hacen los que fueron sus compañeros de Junta, los que él colocó dentro del club blanco y que ahora no quieren saber nada de él. El último ejemplo de ese desprecio a Calderón se produjo tres semanas atrás. Pedro Trapote, uno de los hombres fuertes en la anterior cúpula del Real Madrid, reunió a todos los directivos en su finca de los Jardines de Oñate (Aranjuez). Rectifico. A todos no, porque faltó el que fue nexo de unión en una directiva que poco tenían que ver entre ellos.

 

La cena que ofreció el que fuera vocal del Real Madrid y dueño de las discotecas 'Pachá' y 'Joy Eslava' reunió a todos sus compañeros de Junta en su finca y no pudieron evitar hablar del club blanco. Entre los invitados al ágape se encontraba Vicente Boluda, que fuera presidente durante seis meses, tras el forzado adiós de Calderón.  Por la cabeza de Boluda está la idea de ser presidente en un futuro.  No pretende hacer oposición a Florentino Pérez, pero sí que sopesa la idea de no desligarse del todo del fútbol y dar el paso dentro de cuatro años, momento en el que se convocarán las próximas elecciones. Muchos de sus compañeros de Junta ya han dicho que el fútbol es historia para ellos.