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Jesús Navas dice que ya espera a Del Bosque
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EL SEVILLISTA SE HA RECUPERADO DEL 'SÍNDROME FAMILIAR'

Jesús Navas dice que ya espera a Del Bosque

Marcelo apretaba los dientes y puños y corría, corría como un poseso, pero sentía la terrible sensación de esforzarse para nada. Le habían dicho que marcara

Foto: Jesús Navas dice que ya espera a Del Bosque
Jesús Navas dice que ya espera a Del Bosque

Marcelo apretaba los dientes y puños y corría, corría como un poseso, pero sentía la terrible sensación de esforzarse para nada. Le habían dicho que marcara a un contrario, alguien veloz, pero no al mismísimo diablo de Tazmania. O sea, Jesús Navas. El de Los Palacios hizo un tremendo roto a Marcelo y al Real Madrid de Pellegrini. Marcó un gol, intervino en el segundo gol y se erigió en el martillo pilón de los madridistas. Un flaco de apenas metro setenta y cinco.

 

En los dos últimos años, la progresión futbolística de Navas ha sido más que evidente, pero por razones que afectan a la psicología el jugador huía de todo lo que no le resultara familiar. Para él, familiar son sus amigos de toda la vida, su pueblo natal, Los Palacios, Sevilla capital y Nervión: el Sevilla. La selección no le aparecía en el apartado familiar.

 

Hace cuatro años la cosa resultaba peor. Cuando el Sevilla se desplazaba a realizar la concentración de pretemporada, Navas agarraba el petate el primer día y regresaba a casa. El Sevilla recurrió a los servicios de especialistas en la psicología, que trabajaron durante meses casi las veinticuatro horas del día para mejorar el síndrome familiar padecido por la joya sevillista y que le impedía ser llamado por los seleccionadores.

Para un jugador de su nivel  mostrarse en el escaparate internacional puede resultar un desastre económicamente, pero el Sevilla se lo toma como “una bendición del cielo”, según un miembro del Consejo que preside José María Del Nido. Valga un dato: hace cuatro años, el Lyon llegó a ofrecer 22 millones de euros por el futbolista, oferta que los blancos rechazaron. Y es que Jesús Navas es algo más que un buen jugador, es un emblema.

 

Pero Navas ya no es sólo un gran futbolista, sino que ha dado el necesario paso adelante: quiere ir a la selección. Y el domingo, tras pasar el rulo de su fútbol por las espaldas del desafortunado Marcelo, el palaciego declaró: “Estoy haciendo bien las cosas, ahora espero la llamada de Del Bosque”. Parco en palabras, Navas realizó toda una declaración de intenciones. El propio presidente del Sevilla, Del Nido, lo refrendó: “Si así lo quiere el seleccionador, Jesús ya se encuentra a sus órdenes”. Más contundente y mostrando la punta afilada de la crítica, el brasileño Adriano señaló: “No sé qué tenemos que hacer para que miren al Sevilla en la selección española”.

 

Y es que el personal muestra su extrañeza por el despego de Del Bosque hacia el club blanco, tercero destacado en la clasificación durante muchos meses y el otro día, tras la publicación de la lista de veinticuatro jugadores, ni uno sólo pertenecía a la nómina nervionense. Jesús Navas, Negredo, Sergio Sánchez, Fernando Navarro, Diego Capel... Todos dicen que están dispuestos. 

 

Marcelo apretaba los dientes y puños y corría, corría como un poseso, pero sentía la terrible sensación de esforzarse para nada. Le habían dicho que marcara a un contrario, alguien veloz, pero no al mismísimo diablo de Tazmania. O sea, Jesús Navas. El de Los Palacios hizo un tremendo roto a Marcelo y al Real Madrid de Pellegrini. Marcó un gol, intervino en el segundo gol y se erigió en el martillo pilón de los madridistas. Un flaco de apenas metro setenta y cinco.