Del Bosque consigue lo que no consiguió Luis Aragonés

Del Bosque ha conseguido en ocho partidos lo que no logró Luis Aragonés, que no es otra cosa que clasificar a España para un Mundial de forma directa y por la vía rápida. Los números dictan sentencia. Cierto que el ex del Atlético es todo un campeón de Europa con ‘La Roja’ puesta, pero la transición conseguida por el actual seleccionador ha llevado al fútbol español a olvidarse de repescas, angustias y otros episodios del pasado. El pleno de victorias ha servido para sellar el pasaporte al Mundial de Sudáfrica y seguir la estela marcada el verano de 2008 en Austria.

La consecuencia de esta clasificación no es otra que la automática renovación de Del Bosque en su cargo de seleccionador. Villar es un clásico y fiel a su costumbre ofrecerá en los próximos días la renovación al técnico y todo hace indicar que la firma se producirá en breve porque la sintonía es total. Del Bosque quiere; Villar quiere; Hierro quiere. Blanco y en botella.

El matrimonio técnico-presidente con la clasificación en el bolsillo sólo se ha roto con Luis Aragonés. Ya saben el episodio del yogur caducado y el yo me voy pronunciado por Luis, para luego decir que no me han ofrecido la renovación, desmentido por los que mandan en la Ciudad del Fútbol.  Un lío que terminó con Luis de seleccionador, pero con el mayor logro de los últimos 40 años: la Eurocopa.

El billete para Sudáfrica significará la novena presencia consecutiva de España en la fase final de un Mundial. Desde Argentina 78, el combinado español no falta a ninguna cita mundialista. El trabajo ya estaba hecho, pero la victoria de ayer ante Estonia careció de ritmo y no fue como el de Bélgica del pasado sábado. La fiesta de Mérida sirvió para que Extremadura disfrutara y la selección cumpliera pese a lo pestoso del juego. Cesc aprovechó su pedida titularidad y se reivindicó con el gol que derribó el fortín de los potentes, físicamente hablando, estonios.

 El himno español sigue causando estragos. Primero fue Australia, recordando a Riego; después Francia con Contador en los Parques de los Príncipes tratándole como si fuera un danés más y ayer fueron los estonios que, como no se saben la letra, decidieron que el himno había terminado antes de tiempo y se pusieron a repartir abrazos ante el asombro de Casillas y compañía. El tiempo demuestra que la idea de Alejandro Blanco de darle letra era más que brillante.  El himno les confunde.