De novias y farándula: cuando la Fórmula 1 corre el riesgo de pasarse con los lacitos de colores
El gran eco de las palabras de Carlos Sainz sobre la retransmisión de Singapur pone el dedo en la llaga del proceso de transformación de la Fórmula 1 hacia un modelo de "fenómeno cultural" que ponga en peligro su esencia
Rebecca Donaldson y Carlos Sainz, esta temporada. (AFP7)
"Siempre que respetes la competición y te centres en los momentos importantes de la carrera… El fin de semana pasado (Singapur) no mostraron ninguno de los cuatro o cinco adelantamientos que hice al final, ni la persecución de Fernando a Lewis, se perdieron muchas cosas. Así que lo demás está bien, lo entiendo, pero no hay que perderse lo más importante. Para mí, incluso exageran un poco mostrando a los famosos y a sus novias".
Carlos Sainz puso en dedo en la llaga en unas recientes declaraciones, a tenor de la amplia difusión internacional que recibieron.En una conversación enEl Partidazo de COPE, Sainz abrió un debate, recogido incluso en el New York Times, sobre la tendencia de la Fórmula 1 y descrita gráficamente por Zak Brown, responsable de McLaren.
"Creo que lo que la Fórmula 1 ha aprendido, y sigue aprendiendo, que el deporte es entretenimiento. Si compras una entrada para sentarte en un asiento a ver una película, una carrera de coches, un partido de béisbol, un concierto de rock, un espectáculo de fuegos artificiales, vas a entretenerte".
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¿Es igual una película con palomitas que los monoplazas más rápidos y los mejores pilotos del mundo luchando entre sí? "Lo principal es encontrar el equilibrio adecuado entre deporte y entretenimiento, y aunque siempre estamos buscando nuevas formas de hacerlo atractivo para los aficionados, no debemos perder lo que hace que este deporte sea uno de los más emocionantes del mundo", explicaba Stefano Domenicali cuando asumió la dirección de la Fórmula 1. ¿Está desequilibrándose esa esencia en mayor beneficio del factor entretenimiento que está guiando la gestión de Liberty Media, su propietario?
¿Una "guerra", o un "fenómeno cultural"?
"La esencia del automovilismo es… Un deporte de alto riesgo, en el cual el auto es un arma, que tú la usas dentro de un reglamento deportivo y cuando lo excedes te excluyen… pero tú estás en una guerra…". El argentino Juan María Traverso, una leyenda de los turismos en Argentina, definía el concepto clásico de las carreras de coches, con la Fórmula 1 como su máximo exponente.
Una idea purista que cada día se aleja más de la realidad actual. La guerra se civiliza, las aristas se liman, se ponen lacitos a la competición… Porque, como este año apuntaba el director ejecutivo de Liberty Media, Derek Chang, la Fórmula 1 es ahora un “fenómeno cultural” en la última década prioriza el componente de entretenimiento, narrativa y contenido comercial frente al desafío puramente competitivo".
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La Fórmula 1 evoluciona como lo hace la sociedad en la que se inserta y de la que se alimenta. La tecnología también ha transformado esa esencia a la que se refería Traverso. Liberty Media trabaja para convertirla un bien de consumo de masas con la mentalidad típica del deporte americano. Sin embargo, que las palabras de Sainz tuvieran tanto recorrido alimentan la percepción de un creciente desequilibrio, incluyendo la propia dinámica deportiva en los equipos. Que se pregunte en McLaren, por ejemplo.
Llevar la miel a las moscas
Stefano Domenicali, el Ceo de FOM (Formula One Management) trabaja con el nuevo mantra del entretenimiento. "Cuanto más eliminemos nuestros convencionalismos, mejor podremos captar la atención, principalmente de las generaciones más jóvenes, ya que siempre necesitan sentirse atraídas por algo nuevo. Pero debemos asegurarnos de que, si aportamos algo nuevo, las ideas sean buenas", explicaba Domenicali recientemente.
"A los más jóvenes no les interesa seguirlo todo, a menos que algo esté sucediendo a cada momento. Cómo lograrlo es una buena pregunta, a la que debemos encontrar la respuesta correcta". Es decir, llevar la miel a las moscas y no al contrario. El show business ha inundado el paddock de la Fórmula 1.
La televisión y las redes sociales (Drive to Survive al margen) son el vehículo de captación de ese público no solo más joven, sino también de nuevos mercados, lo que introduce valores y discursos alejados de ese concepto tradicional de las carreras. Solo hace falta repasar el contenido de las redes sociales de los equipos. Alguno de los numeritos a los que se ven forzados los pilotos llegan a ser sonrojantes.
Las Vegas, como si fuera Mónaco
Este concepto de entretenimiento como brújula está transformando el formato de la Fórmula 1. Domenicali asegura que en los próximos años crecerá el número de carreras esprint, sin dar carpetazo a las parrillas invertidas, a pesar de la oposición de pilotos y figuras clave del paddock. Y si es necesario terminar con algunos de los tótems de la historia de este deporte, adelante.
"Para mucha gente joven que sigue la Fórmula 1 hoy, correr en Montecarlo en comparación al nuevo circuito de Las Vegas no tiene diferencias. Por lo tanto, este elemento (histórico) y el legado de una carrera deben apoyarse, pero con una estructura que mire hacia el futuro". Hasta los circuitos clásicos son cuestionados. Las Vegas, Miami y Madrid expresan esa visión de Liberty: llevar las carreras al público y no a la inversa, y donde el concepto de entretenimiento pueda aplicarse a la fiesta.
메르세데스-AMG 페트로나스 F1 팀이 한국을 찾았어요.
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— Mercedes-AMG PETRONAS F1 Team (@MercedesAMGF1) October 13, 2025
Aunque Max Verstappen y algunos de sus colegas echaran pestes la primera vez que acudieron a la capital de Nevada. El holandés dijo sentirse un "payaso" tras la ceremonia de presentación de 2023. "Hay que aprender a separar las cosas: está el deporte y el espectáculo, y se pueden tener ambos en buena combinación y armonía", declaraba Sainz, un proceso que sigue abierto a tenor de su denuncia tras el pasado Gran Premio de Singapur.
Semejante dinámica también ha afectado esa esencia definida por Traverso, un "no me mires, y si lo haces no me toques" entre pilotos y monoplazas, fruto de la gran exposición mediática y una cierta 'futbolización' de las carreras que está domesticando la disciplina, con la FIA desarrollando una etiqueta reglamentaria asfixiante para los pilotos. Porque todo ha de ser limpio y políticamente correcto, también sobre el asfalto.
Los tiempos de los Fangio, Clark, Fittipaldi, Senna e incluso Michael Schumacher han quedado atrás en esta Fórmula 1 de redes sociales, nuevos públicos y expansión global. Pero cuidado con pasarse con los lacitos de colores.
"Siempre que respetes la competición y te centres en los momentos importantes de la carrera… El fin de semana pasado (Singapur) no mostraron ninguno de los cuatro o cinco adelantamientos que hice al final, ni la persecución de Fernando a Lewis, se perdieron muchas cosas. Así que lo demás está bien, lo entiendo, pero no hay que perderse lo más importante. Para mí, incluso exageran un poco mostrando a los famosos y a sus novias".