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Fernando Alonso vuelve a desinflarse pero Carlos Sainz se despeña con todo el equipo
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los williams saldrán desde la última fila

Fernando Alonso vuelve a desinflarse pero Carlos Sainz se despeña con todo el equipo

Las perspectivas del viernes, como en Zandvoort, quedaron atemperadas para Alonso, aunque entrara en el Q3. El madrileño saldrá desde la última fila por la descalificación de Williams

Foto: El AMR25 perdió rendimiento frente a sus rivales el sábado. (Reuters/Edgar Su)
El AMR25 perdió rendimiento frente a sus rivales el sábado. (Reuters/Edgar Su)

Verstappen y Red Bull huelen sangre, aunque aún desde la distancia. Tres monoplazas distintos copan la línea alta de la parrilla, con el holandés entre ellos, pero sin un Lando Norris que sigue desinflándose. Mientras, Fernando Alonso y Carlos Sainz repiten esos viernes de esperanza que se vuelve efímera el sábado. En el caso de Williams terminaban en desastre.

Al cerrarse la sesión clasificatoria, las cámaras del Aston Martin mostraban un casco que se agitaba frenético, y no de alegría. "¡Horrible! ¡Desastre!" Es todo lo que llegó a escucharse. Sesión mal ejecutada, error del piloto, o si el AMR25 repetía el esquema de Zandvoort u otros circuitos, era cosa interna de Alonso. La frustración era externa.

Peor o pésima suerte para Carlos Sainz (decimotercero) y Williams. Equipo y piloto se quedaron entre Pinto y Valdemoro por rendimiento, mejor de lo esperado en la pista, catástrofe absoluta cuando la FIA descalificó a los monoplazas británicos por una infracción técnica en el alerón trasero. Adiós al gran premio desde la cola del pelotón al que fueron arrojados.

A Russell no se le esperaba

El Q1 esbozó un guion confirmado hasta el final de los clasificatorios. Mercedes y George Russell se erigían en protagonistas iniciales, Red Bull y Verstappen han vuelto para ganar, pero McLaren no daba miedo. Es más, iba con la lengua fuera frente a los anteriores. Russell logró la pole en esos circuitos donde el monoplaza alemán respira, como aquí o en Las Vegas. Pero no se le esperaba, como apuntaría Oscar Piastri (tercero) al terminar. Mientras, el neerlandés señalaba a Norris por haber obstaculizado su ataque final a la pole. “En Red Bull se están quejando siempre”, respondía el británico, desinflado durante todo el fin de semana.

Ferrari seguía ahondando su agujero, mientras que el equipo austríaco vuelve a darles en 2025 otro ejemplo de resiliencia. “Red Bull ha mejorado, Mercedes ha encontrado algo, y nosotros no, y luchamos con lo que tenemos. Todos se están esforzando mucho, pero es decepcionante estar donde estamos cuando había potencial para llegar más alto”, señalaba Lewis Hamilton, tampoco satisfecho con la ejecución de la sesión por parte de Ferrari.

Alonso, vaso medio vacío

Fernando Alonso ya dejó una primera señal preocupante en el Q1. Stroll se quedó aparcado en el primer bloque, como iba camino Alonso de no ser por una bandera amarilla en los compases finales que frustró el intento final de varios rivales. El asturiano se quedó al borde del precipicio. Como en Zandvoort, el coche fue 'retocado' de viernes a sábado, y no para mejor.

Al menos Alonso cumplió, aunque su diagnóstico y lenguaje corporal rezumaban entre cabreo y resignación. “Creo que el coche no estaba para estar en Q3, pero estoy contento”. No era el Alonso del viernes. "En los Libres 3 ya vimos que no teníamos el ritmo de ayer, y luego en la crono todo el mundo pone ya lo máximo. Estamos todos en las mismas condiciones, y estar el diez y el diecisiete (su posición y la de Stroll) muestra que no ha sido un gran circuito para nosotros ¿no?” apuntaba al terminar. O sí, como luego matizaría.

Aún así, un consuelo, aunque magro. “Vamos mejor este fin de semana que los últimos (Monza, Bakú), pero aquí no ha fallado ninguno, estan dos Mercedes, los dos Ferrari, lo dos McLaren y cuando están todos, no tienen fallos y no hay banderas rojas ni nada. La verdad es que hacer noveno o décimo es lo único que podemos luchar, y hoy ha sido décimo”.

Para la carrera, Alonso veía el vaso medio vacío. “Mañana los puntos se complican saliendo el décimo por la parte sucia, que hay mucha diferencia. Aquí, seguramente perdamos posiciones en la salida, y a partir de ahí ya entrar el top diez en un circuito como este será una tarea difícil. Y no creo que pase nada mañana tampoco”, recordaba sin verbalizar esas quejas sobre la fortuna en carrera que lamenta tanto esta temporada.

Si el viernes se albergaba alguna ilusión, la realidad se volvió descarnada una vez más. “Es lo que toca, lo suelo repetir. Se toma a broma, pero va a haber circuitos que seremos últimos, Las Vegas, México y otros que en teoría nos van a venir bien. Pero venirnos bien quiere decir hacer noveno o décimo, lo mismo en carrera. No hay ningún otro milagro para hacer mejor que esto. Cualquier equipo de media tabla necesita un cúmulo de factores increíble, como se dio en Silverstone, en Zandvoort o Bakú. Nosotros por ahora no hemos tenido esto”.

Desastre para Sainz y Williams

Por su parte, Sainz se quedó atascado en el Q2, con los Williams separados por 33 milésimas, Albon duodécimo, el español y puesto por detrás. “Desde principio de la cuali parece que íbamos un par de décimas más lento que todo el fin de semana. Hemos tenido que cambiar un par de cosas en el coche, y seguro que no han funcionado y no han ayudado, pero aun así es muy, muy complicado de entender”, explicaba el español.

“Sí que nos ha pasado varias veces ya este año, que en las cualis sufrimos más que en los Libres tres o Libres dos con las ruedas. Esto es así, sigue siendo nuestro punto débil, nuestro talón de Aquiles. Hoy se confirma que sigue siendo un problema para nosotros”. Aunque parece que no era todo. "Hoy no tenía sensación de que fuese la rueda. Simplemente, noto que hemos perdido mucho grip trasero en la cuali y eso nos ha condicionado, sobre todo el último sector que no era púrpura, donde antes era el más rápido, y ahora estaba muy lejos”.

Su diagnostico para la carrera se vino abajo con la decision de los comisarios de la FIA, que excluía a los dos Williams de la sesión clasificatoria. Tras la revisión de sus monoplazas por parte del equipo técnico de la FIA se detectó una medida antirreglamentaria en la parte móvil del alerón trasero, que excedía el límite máximo de 85 mm en su parte exterior, lo que en la práctica suponía un DRS más activo.

“Esto es una gran decepción para el equipo y estamos investigando urgentemente cómo sucedió. En ningún momento buscamos una ventaja en el rendimiento y los alerones traseros habían superado nuestras propias pruebas ese mismo día, pero solo hay una medida que importa y aceptamos plenamente la decisión de la FIA”. En un comunicado posterior al de los comisarios del gran premio, James Vowles reconocía la discrepancia entre los sistemas de medición de la FIA y los del equipo. Cuando menos, extraño no contar con los mismos aparatos...

Verstappen y Red Bull huelen sangre, aunque aún desde la distancia. Tres monoplazas distintos copan la línea alta de la parrilla, con el holandés entre ellos, pero sin un Lando Norris que sigue desinflándose. Mientras, Fernando Alonso y Carlos Sainz repiten esos viernes de esperanza que se vuelve efímera el sábado. En el caso de Williams terminaban en desastre.

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