Dentro del Paddock: la senda de Alonso y Carlos Sainz. Quien da todo, nada reprocha
El Gran Premio de Arabia Saudí deja motivos para estar orgullosos del desempeño de los españoles, aunque los resultados no acompañen en esta travesía en el desierto
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Este es un fragmento de Dentro del Paddock, la newsletter de Fórmula 1 de El Confidencial. Para recibirla después de cada Gran Premio solo tienes que darte de alta aquí.
Siendo sinceros, no fue una carrera apasionante, pero el Gran Premio de Arabia Saudí sigue abriendo frentes, hilos de los que tirar según avance el campeonato de Fórmula 1. Tras la pasada carrera, quedaban dudas: si McLaren es tan superior como parece y si Red Bull entraba en crisis. Si Hamilton será un bluf en Ferrari, o remontará el vuelo en mitad de las dificultades. Y, sobre todo, qué será de los españoles, cuyo techo a nivel de resultados parece demasiado escaso.
Cada coche nace y se desarrolla con un ADN que encuentra en cada circuito un desafío. Curvas largas, medias o cortas, rápidas o lentas, superficie del asfalto y temperaturas ambientales. Las características de un monoplaza se adaptan mejor o peor a según qué trazado, sin olvidar el estilo de pilotaje en función de la personalidad de su criatura. Que pregunten a Lando Norris y Lewis Hamilton, por poner dos ejemplos actuales. Cada fin de semana, una historia diferente, por tanto.
Así, ese McLaren que golpea duro en el calor, se encuentra con un Red Bull más cercano cuando bajan las temperaturas. Razón, sábado y domingo en Yedda. Piastri te cuenta que el McLaren era superior en carrera, y Norris baja la apuesta. Mientras tanto, en el trazado saudí, Verstappen agradecía las curvas rápidas y la baja degradación para casi volver a robar la cartera a McLaren. No fue el caso porque el australiano jugó en la salida con las mismas armas de Verstappen, y el neerlandés terminó sancionado. De haber mantenido la primera posición, la carrera hubiera sido suya.
Piastri lidera el campeonato porque no lucha con sus demonios internos, como le sucede a Norris, demasiado propenso a los errores. Solo está arrancando la temporada ¿Qué sucedería a falta de cinco carreras y el título en juego? Es la gran pregunta a la que el británico debe y necesita responder en 2025. De momento, ya lo hace.
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O como ese equipo Ferrari que desaparece el sábado y resucitaba el domingo con una sensacional actuación de Leclerc, marca de la casa. El gran problema en Ferrari es que no parecen saber por qué sucede una cosa el sábado, y su contrario el domingo. Quien no sabe qué ocurre con su monoplaza ni consigo mismo es Lewis Hamilton. Mientras el monegasco sigue encontrando rendimiento en su estilo de pilotaje y su monoplaza, el británico ofrece una figura cada vez más desorientada. Si la temporada continúa avanzando sin encontrar respuestas, como hasta el momento, su calvario seguirá alcanzando nuevas cotas. Pero en Ferrari, todo se magnifica. De momento, merece todo el beneficio de la duda. Aunque deja más que preocupantes señales entre líneas. Otro apasionante hilo al que seguir en 2025.
Confianza en los españoles
En cuanto a Sainz y Alonso, el mérito de haber llegado a su límite en Yedda dadas las circunstancias de sus respectivos equipos. El madrileño recordó al de sus mejores tiempos en McLaren, cuando se trataba de ser el primero del resto. Velocidad sábado y domingo, trabajo de equipo e inteligencia de carrera y, sobre todo, capacidad para exprimir su monoplaza. Todo lo que sea bajar del noveno en estos tiempos será un éxito. Aunque, como en el argot ciclista, vamos yendo, vamos viendo, ya cada circuito también será un nuevo examen para el piloto y su monoplaza.
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"Te consume por dentro hacer 50 vueltas de clasificación, pero no sé correr de otra manera". De Fernando Alonso, qué decir a estas alturas de la película. Multimillonario, casi 45 años, todo logrado en las carreras, verle totalmente fundido al bajar de su monoplaza no podía dejar a nadie indiferente. Total, para un undécimo, más de lo que merecía ese coche que ya parece carne de museo. Al terminar, una de sus frases para la historia, esa que le define como una rara avis en la historia de las carreras, no solo de la Fórmula 1.
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