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Ferrari vuelve por sus fueros: un sopapo de realidad que escuece como nunca
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LOS DOS COCHES, DESCALIFICADOS

Ferrari vuelve por sus fueros: un sopapo de realidad que escuece como nunca

La doble descalificación de los coches italianos, es el cruel reflejo de la fastidiosa tradición de ser favorito al campeonato y luego no cumplir las expectativas. No pinta bien la cosa

Foto: Charles Leclerc acabó descalificado el GP de China igual que Lewis Hamilton. (Reuters/Alex Plavevski)
Charles Leclerc acabó descalificado el GP de China igual que Lewis Hamilton. (Reuters/Alex Plavevski)

Estamos tan sólo en el segundo Gran Premio de la temporada y es muy prematuro descartar a Ferrari como candidato al Mundial. El año pasado, sin ir más lejos, vimos como Red Bull empezó arrasando y pidió la hora, claramente superado por Ferrari y sobre todo McLaren. Habrá que ver si con la inminente entrada en vigor de la directiva FIA sobre alerones flexibles, la competitividad de los equipos cambia por completo. La situación recuerda peligrosamente a la tradición anual de la Scuderia de querer y no poder.

A Ferrari le pasó durante muchos años con Red Bull y con Mercedes: iban con la lengua fuera y murieron en la orilla. Ahora le pasa con McLaren. Los italianos son casi siempre la principal alternativa a la fuerza dominante, pero les falta ese pequeño punto final que da la gloria. Frederic Vasseur comienza su tercera temporada en Ferrari y los nervios no van a tardar en aparecer en Italia. No hay excusas ya, porque en el coche de este año está detrás el grupo humano configurado según sus deseos. Y el resultado de China para los de Maranello es preocupante.

Es muy desmoralizador acabar un Gran Premio con los dos coches descalificados y si es por diferentes motivos... A Charles Leclerc, por estar su coche por debajo del peso mínimo. A Lewis Hamilton, por no respetar el suyo la altura mínima en la parte trasera. Es una señal clara de que van muy al límite del reglamento. Señal, a su vez, de lo mucho que necesitan arriesgar para aguantar el pulso competitivo con McLaren.

La presión por los resultados empieza a hacer mella en Frederic Vasseur. La llegada de Lewis Hamilton a Ferrari es cosa suya y es muy ilusionante para los tifosi. Pasada la excitación inicial, lo que quieren ya son victorias o, como mínimo, un coche capaz de pelear de tú a tú con el mejor. De momento, se ven destellos de competitividad, pero ni de lejos un monoplaza con potencial de campeón del mundo. Los Ferrari acabaron a medio minuto de distancia del ganador Oscar Piastri. Preocupante.

placeholder El ritmo de Hamilton fue lento. (Europa Press)
El ritmo de Hamilton fue lento. (Europa Press)

Competitividad engañosa

Lewis Hamilton ganó de forma brillante la carrera esprint, pero con una competitividad engañosa. En una carrera corta, se sale con mucho menos combustible y mucho menos peso lo que supone un coche aerodinámicamente mucho más efectivo. Se vio con Max Verstappen hacia el final del Gran Premio cuando el neerlandés robó el podium a Leclerc con un Red Bull de competitividad no antes vista. La conclusión: McLaren es capaz de aventajar a Ferrari al principio de la carrera con depósitos llenos. Luego no hay nadie de momento capaz de remontarlo.

Sobre la altura reglamentaria al suelo y el peso mínimo del monoplaza. McLaren no parece haberse resentido del control del aviso de control por parte de la FIA sobre los alerones flexibles. Pero Ferrari sí. La sofisticada medición con cámaras no delató que el alerón trasero de los coches de Lando Norris y Oscar Piastri, los principales sospechosos, estuvieran fuera de norma. Williams, por cierto, fue sancionado por este motivo, pero no por no haber pasado el test, sino por no haber entregado las imágenes en tiempo y forma.

El gran problema para todos los rivales de McLaren es la exigua ventana operativa de funcionamiento de los Fórmula 1 actuales. Con toda la maquinaria de simulación existente y quinientos ingenieros detrás de un ordenador, la llave del éxito la tiene quien mejor cocina los ingredientes de la misma receta. Ya no existe el toque genial de un ingeniero desarrollando un concepto innovador. Por ese motivo se parecen tanto todos los monoplazas de la parrilla. Por desgracia para los tifosi, el guiso del SF25 ha sido bueno pero no redondo.

En teoría, este argumento de la evolución obsesiva con el detalle se iría por los suelos con el nivel de competitividad mostrado por Charles Leclerc con el alerón delantero roto. El monegasco golpeó en la arrancada la terminación lateral del alerón delantero izquierdo con el coche de Lewis Hamilton y corrió el resto de la prueba sin la parte vertical. Y sin mucho perjuicio visto lo visto. Pero es que el circuito de Shanghai tiene dos curvones de alta velocidad a derechas y esta circunstancia, podría ser una ventaja más casi que desventaja. La fortuna aquí sonrió.

Mucho por hacer

La cuestión es que con estrategias completamente distintas, e incluso un comportamiento aerodinámico distinto, ambos coches acabaron la carrera prácticamente juntos. La conclusión es que la posición de llegada muestra el límite real del coche. Es una confirmación de lo fuerte que es la dupla Hamilton-Leclerc, pero un recordatorio de lo mucho que va a tener que mejorar Ferrari si quiere seguir siendo candidato al título 2025.

Una buena noticia para Ferrari es la motivación de Hamilton. Sin embargo, hay alguna que otra señal inquietante de que la armonía podría estropearse. Se suponía que Leclerc debía de devolver la posición a Hamilton ante su incapacidad de escaparse y ganar posiciones. No ocurrió y ya surgieron los primeros roces a través de la emisora. De momento es muy prematuro que esto afecte a Hamilton y su demostración en la carrera esprint confirma lo enchufado que está. Pero a ver por cuánto tiempo.

Hamilton es un piloto distinto cuando está motivado a cuando no lo está. Por eso, es urgente que Ferrari encuentre pronto la forma de que sus neumáticos aguanten con depósitos de combustible llenos como aguantabn en McLaren. Si estos mantiene la superioridad actual, va a ser muy difícil restar el colchón de puntos que están acumulando en este principio de temporada. Y McLaren tiene dos pilotos muy fuertes, no hay que olvidarlo. El dominio de Piastri evidencia que si un día falla Norris el australiano es tan candidato al título como él.

Habrá circuitos donde las características del Ferrari destaquen sobre el resto. Pero en Australia y China, con tipos de pista y climatologías diferentes, McLaren estaba claramente por encima. El tiempo apremia para que en Italia no se entone resignado una vez más el fatídico Neanche quest'anno (ni siquiera este año). Pasan jefes de equipo como Domenicali, Mattiacci, Arrivabene o Binotto y el problema sigue siendo el mismo: Falta el último pero decisivo paso para conquistar el Everest.

Estamos tan sólo en el segundo Gran Premio de la temporada y es muy prematuro descartar a Ferrari como candidato al Mundial. El año pasado, sin ir más lejos, vimos como Red Bull empezó arrasando y pidió la hora, claramente superado por Ferrari y sobre todo McLaren. Habrá que ver si con la inminente entrada en vigor de la directiva FIA sobre alerones flexibles, la competitividad de los equipos cambia por completo. La situación recuerda peligrosamente a la tradición anual de la Scuderia de querer y no poder.

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