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Por qué Fernando Alonso se atreve con todo, pero (de momento) no con la temible Nascar
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EL RIESGO DE LA ESPECIALIZACION

Por qué Fernando Alonso se atreve con todo, pero (de momento) no con la temible Nascar

La polivalencia del piloto asturiano está fuera de toda duda a sus 43 años, pero de todas las grandes competiciones, Alonso nunca ha considerado competir en el stock-car americano

Foto: Fernando Alonso, el día que probó el coche de Nascar de Jimmie Johnson. (X/@BAH_Int_Circuit)
Fernando Alonso, el día que probó el coche de Nascar de Jimmie Johnson. (X/@BAH_Int_Circuit)

A la hora de preguntarse por el secreto de la eterna juventud de Fernando Alonso, hay que analizar qué le mantiene en plena forma bien superados los cuarenta años. Por supuesto que está el cuidado físico, la nutrición, la motivación a prueba de bombas o la intensidad de su trabajo. Pero no debe descartarse lo que a su pilotaje actual, también le haya aportado mucho probar con competiciones tan dispares como Le Mans, Indianápolis o el Dakar. Sin embargo, brilla por su ausencia la Nascar americana. ¿Cuál sería el motivo?

Desde Europa nunca se ha entendido muy bien las competiciones de stock-car americano o incluso se han mirado con cierto desdén. Pero cuidado con subestimarlas. En estas carreras se rueda cerca de los 300 kilómetros por hora de media y sus datos de asistencia de público anual a menudo superan a las de Fórmula 1. Y hay que tener en cuenta, además, que la Nascar va más allá de la Cup, la conocida como la primera división. Por debajo, categorías inferiores como Xfinity, Truck y Arca también llenan circuitos. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Independientemente de los gustos personales, es indiscutible que, a nivel profesional, la Nascar es un espacio mucho más saludable que el que representa la Fórmula 1 y sus categorías de acceso. Mientras que aquí apenas 20-30 pilotos pueden decir que se ganan bien la vida como pilotos, en Estados Unidos más de 100 pilotos pueden considerarse verdaderos profesionales en estas categorías. Es, sin duda, un territorio muy atractivo para cualquier piloto que aspire a profesionalizarse, pero es algo que no es nada fácil de alcanzar.

placeholder Andrés Pérez de Lara celebra su título ARCA, el primero en la historia de un piloto no nacido en Estados Unidos. (X/ Pérez de Lara)
Andrés Pérez de Lara celebra su título ARCA, el primero en la historia de un piloto no nacido en Estados Unidos. (X/ Pérez de Lara)

Hace cinco años, en El Confidencial, Fernando Alonso explicaba por qué no contemplaba competir en esta categoría. Con enorme honestidad, reconocía que para tener éxito en esta categoría necesitaba de una experiencia de la que carecía y que alcanzar esa experiencia no es nada fácil. Algo también debió de influir en su pensamiento que pilotos de inmenso talento como Juan Pablo Montoya o Kimi Raikkonen, no lograran brillar en esta competición cuando lo intentaron.

La revelación Pérez de Lara

El Confidencial tuvo ocasión de charlar en el programa Auto y Pista de Marco Tolama con el piloto mexicano Andrés Pérez de Lara, quien aportó detalles muy interesantes sobre la dificultad de triunfar en esta disciplina... para todo aquel que no sea un nativo. Pérez de Lara es voz muy autorizada, pues a sus recién cumplidos 20 años se ha convertido en el primer piloto no nacido en Estados Unidos que se proclama campeón en una de las cuatro divisiones profesionales de la Nascar.

El campeonato ARCA ganado por el joven mexicano se corre con coches iguales a los de la máxima categoría, pero con dos años de antigüedad. "La especialización es fundamental", explica Pérez de Lara-. "Yo no tengo ninguna duda que pilotos como Fernando Alonso o Kimi Raikkonen serían capaces de triunfar en Nascar, pero el problema es que una cosa es ser capaz de ir rápido y otra bien distinta, el conocer todos los trucos de rodar en grupo o dominar los distintos tipos de circuito", añade.

Foto: Sainz, en la vuelta de instalación con el nuevo FW47 (Williams)

"Mi trayectoria al principio fue como la de todos los pilotos que aspiran a la Fórmula 1, es decir karting y después Fórmula 4. Pero luego, al tener en Mexico una categoría filial de Nascar, me decidí a cambiar de registro para tratar de triunfar allí. En mi familia vivimos mucho las carreras y sabemos lo difícil que es ganar en este tipo de carreras. Por eso, desde que tengo 15 años, toda mi carrera se ha enfocado en este tipo de coches.

La Nascar es lo más parecido al ajedrez a alta velocidad. Tienes la ayuda del Spotter, que desde lo alto de la grada te va aconsejando sobre los movimientos del grupo, pero al final tienes que tomar tú las decisiones y los errores se pagan muy caros". A sus 19 años, el piloto mexicano puede parecer que goza de mucho tiempo por delante para aprender, pero la realidad es que los pilotos de su generación a los que se enfrenta vienen entrenando el arte de correr en óvalos desde los 10 años.

Es un hecho que todos los pilotos procedentes de la Fórmula 1 que han probado en la Nascar se han enfrentado con el mismo problema de la hiperespecialización. "Además, no solo es cuestión de aprender a moverse entre 40 coches a toda velocidad, es que luego no hay dos circuitos iguales. Cada pista oval tiene su misterio, anillos más abiertos o más cerrados, asfaltos distintos, peraltes más o menos pronunciados. Esto hace, que a su vez haya especialistas según el tipo de autódromo. Kyle Larson, por ejemplo, es muy difícil de batir en los superspeedways (las de más alta velocidad), a mí se me dan mejor las medias. Es un mundo", explica.

Local pero poderosa

La Nascar, más que una competición, es una organización privada que opera al margen de la FIA. Si alguien quisiera mañana organizar una competición paralela, lo podría hacer sin ningún problema. La cuestión es que familia France, fundadora de la especialidad hace 75 años, gestiona esta liga profesional automovilista con prudencia y mucho acierto. Siempre ha sido criticada por ser excesivamente local al no salir de Estados Unidos, pero no por ello debe dejar de ser considerada una de las joyas de la corona del automovilismo mundial.

Pese a ser una competición que esencialmente se disputa sobre circuitos ovales, la Nascar no renuncia a evolucionar. Hoy día ya cuenta con tres citas que se disputan sobre circuitos ruteros al estilo europeo. Y no solamente se han quedado allí, sino que también se ha incorporado al calendario un circuito urbano (Chicago) y una carrera que se disputa en curiosa mezcla de circuito rutero y oval (Charlotte Roval).

Foto: Fernando Alonso y Zak Brown en la etapa de McLaren Honda.

Y a nivel de seguimiento, aunque la Nascar tiene claro que su público y su negocio está en Estados Unidos, tampoco descartan tener cierta presencia internacional. De entrada, se va a realizar por primera vez una carrera puntuable fuera del territorio estadounidense, concretamente en México. Los éxitos de pilotos mexicanos como Daniel Suárez o el propio Andrés Pérez de Lara son una excelente oportunidad para la organización con sede en Daytona de ensanchar su base de aficionados.

En Europa la brecha del Atlántico va a hacer más difícil que la Nascar se haga aquí muy popular. Pero tampoco hay que descartar que el interés por ese tipo de competiciones vaya creciendo. De hecho, hay un joven piloto español llamado Adrián Ferrer que acaba de emigrar a Norteamérica para intentar triunfar allí. Es cuestión de tiempo que haya una carrera puntuable en Europa y seguro, que si se da el caso, Fernando Alonso miraría con buenos ojos el poder competir.

A la hora de preguntarse por el secreto de la eterna juventud de Fernando Alonso, hay que analizar qué le mantiene en plena forma bien superados los cuarenta años. Por supuesto que está el cuidado físico, la nutrición, la motivación a prueba de bombas o la intensidad de su trabajo. Pero no debe descartarse lo que a su pilotaje actual, también le haya aportado mucho probar con competiciones tan dispares como Le Mans, Indianápolis o el Dakar. Sin embargo, brilla por su ausencia la Nascar americana. ¿Cuál sería el motivo?

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