La última sobrada de Red Bull con Checo Pérez sucedió en su propia casa
En la historia del equipo de las bebidas energéticas, nunca se había dado la circunstancia de que un piloto de la escudería filial atacara con fiereza a un piloto del equipo titular. Por algo será
La presencia y continuidad a futuro de Checo Pérez en Red Bull es un debate donde escasea el término medio. Por un lado, están los que creen que el mexicano es un piloto mediocre, que hace tiempo debería haber dejado la categoría. Por el contrario, los acérrimos seguidores del tapatío justifican su pobre rendimiento, por el continuado boicot de su equipo. Lo que parece claro a día de hoy, es que Red Bull tiene más ganas de quitarse a Sergio de encima, que seguir con él.
No tiene absolutamente ningún sentido que un piloto como Liam Lawson, a bordo de un RB, el equipo filial de Red Bull, arruine las posibilidades de puntuar de Checo Pérez con uno de los coches del equipo titular. Menos se comprende aún, que después de lo acontecido, la reprimenda haya sido anecdótica por decirlo de forma suave. Si Red Bull está preocupado por el mundial de constructores, lo último que puedes permitir es que Lawson deje fuera de combate a Checo. Y si se minimiza su importancia, es porque en el fondo no les parece mal. Caretas fuera ya por fin.
No es casual, que, por primera vez, Checo Pérez haya aireado sus diferencias con el equipo en México. Comenzó el viernes soltando sus puyas acerca de injerencias en el diseño de sus cascos; se quejó públicamente el sábado de problemas técnicos; desveló el domingo que no lleva un coche con especificaciones iguales a las de Verstappen y remató su desagrado al dejar entrever que la agresividad de Lawson hacia él, lejos de ser reprobada por el equipo haya sido incluso alentada.
Los pilotos tienen que tener mucho cuidado cuando hablan mal de su equipo. Hay un concepto presente en todos los contratos sobre las acciones que puedan perjudicar la reputación del equipo. Un concepto tan amplio que los pilotos se tienen que morder siempre la lengua, aunque sepan que les están perjudicando de forma deliberada. Checo ha debido darse cuenta de que llegados ya a este punto, con su reputación no se juega tampoco. Si en el futuro no cuentan conmigo, al menos que no me dejen como un idiota, ha debido pensar el mexicano.
😡 Pérez, sobre Lawson: "Le hizo lo mismo a Fernando la carrera pasada, lo mismo a Franco, pero no tiene ninguna penalización."
— ElReyGuiri (@ElReyGuiri) October 27, 2024
"Sabemos que EN LA F1 DEPENDE DE QUIÉN SEAS PARA QUE LO HAGAN."pic.twitter.com/QhfE14UeFg
Futuro oscuro
La cosa pinta ciertamente mal para Checo. Por mucho contrato que haya de por medio, si el equipo quiere prescindir de tus servicios, de una forma o de otra lo va a hacer. Igual que todos los contratos tienen cláusulas referidas a la reputación, también las tienen relativas al rendimiento. La forma más sencilla para un equipo de quitarse alguien de en medio, es haciendo ver que el piloto en cuestión no está a la altura. No vean nada conspiranoico en ello. La Fórmula 1 a lo largo de su historia está plagada de casos de este tipo. El piloto siempre ha sido el eslabón débil de este deporte.
Checo Pérez y sobre todo su entorno, tienen también un desapego muy relevante con la realidad. Que el padre de Checo hable de campeonatos del mundo, cuando el rumor del paddock es si va a correr o no el siguiente Gran Premio, es sólo un ejemplo. Jo Ramírez, el mexicano que más alto llegó a nivel profesional en la Fórmula 1, también alertó del peligro de las muchas distracciones de Checo, cuando se mide al mejor piloto del momento, como es Max Verstappen. Pero incluso dando por buenos estos y otros argumentos que explicarían que Checo no esté dando la talla, es evidente también que hay demasiadas cosas que no encajan en Red Bull.
De entrada, no es Checo el primer piloto que en Red Bull parece a veces un paquete al lado de Supermax. Antes que él, Pierre Gasly o Alex Albon fueron despedidos por estar a una distancia sideral respecto a Verstappen. Ventajas que curiosamente no se han reproducido cuando han pilotado coches de otros equipos. Tanto Checo, como Gasly y Albon, cuando conducían monoplazas menos competitivos que el Red Bull, a menudo estaban más cerca del neerlandés que cuando compartían teóricamente, el mismo coche. Sospechoso como poco el asunto.
Las fluctuaciones de rendimiento de Pérez de lo excepcional a lo mediocre han sido habituales desde que es piloto de Red Bull. Pero 2024, ha sido un año que ha añadido elementos decisivos. Las sospechas sobre el trato que recibe el mexicano en su equipo esta temporada se han disparado. A Red Bull le han pillado fuera de juego a nivel reglamentario como mínimo una vez con el asunto de los frenos asimétricos. Si sabes que estás en el punto de mira de equipos y comisarios, ¿qué es lo primero que hacen los equipos? Pues intentar hacer ver que la superioridad es cosa del piloto y no del coche. Pero llega un momento que no cuela.
Lawson overtaking Perez in his home race and showing him the middle finger 😭 pic.twitter.com/04fJHYG972
— Ferran West (@ferranwest) October 27, 2024
Los coches no son iguales
Nos hemos hartado de escuchar eso de ‘es que mira dónde está Max y mira dónde está Checo con el mismo coche’. ¿De verdad que todos los que lo dicen, pondrían la mano en el fuego que efectivamente el mexicano y el neerlandés llevan el mismo coche? ¿Nadie ha pensado que Max ha pasado de ganar carreras con una mano, a sufrir con su coche las mismas carencias que metían siempre en dificultades a Checo?. Red Bull está trabajando a la desesperada en resucitar el coche de Verstappen con un programa agresivo de mejoras. Y Checo ya alertó que esas mejoras a él no le han llegado. Más claro, el agua.
Detrás de la agresividad desmedida de Liam Lawson desde su regreso, es fácil adivinar la mano de Helmut Marko. El veterano doctor austríaco le ha debido de decir aquello de la película ‘Le Mans’ de Steve McQueen de: conduce sin contemplaciones. Y a Lawson, la presión de demostrar en seis carreras que merece el puesto, se la ha tomado tan al pie de la letras que se está pasando mucho de la raya. La cuestión es que todo son señales que llevan al mismo sitio. Red Bull sabe que la presencia de Max Verstappen en su equipo tiene fecha de caducidad. Y ese es el escenario en el que hay que hacer las lecturas.
Es obvio que Checo, por edad y trayectoria en la Fórmula 1, no está señalado para ser el futuro de Red Bull en la era post-Verstappen. Es obvio, también, que hay urgencias en encontrar al nuevo SuperMax y no se sabe si será Liam Lawson, Franco Colapinto o incluso alguien de la cantera como Isack Hadjar. Pero si lo que hizo Lawson con Pérez (con una bochornosa peineta incluída) en carrera, no pasa nada más allá de una leve reprimenda, es que a Red Bull le preocupa mucho más su futuro, que el dinero de los patrocinadores de Checo o el que pueda sacar del mundial de constructores.
Recuerden que allá por 2011, el futuro de Jaime Alguersuari en Red Bull, quedó sentenciado por haber incomodado a bordo del coche filial a Sebastian Vettel en una intrascendente sesión de entrenamientos libres. De aquel ‘No lo aceptamos’ de Helmut Marko al piloto español, a la mano blanda con Liam Lawson, media simplemente la necesidad del momento y una evidencia definitiva: Red Bull se quiere quitar de encima a Checo Pérez por las buenas o por las malas.
La presencia y continuidad a futuro de Checo Pérez en Red Bull es un debate donde escasea el término medio. Por un lado, están los que creen que el mexicano es un piloto mediocre, que hace tiempo debería haber dejado la categoría. Por el contrario, los acérrimos seguidores del tapatío justifican su pobre rendimiento, por el continuado boicot de su equipo. Lo que parece claro a día de hoy, es que Red Bull tiene más ganas de quitarse a Sergio de encima, que seguir con él.