La agenda de Toto Wolff con Kimi Antonelli que se llevó la primera en la frente

Mercedes quiso escenificar el anuncio del fichaje de Kimi Antonelli con un singular guion, un gran golpe de efecto. Lo hubo, sí, pero no el esperado. Cuando se planifica un relevante anuncio durante un gran premio suele llegar un jueves. Se esperaba la confirmación oficial del italiano en el GP de Italia, pero no llegó hasta el sábado, precedido por un sensacional debut para a sacar los ojos de sus órbitas al respetable. No fue el caso.

Interpretar la estrategia de Toto Wolff con su piloto supone entrar en el terreno de las suposiciones. A toro pasado, sin embargo, se confirmaba esa particular agenda. Ante el desaire de Hamilton y la imposibilidad de fichar a Max Verstappen, Wolff parecía querer epatar al personal y controlar el relato. A lo grande.

A cualquiera con mínima experiencia en la Fórmula 1 le extrañaba el enfoque de Mercedes para el primer contacto de un debutante en un gran premio. A los 10 minutos de comenzar la sesión, Antonelli había sufrido un fuerte accidente tras un par de giros extremadamente veloces.

Wolff parece reconocer ahora un error de enfoque. Al responsable de Mercedes le pesa más haber hecho debutar a Antonelli en el GP de Italia, más por la presión que suponía hacerlo ante su público, que por la gestión del equipo en aquella jornada.

En unas recientes declaraciones en el medio británico Autosport, el austríaco confirma también su propósito de modelar y dirigir la carrera del italiano bajo sus auspicios. Monza fue el primer ejemplo público.

Cuestión de presión, no de gestión

"Kimi, todo bien, todo bien, Kimi" intentaba consolar a Antonelli el responsable de Mercedes tras el impresionante accidente en la Parabólica, una de las curvas más rápidas del campeonato. En un circuito recién reasfaltado y sucio, Antonelli salió desbocado con el compuesto más blando. Que atacara desde la primera vuelta indicaba que recibía rienda suelta por parte del equipo, práctica inhabitual con un piloto joven debutante.

"Quizás ataqué demasiado según estaban las condiciones, debería haber construido la sesión más progresivamente, pero es una lección aprendida para la próxima vez", era la obviedad con la que luego se justificaba el italiano. Aunque incomprensible resultaba que no fuera el equipo el que modulara al italiano, cuando se trataba además del monoplaza de George Russell para el resto del fin de semana.

“No diría que fue un error, pero creo que no acertamos del todo al evaluar la presión a la que podría verse sometido. Hablamos de ello y de cómo abordar la sesión. Estuvo brillante en los test, nunca ha cometido un error en los miles de kilómetros que había recorrido”. El austríaco hacía acto de contrición con el debut de Antonelli.

“Es un asunto diferente si eres un piloto italiano, tienes 18 años en Monza y es tu primera oportunidad. Quizás si hubiéramos considerado esto como un factor de riesgo frente al conjunto de datos que teníamos de él, probablemente hubiera sido prudente darle unos libres en una zona horaria totalmente diferente a la de Italia. Pero aprenderá mucho de eso”.

Según Wolff, todas las sesiones privadas de preparación llevadas a cabo con Antonelli confirmaban su talento y adaptación y, por tanto, avalaban esa libertad para atacar. . En el mapa de riesgos de sus técnicos, al parecer, no se incluía esa falta de experiencia, el estado de la pista, las potenciales consecuencias para el neumático blando de atacar sin datos previos —Antonelli llegó con el neumático ‘frito’ a la Parabólica—, los riesgos para el piloto titular del monoplaza … Según el austríaco, la clave fue esa presión ante su público y la gestión de la misma por el piloto, no de la ejecución del programa por parte del equipo.

El "estilo Mercedes"

“Me gusta su planteamiento. Fue rápido en la primera vuelta saliendo de boxes, y eso es lo que ha demostrado", explicaba el austríaco en un sorprendente alegato. Muchos jóvenes debutantes podrían imitar al italiano, pero hubieran sido muy cuestionados de afrontar su primera sesión como lo hizo el italiano. Porque la velocidad última es una ecuación de preparación, circunstancias y el momento adecuado. A no ser que el objetivo fuera otro, como parecía en el caso de Antonelli.

"Obviamente, me hubiera gustado que estuviera en lo alto de la clasificación”. Wolff confirmaba que buscaba el impacto más que un simple debut “pero eso se perdió porque el coche volaba, y algunas de esas velocidades solo se consiguieron mucho más tarde durante el fin de semana. Obviamente, era demasiado rápido para las condiciones de la pista y para el coche en ese momento, así que había que equilibrar la ambición, la motivación y la habilidad frente a la experiencia de que los Libres 1 son Libres 1”.

Wolff no oculta su estrategia con Antonelli, un piloto formado y conducido hasta la Fórmula 1 bajo su apoyo e inversiones. “Creo que el equipo de Fórmula 1 al que te unes como piloto joven es fundamental para tu rendimiento y tu desarrollo. Por eso decidimos traerlo directamente a Mercedes, para que estuviera menos contaminado con otro modus operandi diferente. No digo que sea mejor o peor. Pero queremos que sea al estilo Mercedes con él, lo que significa también invertir en este tipo de errores que ocurren. Así que, sin duda, sabemos la responsabilidad que tenemos por su desarrollo y también por sus resultados”. De momento, la primera, en la frente.