"Competir con un monoplaza es como tocar la batería. En un camión, como tocar un violín"
De pasión incombustible, Albacete sigue activo en el Campeonato Europeo de Camiones ganando casi 25 años después de su debut en la categoría. Un incombustible en la liga de los Sainz y Alonso para quien la edad no es un obstáculo
El pasado fin de semana, Antonio Albacete volvía a ganar en el Circuito de Jarama, en el Campeonato Europeo de Camiones. Una más de las casi doscientas logradas en la categoría. Con la particularidad que en pocos meses cumplirá 60 años.
Albacete entra por méritos propios dentro de la categoría de aquellos pilotos que exceden los límites convencionales de la edad en las carreras. Intentó llegar a la Fórmula 1 en los años ochenta, cuando el automovilismo español no se parecía ni de lejos al actual. Tras su experiencia en monoplazas a nivel internacional y turismos en España, en 1997 se concentró en el Campeonato Europeo de Camiones, donde todavía sigue compitiéndonos.
Como Carlos Sainz y Fernando Alonso en sus respectivas escenas, el piloto madrileño sigue en lo alto de su disciplina años después de lograr seis títulos continentales y haber recibido la Medalla al Mérito Deportivo por su dilatada y exitosa carrera. El Confidencial entrevista a Albacete al poco tiempo de celebrar su victoria con los aficionados españoles en un abarrotado Circuito del Jarama. Explica por qué tan amplia trayectoria, qué siente tener en común con Sainz y Alonso y, por supuesto, cómo es pilotar un camión de carreras.
PREGUNTA: Con 59 años, Antonio Albacete sigue compitiendo, y ganando ¿No se cansa uno de tantos años de carreras, de correr y viajar, de buscar patrocinadores? Porque en la vida hay etapas ¿Qué mantiene la llama encendida? Porque ha tenido momentos que hubieran justificado dejar de correr, incluso después de ser campeón de Europa varias veces.
RESPUESTA: Cansarme no me canso, lo que me mantiene es la afición que tengo por este deporte del motor. Me viene de cuna, desde que nací lo he vivido. Llevo ya muchos años con los camiones, y es esto afición.
A veces sí que te cansas de tener que ir buscando el tema de patrocinios. Te cierran tantas puertas y se hace tan difícil, es la zona oscura. Pero en el deporte en sí, la competición, intentaré seguir hasta el cuerpo pueda o que el tema de patrocinios y equipos decidan prescindir de mí.
P: ¿Qué sentía el otro día, al ganar en el Jarama, con todo el público aclamándole, después de tantos años en las carreras?
R: A título personal me dio mucha alegría y mucha satisfacción, vi que el público me recompensó, sigue apreciando que siga aquí. “Sigue adelante, que eres el único que está dando caña…” A nivel personal me dio mucha satisfacción.
P: Lleva casi mil carreras en camiones, ha pasado del centenar de victorias. Con su palmarés, ¿cómo sigue teniendo que buscar la vida con el dinero?
Sí, creo que llevo 912 carreras y creo que llevo 140 victorias. Soy afortunado de tener este palmarés y el prestigio dentro de la categoría. Cuando Cepsa dejo en 2015 el patrocinio de las carreras de camiones, tuve la suerte de que los equipos han querido contar conmigo, pero sigues teniendo que buscarte la vida. Pero a base de contactos con unos y otros, de mandar información, de llamar puertas, alguna afortunadamente se abre.
P: Cuando se han cubierto tantas etapas ¿Qué es lo que sigue alimentando la pasión? La adrenalina, el conducir bichos como estos camiones...
R: Es un poco todo, pero lo que me mantiene de momento y espero que no se me quite es esa sensación de decir: “Yo tengo que sacarle el máximo partido a esto, ¿qué hay que rodar en 1.57.4 en el Jarama? Pues con mi ingeniero, Justo, con el que llevo muchos años, lo buscamos. Y luego el tema de los aficionados. Cuando vienes al Jarama, es que está todo el mundo contigo, quieren fotos, autógrafos… Pero a mí lo que me mantiene es picarme incluso en una pista de karts de alquiler para que no te ganen. Todavía mantengo esa alma de competitividad.
P: Físicamente, también exige una continuidad de preparación, esa parte que no se ve, que es necesaria, y con los años toca las narices, ¿no?
R: Sí, tengo a Javier, mi preparador físico, todos los años me preparan unas tablas, viene conmigo una vez a la semana a darme caña. Quieras que no, hay que sacrificarse. Hacer un campeonato europeo y correr fuera… Mis hijos ya tienen sus vidas, pero antes también era el sacrificio de dejar a mi mujer Rosa, con los niños, llevando la casa sola. Quieras que no era otro sacrificio también.
P: ¿Qué satisfacción aporta competir con los camiones, una disciplina tan distinta en las carreras? Porque no tiene nada que ver con un monoplaza o un prototipo.
R: La carrera deportiva con un monoplaza hubiera sido más corta, no podrías competir a este nivel de seguir ganando carreras y aspirando a los tres primeros puestos de un campeonato europeo. Un camión te da una vida deportiva más larga. Y te puede seguir dando la satisfacción de seguir a un alto nivel, ganando carreras, y luchando por optar a campeonatos.
P: Un camión no parece un vehículo fácil para pilotar en carrera ¿Qué resulta más difícil, manejarlo, o pegarse con los demás?
R: Es un aparato complicado, no tiene nada que ver con una cabeza tractora de serie, está todo muy cambiado. Es un verdadero aparato de carreras, pero la dificultad está en que conducir un monoplaza o un turismo, por ejemplo, es como tocar una batería. Es todo rápido, todo alto de vueltas, muy directo de reacciones. Y conducir el camión es como conducir un violín. Tienes que ser suave con las frenadas, con las aceleraciones…
Ten en cuenta que son aparatos que pesan 5.300 kilos, 1200 C.V. de potencia, no tenemos ayuda electrónica, ni control de ABS ni de tracción, así que todo lo tienes que hacerlo a través de la sensación de la conducción. Si frenas muy brusco bloqueas enseguida y pierdes el vértice, si aceleras muy brusco pierdes tracción, sales de lado, es muy espectacular pero no es efectivo. Tienes que tener una puesta a punto muy singular, contar mucho con las inercias y anticiparte. Pero es como ir sobre una cuerda muy fina y trazando para no ir en plan brusco porque enseguida te caen las décimas vuelta a vuelta.
P: Pues no digamos ya adelantar en circuitos donde compiten vehículos más pequeños, con estos gigantes…
R: Es complicado. En otras disciplinas puedes contar con la ayuda de un rebufo, pero aquí no la tienes. Tienes que intentar meterte en las frenadas si ves un hueco, si consigues acelerar mejor en una curva hasta que llegues a los 160 (entra el limitador) cogerle la posición al piloto que va delante. Por eso hay esos toques, en la segunda carrera del Jarama vi un pequeño hueco, me metí, al final el piloto lo cerró, nos tocamos, y nos fuimos los dos fuera. Esto es lo que hace espectacular las carreras de camiones cuando vamos en pelotón, el contacto está prácticamente asegurado.
P: Antonio Albacete es uno de los pocos pilotos en activo que ha vivido todo el arco de la competición automovilística en España desde los ochenta. Eras uno de los quijotes que salía a correr al extranjero ¿Cómo ves esta evolución? ¿Cómo eran tus tiempos de juventud?
R. Aunque todo ha evolucionado todo de una manera muy profesionalizada hasta en las categorías de inicio en monoplazas, también creo que es una pena porque cierra un poco la puerta a pilotos y equipos con menos medios. Yo fui afortunado, porque he podido hacer campeonatos de monoplazas con infraestructuras propias, llevando nosotros el equipo, llevando mi padre, los motores, haciéndolo todo nosotros. Hoy en día, si quieres hacer una F4 o F3, o estás con uno de los equipos profesionales y pagas una verdadera fortuna, tú por tu cuenta no lo puedes hacer.
Aquí tenemos un gran hándicap a nivel nacional, y por eso ves que en esas categorías hay pocos pilotos españoles. Y luego echo de menos una especia de Fórmula Ford, que puedas ir con un remolque y un par de amigos como hacíamos a finales de los ochenta y novena, y tenías parrillas de 25 coches y todos eran pilotos nacionales. Esto lo echo de menos, creo que teníamos que tener estas categorías en las que no hace falta que vayas con el coach, con dos ingenieros, varios mecánicos, rodando desde el jueves. Eso en otros países sí que lo hay, como Inglaterra.
La mirada de piloto nunca se pierde pic.twitter.com/E03A8f8z3u
— Antonio Albacete Jr. (@tonyalbacete23) August 30, 2023
P: Por tu talento y carácter competitivo, si hubieras nacido veinte años más tarde en España, hubieras podido llegar a la Fórmula 1. Viendo la evolución del automovilismo en España ¿Qué crees que hubiera ocurrido?
R: Es difícil saberlo, pero si hubiera enganchado la Fórmula Nissan con equipos como el de Adrián Campos, creo que se hubiera podido llegar, y creo que hacerlo bien, porque pilotos con los que he luchado en la Fórmula Ford 2000 y la Opel y que estaban a mi nivel han llegado y lo han hecho bien. Si hubiese cogido ese tren creo que podría haber llegado y forjarme un camino en la Fórmula 1.
P: Porque también eres padre de un piloto, tu hijo Antonio… ¿Has sido un Jos Verstappen, o le dejas a su aire? (risas)
R: Lo vivo con intensidad porque llevamos el equipo a nivel familiar. El otro día, en Valencia, se rompió la caja de cambios, y con los dos mecánicos nos tocó cambiar la caja de cambios, así que lo vivo muy de cerca (risas). Tenemos dos coches a los que hacemos el mantenimiento, a este nivel también estoy encima del equipo. Sí, soy exigente, por supuesto, y me cabreo cuando no salen las cosas bien, y lo paso peor detrás del muro del pit lane que dentro del camión de carreras. Se sufre mucho más.
— Emilio (@MilioJD) January 23, 2023
P: Carlos Sainz, 62 años, Alonso en la Fórmula 1 con 43, edad elevada para la media… Estáis cambiando la perspectiva de la edad, de seguir rindiendo en un estadio de la vida que no se imaginaba cuando empezabas…
R: Creo que a los tres nos sigue quemando la pasión que tenemos por este deporte, es lo que nos hace el intentar mantenernos ahí, competitivos, físicamente lo mejor que podemos… Tanto Carlos como yo, aparte de la pasión, lo tenemos como profesión. Carlos sigue a un nivel altísimo con contratos con marcas y tiene que estar al máximo nivel. Y yo también tengo que rendir, esa pasión, esa competitividad es lo que nos hace mantenernos…
A ver, se lo digo muchas veces a mi preparador físico: “Joe macho, no me metas las tablas de hace veinte años, que cada vez me cuesta más. Vamos a intentar mantener un nivel bueno, pero no me mates” (risas). Hombre, y el nivel de vida, el cuidarnos… Yo no he fumado nunca, he hecho deporte desde que corro en coches, y creo que esto te hace mantenerte físicamente saludable.
P: Desde tu perspectiva también de piloto veterano, cómo ves a Fernando Alonso y Carlos Sainz, cada uno en su campo…
R: De Fernando me gusta que siga estando ahí con las mismas ganas que desde el principio. No da su brazo a torcer, cuando las cosas están mal o atrás en la parrilla sigue siempre. Lo mismo con Carlos, fíjate si podría estar ya tranquilo y descansando en casa. Le siguen ofreciendo proyectos de alto nivel, y sobre todo, hace lo que le gusta, cosas nuevas con marcas nuevas y desarrollar los coches para ir a ganar. Es esto, es la competitividad que tenemos metida en el cuerpo, que no queremos perder a nada que hagamos (risas).
El pasado fin de semana, Antonio Albacete volvía a ganar en el Circuito de Jarama, en el Campeonato Europeo de Camiones. Una más de las casi doscientas logradas en la categoría. Con la particularidad que en pocos meses cumplirá 60 años.