McLaren y sus pilotos: cuando la etiqueta de la esgrima es diferente al barro de las trincheras

Tras la pole de Lando Norris en Zandvoort, el expiloto Jolyon Palmer ponía el dedo en la llaga al preguntarle si tendría controlada la salida al día siguiente. "¿Me tienes que preguntar eso ahora?", le contraatacaba, molesto el británico. Al día siguiente, Max Verstappen le robaba la arrancada.

Norris acumulaba en Monza otra muesca en su particular culata: nunca ha mantenido la ventaja de la pole al terminar la primera vuelta. La sal en la herida se la echaba ahora en Monza su compañero, Oscar Piastri. Una maniobra que debilitó la estrategia de McLaren, que perdía otro triunfo tras conseguir el doblete del sábado.

El equipo británico sigue cada vez más enredado en el diabólico dilema que atrapa a un aspirante al título: mantener las opciones de sus dos pilotos, postura loable desde el punto de vista deportivo, o sacrificar a una de las partes. Mientras, McLaren cojea en su persecución de Red Bull a pesar de contar con el monoplaza más polivalente.

¿Pudo McLaren haber controlado la carrera bloqueando las dos primeras posiciones en los compases iniciales? El ataque de Piastri introdujo un caballo de Troya en su fortaleza, Charles Leclerc, que resultó letal. Y ni Lando Norris ejerce como líder por su rendimiento, ni el equipo define una estrategia consistente para luchar por los títulos, sin olvidar sus propios errores estratégicos. La etiqueta de la esgrima no vale para el barro de las trincheras.

¿Por qué no haber bloqueado a Ferrari?

"Que Leclerc pudiera seguir nuestro ritmo cuando Piastri tenía el aire libre en cabeza y Charles no, te dice que, probablemente, en realidad era más rápido". Andrea Stella rechazaba la teoría de que McLaren era más rápido que Ferrari este fin de semana. Aunque el equipo británico falló en aquello que estaba bajo su control, es decir, relegar a los Ferrari para dictar el ritmo de carrera con sus dos monoplazas en cabeza. ¿Por qué no haber exigido a sus pilotos, por ejemplo, el bloqueo de posiciones tras la primera curva y estabilizar el ritmo hasta calibrar mejor las decisiones sobre paradas en boxes?

Norris redujo a 70 puntos la diferencia con Verstappen con su apabullante triunfo de Zandvoort. En Monza, el neerlandés no tenía ritmo para entrar entre los cinco primeros. El mordisco de Norris pudo ser más doloroso, pero el británico perdía diez puntos para una dentellada más profunda a Verstappen.

Liderazgo en el muro y al volante

La brutalidad competitiva de la Fórmula 1 susurra constantemente al oído de sus protagonistas que el mejor monoplaza no garantiza los éxitos últimos. La gestión de la acción en pista y sus múltiples facetas es un factor capital, tanto como el liderazgo y talento de sus figuras.

El equipo falló en Montreal con la vuelta extra de Norris antes de cambiar neumáticos o en Silverstone con el último compuesto frente a Hamilton y Mercedes. El error de Norris en la salida y la gestión del equipo en Hungaroring también restó puntos en la persecución a Verstappen. La elasticidad con sus pilotos en Monza ha sido el último tiro en el pie. Su cartera desapareció del bolsillo al completarse la primera vuelta.

En el segundo apartado, Lando Norris no acaba de garantizar la consistencia y mentalidad que certifica su liderazgo absoluto en McLaren, a pesar de que Andrea Stella respalde a su piloto con encomiable contundencia."Lando tiene, sin duda, madera de campeón del mundo. Ya rinde a niveles que he visto en el pasado en algunos de los grandes campeones con los que he tenido la suerte de trabajar".

En Zandvoort, el italiano hacía una encendida defensa de las cualidades de Norris, con la referencia que le otorga su experiencia con Michael Schumacher y Fernando Alonso, por supuesto. Aunque las grietas mostradas esta temporada, unidas a una imagen de debilidad que proyecta en ocasiones desde una personalidad cálida y autocrítica, tampoco ayudan en la percepción de su liderazgo.

Sin embargo, ¿cómo debía haber reaccionado Norris al ataque de Piastri? ¿Con una férrea defensa que hubiera eliminado a los dos monoplazas papaya? ¿O su prudente actitud evitó males mayores para su equipo? Es aquí donde Stella y los suyos debían acotado con sus instrucciones previas el árbol de posibilidades que se abría para sus pilotos.

"Entre la espada y la pared"

Toto Wolff está curtido en las mayores batallas, incluyendo aquella del Gran Premio de España de 2016, cuando Hamilton y Rosberg acabaron fuera de la pista y con la amenaza de brutal sanción económica y deportiva si repetían la maniobra. Tras la carrera italiana, el austríaco definía con acierto y comprensión la posición actual de Andrea Stella.

"Creo que, como equipo de carreras que está luchando por el liderato, de repente estás entre la espada y la pared porque, por un lado, ellos (los pilotos) son corredores como nosotros", explicaba el austríaco el domingo. "Queremos asegurarnos de que gane el mejor. Pero, por otro lado, cuando las cosas empiezan a salir mal y a afectar al rendimiento del equipo, ¿cómo reaccionas a ello?".

"Tiene (Stella) el alma de un racer que no quiere hacerlo y quiere dejarlos competir, pero creo que llegarán a una conclusión después de esta carrera: ¿cómo vamos a manejar esto?". Es ahora el turno de Andrea Stella para reescribir las "reglas Papaya" que se escucharon por la radio. "Las reglas Papaya son: es tu compañero de equipo, compite duro con él, compite limpio con él, no le toques, fue lo sucedió", justificaba Zak Brown al terminar el Gran Premio. "Fue un adelantamiento agresivo, así que tendremos esa conversación, fue un poco estresante en el muro de boxes, pero realmente se trata de respetar a tu compañero de equipo". Sí, pero ganó Charles Leclerc...

Hasta ahora, el liderazgo del ingeniero italiano en McLaren ha sido impecable. Toca pasar a otra pantalla. También para Lando Norris. ¿O se trata de Oscar Piastri?