El 'expediente Grosjean' o por qué el piloto que arruinó un Mundial a Alonso sigue corriendo
Ante el enésimo disparate realizado por el piloto francés en la carrera de Indycar celebrada en Portland, crece el enigma sobre lo inconcebible de sus muchos años en la élite mundial
Después del fuerte accidente sufrido por Logan Sargeant en el pasado Gran Premio de los Países Bajos, la paciencia de Williams se agotó y, desde el próximo fin de semana, será sustituido por el argentino Franco Colapinto. Aunque es cierto que los errores de Sargeant empezaban a ser inasumibles, no dejamos de hablar de un piloto joven con mucho por aprender todavía. Pero la Fórmula 1 en particular es así de cruel. Si desaprovechas tu oportunidad, que pase el siguiente. Una máxima que tiene una inexplicable excepción: Romain Grosjean.
Grosjean, en sus casi dos décadas de presencia en la alta competición, tiene una factura de pifias que supera en intensidad y frecuencia anual no solo a las de Sargeant en 2024, sino a la de cualquier piloto de élite. Pero lo más increíble de la carrera deportiva del francés es que, después de que encontrara una segunda vida profesional en Indycar, haya seguido cometiendo errores de absoluto principiante. La forma en la que eliminó este fin de semana pasado en el circuito de Portland a varios de sus rivales acrecienta el enigma de cómo alguien así puede seguir compitiendo a nivel profesional
A Logan Sargeant, hasta ahora, le había salvado que era un piloto muy rápido. Aunque errático, su velocidad está fuera de toda discusión. A Grosjean, a lo largo de su carrera deportiva, siempre le ha pasado algo parecido, porque frente al crono siempre ha dado la talla. Pero a nadie se le escapa que, junto a velocidad, el pasaporte en la Fórmula 1 cuenta... y mucho. Igual que ser estadounidense era un aliciente extra en estos momentos de expansión norteamericana del calendario, ser francés también ha sido de gran ayuda para Grosjean.
Francia es un país poderoso en el concierto mundial del automovilismo. Un campeonato del mundo sin un piloto francés en la parrilla siempre dará la sensación de estar algo incompleto. En una época de sequía en la habitualmente prolífica cantera francesa, Grosjean era el único clavo al que podían agarrarse los Renault, los Total o la televisión francesa de turno, para justificar sus millonarias inversiones. Pero está claro que, aunque ser francés ha sido de ayuda, tiene que haber algo más.
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— NTT INDYCAR SERIES (@IndyCar) August 25, 2024
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Un misterio inexplicable
Una vez que Esteban Ocon le arrebató la exclusividad de ser la estrella francesa de la parrilla, Grosjean siguió compitiendo en Fórmula 1 muchos años, pese a que su recital de errores se repetía temporada tras temporada. Y ahí llega el gran misterio: sin el aval de la francesidad y sin apoyos explícitos a nivel de patrocinadores, resulta difícil de comprender que siguiera siendo contratado por diversos equipos. 'Algo tendrá el agua cuando la bendicen', dice el refrán, pero es innegable que, en el caso que nos ocupa, esa agua tiene mucho de milagrosa y de inexplicable.
En España, el nombre de Romain Grosjean está en lista negra de muchos aficionados porque se le atribuye a él la responsabilidad de que Fernando Alonso perdiera el título de 2012. Es cierto que aquel accidente en la arrancada del Gran Premio de Bélgica fue una más de las muchas chaladuras que ha hecho el francés a lo largo de su carrera. Y es cierto también que aquel golpe que eliminó a Fernando a las primeras de cambio robó unos posibles puntos decisivos para el Mundial.
El propio Fernando Alonso admitió después de aquel accidente que, más importante que ganar un posible título, fue no perder la vida en aquella pavorosa carambola. El asturiano no fue excesivamente duro con Grosjean, porque sabe que, a veces, en una salida, un pequeño error puede tener consecuencias catastróficas. Aquella fatídica maniobra le costó a Romain una sanción de una carrera. El problema es que apenas un par de pruebas después, sacó de la pista en la primera vuelta del Gran Premio de Japón de una forma absurda a Mark Webber. Y esta es la clave alrededor de la mala fama alrededor del piloto francés: su incapacidad para aprender de los errores.
"Es totalmente injustificable lo que ha hecho el lunático de la primera vuelta. Es el presidente de la GPDA (asociación de pilotos), debe conocer las reglas. Para mí, Grosjean está fuera de la capacidad mental de pilotar un Fórmula 1", decía muy duro Webber. Aunque el piloto australiano, fruto de la rabia, quizá se pasara un poco en el ataque a Grosjean, no le faltaba razón al fondo de su planteamiento. Como recordaba Christian Horner, el jefe de Webber en Red Bull en aquellos momentos, "lo más preocupante es cuando se repiten los incidentes. Puedes cometer errores, pero la clave es aprender de ellos. Siete incidentes este año es más que suficiente".
Mark Webber has branded Romain Grosjean a "first-lap nutcase" and intimated he should be banned again after his ... http://t.co/eOC2ax49
— Sky Sports F1 (@SkySportsF1) October 7, 2012
Incapacidad para aprender
Grosjean abandonó la Fórmula 1 un año después de su terrorífico accidente en Baréin, donde sobrevivió milagrosamente. La inmensa alegría de que Grosjean emergiera vivo de aquel infierno hizo olvidar que el accidente vino precedido de una de sus típicas maniobras en pista donde pilota como si no hubiera nadie a su alrededor. El propio Martin Brundle, ante la reiteración de errores similares, llegó a cuestionar que mentalmente Grosjean fuera capaz de aprender: "Estas cosas no suceden por casualidad, tiene un claro problema de juicio en el combate cuerpo a cuerpo y dudo que sepa corregirlo porque es algo instintivo en él".
Cuando llegó a Indycar después de abandonar la Fórmula 1, su velocidad y experiencia eran activos muy valorados y, por eso, encontró acomodo en Andretti Autosport, uno de los mejores equipos del campeonato. Y es cierto que cuando tenía días buenos se ganaba su sueldo con creces, pero el problema es que ni con más de diez años de experiencia en Fórmula 1 era capaz de no cometer errores de bulto. Andretti se hartó y la asociación entre el francés y el equipo americano duró poco.
Desde entonces, ha pilotado para equipos modestos, deseosos de que solo aparezca el Grosjean bueno y les permita crecer deportivamente. En Juncos Hollinger, su actual equipo, esta ha sido la situación en varias carreras, pero la última prueba de Portland resume perfectamente los problemas del Grosjean malo. Después de marcar la vuelta rápida en carrera y pilotar de forma impecable, de pronto en su cabeza se volvió a producir uno de sus vacíos inexplicables. Grosjean pisó un bordillo (fallo de concentración) y, una vez que se salió de pista, volvió a la misma sin mirar como si fuera el único piloto del circuito.
Un error difícil de justificar, pero absolutamente inaceptable en un piloto muy experimentado. Graham Rahal, uno de los muchos damnificados en Indycar por las cruzadas de cable de Grosjean, resumió de forma muy gráfica los problemas del francés: "Un perro testarudo nunca va a aprender cosas nuevas". Es el enigma de la presencia de un agente doble al volante, que nunca se sabe si es aliado o enemigo.
Después del fuerte accidente sufrido por Logan Sargeant en el pasado Gran Premio de los Países Bajos, la paciencia de Williams se agotó y, desde el próximo fin de semana, será sustituido por el argentino Franco Colapinto. Aunque es cierto que los errores de Sargeant empezaban a ser inasumibles, no dejamos de hablar de un piloto joven con mucho por aprender todavía. Pero la Fórmula 1 en particular es así de cruel. Si desaprovechas tu oportunidad, que pase el siguiente. Una máxima que tiene una inexplicable excepción: Romain Grosjean.