"No hay palabras": Miguel Molina, cerca de hacer historia con Ferrari en las 24 Horas Le Mans

"Realmente no tenemos palabras". Miguel Molina expresaba las intensas sensaciones de Ferrari, que acaba de cosechar un logro histórico para la marca italiana. Cincuenta años después de su despedida de las 24 Horas de Le Mans, Ferrari ha vuelto a la mítica carrera francesa, cien años después de su primera edición. Antonio Fuoco, Niclas Nielssen y el propio Molina acababan de conseguir la pole, con el segundo prototipo de Ferrari también en primera línea. "Hace menos de un año que este coche rodó por primera vez en Fiorano (la pista de pruebas de Ferrari). Esta pole es muy merecida para toda la gente que está trabajando en este proyecto", eran las primeras palabras de un emocionado Molina

En palabras exclusivas a El Confidencial, Molina sintetizaba en tres palabras lo que significan las 24 Horas de Le Mans: "Un honor, mucha velocidad, y concentración". El piloto español luchará a partir de las 16 horas del sábado para convertirse en el tercer piloto nacional que gana la carrera francesa, uniendo su nombre al de Marc Gené y Fernando Alonso. Sin embargo, ganar con Ferrari, en su retorno 50 años después, con el número 50 a bordo del 499P en el centenario de la carrera francesa, no está al alcance de cualquiera.

Puro éxtasis

Desde el primer momento que puso sus ruedas sobre el asfalto, Ferrari mostró un gran ritmo. La carrera es otra historia y en este aspecto el equipo italiano no cuenta con la experiencia de Toyota, que ha logrado las últimas cinco victorias. En 2023 arranca una nueva era reglamentaria, que ha atraído a marcas como Peugeot, Cadillac y Porsche, la marca con más victorias en la historia de la prueba (20). Además de la propia Ferrari, ajena al mundo de la resistencia durante medio siglo, la disciplina que forjó su leyenda antes que en la Fórmula 1.

En un magnífico trabajo de equipo, en el que los dos prototipos italianos se ayudaron con los rebufos, Ferrari frustró un récord para la marca japonesa: de haber logrado el mejor tiempo, Toyota habría batido el récord de siete poles consecutivas por delante de Porsche. El ambiente en el garaje de Ferrari era de puro éxtasis. Una semana atrás, los organizadores de la carrera habían modificado el BOP, el sistema que iguala las prestaciones de los diferentes prototipos. El GR010 nipón recibió 34 kg de lastre, por los 24 de Ferrari, 11 de Cadillac, y 3 a Porsche. La montura nipona, muy superior durante toda la temporada, acusó el golpe. Pero el 499 P parece un prototipo nacido a propósito para la veloz pista francesa, en la que se superan al menos cuatro veces los 300 km/h.

En todo caso, Ferrari es consciente de que su falta de experiencia en la prueba no le hace favorito para el triunfo y sus responsables y pilotos hacen gala de humildad. "Sabemos que la carrera será muy diferente, los entrenamientos son una cosa y la carrera otra. La clave será la fiabilidad, este es el factor decisivo para la carrera. Tenemos que respetar a Toyota, que tiene más experiencia que nosotros. De momento, Toyota es la referencia", avisaba Ferdinando Canizzo, el responsable técnico de la escuadra italiana.

Miguel Molina se integró desde el primer momento en un proyecto que ha sorprendido por su gran nivel competitivo, superior al de otros fabricantes también recién llegados. El triunfo en la presente edición de las 24 Horas de Le Mans representaría un logro único, no solo por la juventud del proyecto, sino por el valor de la victoria en 2023. Tanto, que el ganador se queda en propiedad un trofeo especialmente diseñado para esta edición centenario, mientras que para que un ganador se lleve a casa el trofeo tradicional es necesario ganar tres veces seguidas. Para Ferrari sería la décima victoria en su historial de la prueba.

"Son coches muy exigentes"

"Para mí, es muy importante, sobre todo, porque estar aquí en Le Mans y en este proyecto es el momento más alto de mi carrera deportiva", explicaba a El Confidencial el propio Molina, ahogado de obligaciones mediáticas y profesionales estos días. "Hemos hecho una buena preparación, un buen trabajo y con muchas ganas de empezar la carrera porque, como digo, hay un trabajo increíble detrás, y todos necesitamos empezar, ver dónde estamos y qué situaciones nos encontramos". A las pocas horas de estas palabras, Molina ya sabe que arranca desde la pole junto con Fuoco (a los mandos en la sesión clasificatoria) y Nielssen.

Molina forma parte de Ferrari desde 2017, compitiendo con los GT de la marca italiana a bordo de varios equipos y, desde entonces, también en las 24 Horas de Le Mans. Cuando la marca italiana decidió entrar en el mundo de la resistencia, le escogió para integrar su equipo de seis pilotos. Desde el pasado enero, su vida ha cambiado radicalmente. ¿Cómo se preparan ahora las 24 Horas, cuando se aspira además a la victoria absoluta? "Llevamos ya tiempo trabajando en la preparación física, son coches mucho más exigentes de lo que estábamos acostumbrados. Es algo que noté ya en enero y febrero, cuando comencé a coger el coche, pero nos hemos ido preparando para esta situación".

Al margen del pilotaje del 499P, las 24 Horas exigen una preparación muy específica, donde se cuidan aspectos que no entran en juego en pruebas convencionales. "A nivel de sueño, aquí lo más importante es saber descansar y saber comer en los mejores momentos, en los momentos adecuados, sobre todo cuando acabamos nuestro relevo. Tenemos un par de horas para descansar y, en ese momento, hay que optimizar este tiempo al máximo".

El trabajo psicológico

El factor humano adquiere un papel muy relevante en el rendimiento durante las 24 Horas de Le Mans. La presión sobre cada uno de los pilotos es enorme, ya que no solo se trata de mantener la estabilidad emocional y el rendimiento durante largos períodos de tiempo dentro y fuera del coche, y diez días de intenso trabajo. Además, los pilotos soportan el trabajo final de toda una organización. Miguel Molina cuida particularmente este apartado. "Llevo trabajando con psicólogos desde hace mucho tiempo, tanto deportivos como de fuera de ambiente del deporte, para encontrar las herramientas máximas para rendir al cien por cien. Yo me siento en un buen momento, llevamos mucho tiempo preparando esta carrera".

¿Por qué es tan diferente esta carrera y, sobre todo, esta pista? "Es muy, muy especial. Primero de todo, por el evento en sí, es un evento de diez días, donde hay muchas cosas que hacer. Luego, en el circuito, las velocidades son tan altas que las diferencias entre categorías hacen que esa complejidad se haga mayor. El circuito tiene pocas curvas, pero todas ellas son muy complicadas, necesitas encontrar su límite. Si lo encuentras en cualquiera de ellas y cometes un error, se va todo al traste, tu trabajo y también el de todo el equipo".

"Aquí, lo más importante es llevar a lo más alto a Ferrari. Compartir el coche con Niclas y Antonio es una gran experiencia. Nos hemos demostrado que nos compenetramos muy bien y, a la vez, estamos en una situación muy buena los tres. Pero, sobre todo, tenemos ganas de ver si contamos con alguna posibilidad". De momento, la de salir primeros en las 24 Horas de Le Mans por primera vez para Ferrari en 50 años. El domingo, a las cuatro de la tarde, quién sabe.