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Las diferencias que separan a Carlos Sainz de Charles Leclerc en Ferrari
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DISTINTOS ESTILOS Y ENFOQUES COMO PILOTOS

Las diferencias que separan a Carlos Sainz de Charles Leclerc en Ferrari

Los dos últimos grandes premios, complicados para Sainz y Leclerc, han puesto en evidencia los distintos estilos y rasgos entre los pilotos de Ferrari

Foto: Leclerc y Sainz, antes del GP de Miami. (Reuters/Marco Bello)
Leclerc y Sainz, antes del GP de Miami. (Reuters/Marco Bello)

Lo reconoció Carlos Sainz al terminar el Gran Premio de Bakú. Desde la primera sesión de libres comprendió el desafío que afrontó dada la falta de sintonía con la configuración del SF23. Su objetivo fue evitar que el coche acabara estampado contra los muros. Terminó quinto, pagando por el camino su personal penitencia. Allí, Charles Leclerc concluyó en el podio tras un espléndido fin de semana. Bakú era el paraíso para su acrobático talento. Pero acabó una vez contra las protecciones. En Miami, dos veces en la curva siete la última en los entrenamientos, cuando se le veía despendolado y fuera de sitio prácticamente desde primera hora.

Sainz preguntó a su ingeniero sin haber visto el accidente en el primer incidente del monegasco en Miami. "A Charles se le ha ido la parte de atrás, ¿verdad?". "Se le ha ido de atrás…", le confirmaron conscientes de que era algo inevitable. Al día siguiente, el monegasco fue reincidente. Se equivocó en el primer intento del Q3, y acabó estampado en el segundo. "Es un coche muy difícil de llevar, y en la vuelta rápida lo tienes que tener muy claro", explicó Carlos al terminar la sesión clasificatoria. A pesar de que era consciente de ello, Leclerc se la jugó, y perdió. El madrileño, que estaba en los tiempos del monegasco, no pudo completar su último intento.

Cada piloto está conformado por un personal cableado neuronal y físico, diferentes estilos y formar de afrontar el dominio de un coche de carreras, determinado todo ello por distinto grado de talento natural. Porque no hay dos pilotos iguales. Cristiano Ronaldo y Messi son dos grandes estrellas del fútbol, pero muy diferentes entre sí. Otro tanto ocurre dentro de un casco. Bakú y Miami ilustraron algunas de las diferencias que distinguen a los dos pilotos de Ferrari. También por qué Leclerc tiene frente a Sainz otro margen de maniobra en Ferrari para permitirse semejantes errores. Una vertiente personal que expone con sus virtudes y riesgos, también cuando es Carlos quien lo presiona.

"Yo voy a marcar la diferencia"

El monegasco asumió la responsabilidad con entera honestidad, como es habitual en su caso. Expuso a la vez entre líneas su personalidad y filosofía como piloto. "Estoy muy decepcionado conmigo mismo, es el mismo error en la misma curva. Sé que la calificación es mi punto fuerte y, obviamente, me estoy arriesgando más", reconoció al terminar la sesión clasificatoria. "En el Q3 vale la pena (el riesgo) nueve de cada diez veces. Pero, obviamente, este es un fin de semana en el que estrellé el coche dos veces, no es el nivel en el que quiero estar".

Leclerc defendió su extraordinaria habilidad natural a una vuelta para justificar el accidente. "Creo que también me puse en una situación difícil porque quería una configuración muy agresiva para la calificación, sabiendo que era la que necesitaría para sacar el máximo provecho del coche. Probablemente di un paso demasiado lejos, es algo que veré después del fin de semana". Es decir, Leclerc se pasó de vueltas y de riesgo en Miami.

Jock Clear, ingeniero responsable de rendimiento de Ferrari, perfiló más si cabe a Charles Leclerc al señalar esa disposición natural como responsable de sus errores. Y apuntó más a la responsabilidad personal que a las carácterísticas del SF23. "De alguna forma, tal vez sea un reflejo de su mentalidad cuando se enfrenta a un coche que se ha demostrado que es más rápido que él. Es una especie de: 'Voy a tener que marcar la diferencia yo mismo'. Por supuesto, la física finalmente te atrapa".

Leclerc es prisionero de su mayor virtud, su velocidad a una vuelta. No sólo le sucede cuando lucha contra el monoplaza de otro equipo, sino también cuando Carlos Sainz le planta cara. Esa velocidad natural quizá supere a la del español a una vuelta, aunque no de manera recurrente, como ocurrió en el final de la temporada 2021 y 2022. O en el Gran Premio de Australia. Los mensajes por radio del monegasco cuando marcha por detrás de Sainz también ponen en evidencia otra vertiente de su personalidad: no lleva bien la presión de su compañero de equipo cuando este le iguala o supera. Porque, además, en carrera, sus personalidades son diferentes.

Las virtudes de Sainz en carrera

¿Dónde estaba ese piloto de velocidad sobrenatural en el primer relevo del Gran Premio de Miami? La gran virtud de Leclerc, esa velocidad instintiva a una vuelta, se atenúa en carrera, donde entran en juego más parámetros. Aquí aparece la personalidad más completa de Carlos Sainz, con mayor capacidad de control de los múltiples parámetros en juego. Así lo demuestra la capacidad del español para incluso dirigir la estrategia del equipo desde su monoplaza. Varios fueron los ejemplos el pasado año -hasta cuatro recuerda el propio Sainz- en los que el madrileño fue capaz de tomar decisiones mientras Leclerc se dejó llevar por el equipo sin una visión tan definida y tan global como la del español. El famoso "stop inventing" fue el más famoso de todos.

Los dos pilotos de Ferrari coincidieron con la inconsistencia del SF23 tanto sábado como domingo al concluir el Gran Premio de Miami. Y en diferentes momentos de una misma carrera, ese "subviraje y sobreviraje en una misma curva" de los que habló Leclerc, o ese punto crítico e impredecible con el eje trasero del que hablaba Sainz. Las dos últimas carreras han evidenciado el enfoque de cada uno para gestionar la actual situación. En ninguno de ellos, Carlos llevó el coche contra el muro, por los tres accidentes de Charles y su error en el primer intento del Q3. Al terminar ambos, El monegasco acumuló 21 puntos con tres accidentes. El madrileño, 20 sin ninguno.

"No le vamos a decir: 'Mira, cálmate, Charles'. En el transcurso de un año, su calificación es sobresaliente y esto le coloca en una posición muy fuerte para muchas carreras. Creo que olió la oportunidad de otra pole position, para ser honesto, y tal vez se adelantó un poco" apuntaba Jock Clear. Esa velocidad natural de Leclerc, tan prodigiosa, deslumbra en Ferrari, por supuesto, y entre los aficionados. Pero ser piloto un de carreras completo para luchar por el título exige de múltiples facetas cubiertas, además de un monoplaza altamente competitivo. En algunas de esas facetas, el monegasco recuerda al mítico y prodigioso Gilles Villeneuve. Quien le vivió de cerca, también recordará cuáles eran sus carencias.

Lo reconoció Carlos Sainz al terminar el Gran Premio de Bakú. Desde la primera sesión de libres comprendió el desafío que afrontó dada la falta de sintonía con la configuración del SF23. Su objetivo fue evitar que el coche acabara estampado contra los muros. Terminó quinto, pagando por el camino su personal penitencia. Allí, Charles Leclerc concluyó en el podio tras un espléndido fin de semana. Bakú era el paraíso para su acrobático talento. Pero acabó una vez contra las protecciones. En Miami, dos veces en la curva siete la última en los entrenamientos, cuando se le veía despendolado y fuera de sitio prácticamente desde primera hora.

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