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"Esta es la imagen real": la caída del caballo que desnuca a Ferrari con toda crudeza
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SAINZ, POR ENCIMA DE LECLERC

"Esta es la imagen real": la caída del caballo que desnuca a Ferrari con toda crudeza

En una pista supuestamente favorable al SF23, el monoplaza italiano ha confirmado sus carencias en los mismos defectos que su antecesor, y perdiendo terreno frente al resto

Foto: El SF23 confirmó sus carencias en una pista supuestamente favorable. (EFE/L. Bruno)
El SF23 confirmó sus carencias en una pista supuestamente favorable. (EFE/L. Bruno)

"Éramos el segundo coche más rápido, pudimos controlar a los Mercedes y Ferrari en todo momento, incluso aumentar la distancia con ellos como queríamos". Fernando Alonso clavó un hierro ardiente en el lomo de sus rivales al terminar. "Era una carrera de controlar a Mercedes y Ferrari. Aun así, íbamos un poco más rápido que ellos…". El Gran Premio de Arabia Saudí significó la caída del caballo, la dura realidad tras el fracaso de Ferrari en Yeda. No se trataba de circunstancias puntuales, sino una nueva confirmación de la tendencia del SF23 en carrera, iniciada desde el año pasado con su predecesor, el SF75.

"Estoy un poco sorprendido, porque antes del inicio del fin de semana, y después del viernes, pensamos que teníamos la oportunidad de ser la segunda fuerza aquí en Yeda. Sin embargo, nuestro último relevo con neumáticos duros muestra que tenemos mucho por hacer", sentenció un resignado Carlos Sainz al terminar la carrera. "Sinceramente, no creo que hubiera mucho más en el coche hoy, tenemos que trabajar para encontrar más ritmo", admitió un desconsolado Charles Leclerc.

Carlos dejó Yeda con la misma herida de los sábados, completando un fin de semana de engorroso pico, pala y sudor

Una crisis invernal y otra mediática tras solo una carrera, el rojo Ferrari es el color de la señal de alerta ante el paso atrás dado en 2023. El SF23 sigue perdiendo terreno frente a sus rivales, como ya ocurrió con el SF75 desde el pasado verano. A partir de semejante constatación, Sainz y Leclerc intentaron completar una faena de aliño. Por su parte, el español salvó el domingo el pulso por esa jerarquía interna que tácitamente sobrevuela en Ferrari. Sin embargo, Carlos dejó Yeda con la misma herida de los sábados, completando un fin de semana de engorroso pico, pala y sudor de exigua compensación. Vienen tiempos duros para Ferrari.

Buena estrategia, mala fortuna

Sainz arrastró su irregular clasificación del día anterior para la carrera. Perder la posición en la primera vuelta con Stroll tampoco ayudó. Hasta el impecable overcut a Stroll y Aston Martin en la vuelta 16 no fue capaz de recuperar la posición, pero con la virtud también llegó el infortunio en forma de inoportuno coche de seguridad provocado por Lance Stroll. Esto dejó al español y a Leclerc con un palmo de narices ante la entrada de Hamilton y Verstappen en boxes. Los monoplazas italianos montaron el compuesto duro para terminar la carrera. Entonces, el cangrejo se convirtió en tortuga a la estela de Mercedes.

Pronto quedó claro que los domingos tiran por tierra las retóricas y expectativas ferraristas. Si el SF23 iba a nadar en su estanque dorado de Yeda, acabó chapoteando en una pista de alta velocidad y baja degradación que en principio favorecia al monoplaza italiano. Ni exhibió el domingo la primera ni tampoco se libró de la segunda. Los dados de la fortuna no acompañaron a los dos Ferrari, cierto, pero el SF23 tampoco tuvo pegada ni merecimiento para recuperarse de esa adversa suerte.

Sainz se aplicó disciplinadamente hasta ganar temperatura con el neumático duro antes de atacar a Lewis Hamilton. Russell era una entelequia. "Vamos a ser más rápidos en algunas vueltas", animó su ingeniero al español. "Tan pronto como logre entrar en [la estela de] el DRS iremos mejor". Leclerc dio antes señales de desesperación ante el rendimiento del compuesto duro y su incapacidad de echar el lazo a Sainz, que rodó por delante.

Graves carencias, futuro incierto

"Estar así es realmente una mierda. No sé qué hacer". Leclerc mostró su desesperación por la radio. Sainz, por su parte, se aplicó para controlar a su compañero. Ferrari no daría órdenes de equipo si el monegasco no rodaba más rápido que Sainz. Lo intentó, pero no pudo en toda la carrera. Al madrileño le quedó la satisfacción de que, sí, Leclerc remontó hasta su estela tras un gran primer relevo, pero el monegasco arrancó con blandos (el juego que Sainz no pudo utilizar el día anterior), mientras que el español lo hizo con medios. Por milésimas, su vuelta rápida del español también superó a la de su compañero. "Hiciste un buen trabajo, muy consistente y sin errores", le animó su ingeniero por la radio. La respuesta del madrileño delató las grandes carencias del SF23. "No es la carrera que queríamos, queda trabajo por hacer. Especialmente, en tráfico y DRS". Parece que era alguna más.

"No es solo Baréin", reconoció un decepcionado Sainz, deshaciendo la retórica ferrarista previa para Yeda. "No estamos donde nos gustaría estar en ritmo de carrera, en términos de equilibrio sufrimos, sobrecalentamos los neumáticos en aire limpio, imagina en aire sucio, nos los comemos vivos...". Rápido a una vuelta, pero con la degradación según el compuesto como gran estigma, el SF23 significa una involución respecto a Red Bull y Aston Martin.

A la postre, el Gran Premio de Arabia Saudí desnudó el discurso de Ferrari: la situación es más dramática de lo imaginado ante las graves carencias que Yeda puso en carne viva. "Sabemos cuáles son nuestros puntos débiles", declaró Sainz al terminar. "Sinceramente, en el último relevo con el duro estaba atacando y Charles a mi espalda, pero no podíamos mantener el ritmo [de los de delante]. Esta es la imagen real". Leclerc precisó: "Hace falta mucho trabajo, en recta son más rápidos (Red Bull), en las curvas son más rápidos, así que es un poco de todo".

En Shakir podría hablarse de decepción, en Yeda, de fracaso. "Aún creemos en nuestro proyecto [el monoplaza actual], no puedo imaginar que una máquina se coloque en primera fila en clasificación y en carrera no vaya a ninguna parte", declaró Fred Vasseur para rechazar que Ferrari se haya equivocado con el SF75/SF23. Pero en 2012 se lograron 12, y las debilidades no han cambiado. "Creo que se trata de un problema de puesta a punto más que de filosofía del proyecto, una cuestión de gestión de neumático". El gran temor, la gran duda de que Ferrari también haya tocado techo con su concepto wing car. Mercedes ya se cayó del caballo en Baréin...

"Éramos el segundo coche más rápido, pudimos controlar a los Mercedes y Ferrari en todo momento, incluso aumentar la distancia con ellos como queríamos". Fernando Alonso clavó un hierro ardiente en el lomo de sus rivales al terminar. "Era una carrera de controlar a Mercedes y Ferrari. Aun así, íbamos un poco más rápido que ellos…". El Gran Premio de Arabia Saudí significó la caída del caballo, la dura realidad tras el fracaso de Ferrari en Yeda. No se trataba de circunstancias puntuales, sino una nueva confirmación de la tendencia del SF23 en carrera, iniciada desde el año pasado con su predecesor, el SF75.

Carlos Sainz Ferrari
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