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Hasta el colegio de los niños es importante para ganar en la Fórmula 1
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UNA ENDOGAMIA PELIGROSA

Hasta el colegio de los niños es importante para ganar en la Fórmula 1

La concentración histórica de equipos en el Reino Unido, dificulta mucho desarrollar estructuras competitivas más allá de sus fronteras. Ni siquiera Ferrari salva el escollo

Foto: Audi cuando anunció su futura participación en Fórmula 1. (Reuters/Stephane Mahe)
Audi cuando anunció su futura participación en Fórmula 1. (Reuters/Stephane Mahe)

La Fórmula 1 supone la prueba máxima de desafío tecnológico y de dificultad para pilotos de todo el automovilismo. Marcas que cuentan con un palmarés impresionante en el campo de la resistencia o en el de los rallyes, se han dado de bruces cuando lo han intentado en la Fórmula 1. O al menos puede decirse, que han fracasado cuando han intentado hacerlo fuera de Inglaterra. El denominado ‘Milton Keynes Valley’, no solo aglutina la sede de la mayoría de los equipos, sino de gran parte de la industria auxiliar y lo que es más importante, el lugar de residencia habitual de la gran mayoría de su personal especializado.

Audi reconocía, recientemente, las dificultades que se está encontrando para reclutar gente para sus sedes en Hinwill (Suiza) y Neuburg (Alemania). "La fase de implementación comenzó hace casi un año, -explica el jefe de competición de Audi, Stefan Dreyer-, desde entonces, unos 100 empleados han llegado, pero que tendrá que crecer hasta algo más de 300 especialistas". Aunque esta es una cifra algo inferior al departamento de motores de otros equipos, en la marca alemana creen que puede ser suficiente, pero el problema, advierte Dreyer, está en atraer a su sede todo el talento que precisan: “Primero tienes que juntar a esos más de 300 en Neuburg y por decirlo suave es una tarea hercúlea. Red Bull Powertrains ya tiene alrededor de 350 personas trabajando en su sede, pero Brixworth (la sede de Mercedes) está a apenas 30 millas”.

Cuando Dreyer menciona a Mercedes, lo hace por ejemplificar la facilidad con la que, en poco tiempo, el equipo de las bebidas energéticas ha logrado atraer a tanto personal cualificado. La mayoría proceden de su rival alemán, es cierto, pero también han llegado muchos otros especialistas residentes en la zona. Es significativo también el caso de Aston Martin, que en paralelo a la construcción de su nueva sede, prácticamente ha doblado a golpe de talonario su fuerza laboral de algo más de 400 a los 700 y pico actuales. Y es que, cuando la gente sigue viviendo en su misma casa, los niños siguen en el mismo colegio y compras en el mismo supermercado, un aumento de sueldo puede ser motivación suficiente. Y relativamente barato además para el ofertante de empleo.

Un polo de talento único

Hay que tener en cuenta, que toda esa enorme bolsa de talento no solo se compone de ciudadanos británicos, sino también técnicos emigrados de todo el mundo. Todos aquellos que ambicionan trabajar en Fórmula 1, emigran al Reino Unido, sabedores que en esa zona, es donde van a tener más oportunidades para prosperar como profesional. A Ferrari se le ha tachado en ocasiones de ser un equipo que gestiona de forma poco eficiente su presupuesto, porque los equipos radicados en el Reino Unido son capaces de hacer más con menos. Lo que no se cuenta es el equipo basado en Maranello sólo puede recurrir a técnicos italianos y cuando contrata personal extranjero, lo tiene que hacer a precios astronómicos. Esa es la clave de la desventaja.

Es muy seductor trabajar en un equipo como Ferrari, pero junto a ese aumento de sueldo que ofrecerían los Aston Martin o Red Bull de turno, la Scuderia no puede evitar tener que pagar a los fichajes extranjeros un plus en concepto de vivienda, colegios de los niños, etc. Y eso, asumiendo que pese a la mejora económica, los posibles fichajes decidan salir de la zona de confort familiar que les proporciona su residencia habitual, que a menudo no es así. Sonados fueron los casos, por ejemplo, de técnicos como John Barnard, que en su época Ferrarista exigió diseñar sus monoplazas desde el Reino Unido.

Y si un equipo con el prestigio e historia de Ferrari tiene esos problemas, qué no va a suceder a los recién llegados. Veasé por ejemplo el caso de Audi actualmente o en su día Toyota, que tenía su sede en Colonia (Alemania). Por mucho que se hable de compañías de las más poderosas del sector del automóvil, la Fórmula 1, no deja de ser un nicho muy específico, donde su personal, además, tiene una vocación o motivación especial para trabajar en este sector. Pero si todo lo anteriormente expuesto, no hiciera suficientemente desincentivador un cambio de residencia fuera del Reino Unido, el maratoniano calendario de la actualidad agudiza aún más el problema a nivel personal. ¿Quién quiere dejar tirado a su familia en un país desconocido, mientras el técnico en cuestión pasa más de 200 días al año fuera de casa?

La única solución para los equipos de fuera de Gran Bretaña, a la hora de no enfrentarse al problema de las ‘mudanzas’, es invertir en talento junior. Cuando permites a jóvenes que crezcan personal y profesionalmente dentro de un equipo, al final su hogar pasado unos años, es el del lugar donde esté radicado su equipo, dando igual la nacionalidad que tengan los técnicos. El problema es que esto es una tarea que requiere muchos años y que no va a dar réditos inmediatos. Un aerodinamicista recién salido de la universidad, por ejemplo, puede dominar perfectamente las claves de un túnel de viento virtual, pero solo la experiencia de años correlacionando datos de pista, le permitirá conocer bien los niveles de carga, las tolerancias, etc.

Y Arabia Saudí entra en acción

Y en estas, el Príncipe Kalid Ben Sultan Al Faisal, presidente de la Federación Automovilista de Arabia Saudí, anuncia un plan a largo plazo cuyo objetivo es que equipos de Fórmula 1, (con sus correspondientes 700-800 empleados), se trasladen a la península Arábiga. “Queremos crear un hub técnológico del Motorsport, -explica Al Faisal- Ojalá que podamos atraer a algún gran constructor. Tenemos inversiones privadas en marcas como McLaren o Aston Martin y el plan es poder traer las sedes a Arabia Saudí. Tenemos un plan a 20 años cuyo objetivo es que de aquí salga tecnología o se construyan coches con derechos de propiedad intelectual locales.

El futbol en particular y el deporte en general, nos viene enseñando que con un jeque contando barriles de petróleo por la mañana mientras desayuna, todo es posible. Ahora bien, independiente del escollo que supondría sortear los límites presupuestarios (ya se les ocurrirá algo), de qué barbaridades de dinero estamos hablamos para tales emigraciones masivas de profesionales ultra cualificados. Es aventurado decir que es materialmente imposible, pero visto lo visto recientemente, conviene ser prudente a la hora de hacer profecías. La realidad, de todos modos, nos sugiere que si Ferrari o Audi tienen serios problemas para atraer talento desde Inglaterra, qué no va a costar a Arabia Saudí convencer para emigrar a su país.

Y la verdad, no sería mala cosa, que como deporte global que es la Fórmula 1, estuviera mucho más repartido por el planeta toda la industria que da soporte al campeonato. Pero la historia nos demuestra, que si quieres ganar en la especialidad cumbre del automovilismo, lo vas a tener terriblemente difícil lejos de las Islas Británicas. Antiguamente, tenía cierto sentido, porque el grueso del campeonato se disputaba en Europa, pero en la actualidad, con apenas ocho carreras en el continente y en un mundo tan interconectado como el que vivimos, no debería ser imprescindible estar basado en Inglaterra. La cuestión es que aunque parezca fácil, si la Fabada cuando pasas el Puerto de Pajares sabe distinta y en cuanto sales de Valencia la paella se convierte en ‘arroz con cosas’, Audi, Porsche, Ferrari o cualquier no ‘British’ lo van a seguir teniendo muy crudo a la hora de reclutar talento.

La Fórmula 1 supone la prueba máxima de desafío tecnológico y de dificultad para pilotos de todo el automovilismo. Marcas que cuentan con un palmarés impresionante en el campo de la resistencia o en el de los rallyes, se han dado de bruces cuando lo han intentado en la Fórmula 1. O al menos puede decirse, que han fracasado cuando han intentado hacerlo fuera de Inglaterra. El denominado ‘Milton Keynes Valley’, no solo aglutina la sede de la mayoría de los equipos, sino de gran parte de la industria auxiliar y lo que es más importante, el lugar de residencia habitual de la gran mayoría de su personal especializado.

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