Fernando Alonso y Tom Brady, dos titanes desafiando a la naturaleza pasados los 40

Flavio Briatore, el mentor y manager de Fernando Alonso a lo largo de su carrera deportiva, declaró recientemente que veía al asturiano en una forma física espectacular, mejor incluso que cuando competía para él en el equipo Renault hace casi dos décadas. ¿Se trata de un farol, propio de alguien con lógico interés al ser su representado, o, por el contrario, es una constatación sincera, del trabajo de su pupilo? Algo parecido pasa con Tom Brady, que se empeña temporada tras temporada en demostrar que sigue siendo el mejor quarterback de la historia de la Liga Nacional de Futbol Americano a sus 43 años. Su preparador físico Alex Guerrero lo resume así: Con la dedicación de Tom, no veo que no pueda hacer algo a los 45 años que hiciera a los 25.

El Sports Journal Medicine, la voz más autorizada en medicina deportiva, concluyó que, de media, un deportista alcanza su pico de forma a los 30 años. Luego, por supuesto su estudio hace sus matices explicando, por ejemplo, que deportes como el hockey hielo o el esquí se desempeñan mejor entre los 27 y 28 años. Para atletismo de velocidad, saltos y lanzamientos, el punto máximo se adelanta alrededor de los 24-25 años. Finalmente, en deportes que precisan resistencia como maratonistas, montañeros o ciclistas, el pico puede estar justo pasados los 30. Lo que la ciencia niega es que a los 40 sea posible tener una forma similar a la de esa teórica cima de la treintena.

Desmintiendo a la ciencia

En el tenis, Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic se vienen empeñando en demostrar a la ciencia que están equivocados. En el futbol Cristiano Ronaldo mantuvo un nivel físico soberbio bien pasados los 30 años y tanto Tom Brady como Fernando Alonso siguen demostrando también, que si no están en su mejor momento físico, como mínimo los jovencitos, que casi podrían ser sus hijos, no están mejor que ellos. Profundizando en las preparaciones físicas y mentales de Brady y Alonso, parece claro que a ambos les une el mismo secreto: Una dedicación podría decirse casi enfermiza a su profesión.

La carrera deportiva de un atleta sea del deporte que sea, se construye, define y prolonga con la rutina y eso es precisamente lo más difícil de mantener. Puedes no abandonar tu preparación física, pero emocionalmente estar muy inestable o viceversa. Igualmente, puedes estar una época del año pletórico a base de disciplina y estar más abandonado en otras. Lo difícil es mantener la rutina de excelencia no solo a lo largo de la temporada competitiva, sino prácticamente los 365 días, año tras año. Brady va a cumplir en 2023 46 años y Alonso 42 y tanto en el futbol americano como en el automovilismo, no hay precedentes cercanos de semejante longevidad competitiva, demostrando una forma excepcional.

El hecho que Juan Manuel Fangio ganara su último Mundial en 1957 a los 47 años de edad no es un precedente a tener en cuenta, porque en aquellos años lo de la preparación física era algo absolutamente secundario. A pesar de que el argentino fuera un deportista en toda su extensión, porque se cuidaba bastante practicando gimnasia, solamente dos décadas después, los pilotos se dieron cuenta hasta que punto era un factor esencial tener los cuerpos y la mente a punto.

Alain Prost fue el primer piloto en dedicar atención especial al entrenamiento físico y mental. Gracias a esa dedicación y disciplina, llegó a los 38 años en una excelente forma para ganar su cuarto y último mundial. Pero realmente, fue Michael Schumacher el que elevó nivel físico de los pilotos a hacerlo comparable al de los atletas de élite de cualquier deporte. A sus 43 años, no fue la forma física la que retiró al astro alemán, sino más bien los cambios en la competición a la vuelta de su retiro. Y en esas mismas está Alonso, cuya ventaja respecto al alemán, es que él ha vivido los cambios en la competición desde dentro. El regreso después de una ausencia de dos años ciertamente le pasó factura, pero realmente, a día de hoy, la única pelea que tiene es contra su propio cuerpo y su mente.

Una preparación a medida

Tom Brady junto a su preparador físico desde 2006 Alex Guerrero ha desarrollado un sistema propio de preparación física y mental denominado TB12, que el propio Guerrero explica así: "La idea es programar el cuerpo para que haga lo que queremos que haga, no lo que el cuerpo nos dicte". Sin la disciplina espartana de Brady, que reconoce, que todos los días empieza a las 6 de la mañana sus rutinas de ejercicios y sigue una nutrición muy específica, está claro que por mucho método brillante que haya, no hay nada que hacer. Pero el propio Brady admite que tampoco tiene tanto mérito, porque después de 20 años ya se ha acostumbrado a comer lo que come y hacer el ejercicio que hace. En Brady todo es más una rutina que en un sacrificio.

Algo parecido ocurre con Fernando Alonso como reconocía en una entrevista hace tiempo su preparador físico Fabrizio Borra: "Fernando hace deporte durante cinco o seis horas cada día. El problema es detenerlo, no seguirlo", destaca el preparador italiano, que alterna con Edoardo Bendinelli la preparación física del asturiano. Desde hace diez años, la preparación física fue cambiando, dando más importancia al trabajo cardiovascular a medida que iba alargando la duración del campeonato. "Es casi imposible mantener una forma óptima durante toda la temporada, -admite Borra- por lo que decidimos trabajar de tal manera que tuviera tres o cuatro picos desde un punto de vista físico y mental durante el año. La ventaja es que Fernando con un sistema muscular muy desarrollado, y con gran resistencia, reflejos y visión periférica fuera de lo común, así como una memoria increíble.

Este último aspecto mencionado por Borra, es una de las claves a las que a menudo no se le da demasiada importancia, como es el de ejercitar el cerebro. Guerrero, el preparador de Brady reconoce que no es fácil tener control sobre todo el aspecto emocional del deportista, pero subraya el importante factor que representa en la competición. Luego está el trabajo de ejercitar permanente el cerebro y Brady dedica todos los días al menos 15 minutos a un entrenamiento llamado ‘Ojo de Halcón’ de la empresa BrainHQ. Se trata de ejercicio de precisión visual, que ayuda al cerebro a percibir de forma precisa lo que se ve muy rápidamente y así poder recordarlo mejor.

El entrenamiento cerebral de Fernando Alonso persigue objetivos distintos, pero no menos exigentes. Quizá el secreto del asturiano radique en esas interminables conversaciones con sus ingenieros que le han hecho famoso. No hay quizá ningún piloto quizá tan obsesivo como él en volver una y otra vez a revisar cuestiones técnicas, en querer saberlo absolutamente todo. Esta fijación por repasar una y otra vez todos los detalles, quizá sea su secreto si atendemos a los que el prestigioso neurólogo Tej Tadi, dice al respecto de este tipo de forma de actuar: "El aprendizaje requiere tareas repetibles dirigidas a objetivos. Si se tiene un objetivo específico y se pueden combinar tareas repetibles, se consolidará la memoria en el cerebro y mejorará exponencialmente el proceso de ejecución".

Para Fernando Alonso, igual que para Tom Brady, el verdadero enemigo para mantener su nivel competitivo si las lesiones les respetan, está precisamente en el apartado mental. Mientras la pasión por competir permanezca intacta, parece que a ambos les queda margen para seguir engañando a la ciencia. No se sabe por cuanto tiempo, pero está claro que cuando hablamos de deportistas absolutamente excepcionales e irrepetibles, es difícil predecirlo.