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Aston Martin: una marca de prestigio pero que lo tiene todo por demostrar todavía en la Fórmula 1
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UN PROYECTO TOTALMENTE NUEVO

Aston Martin: una marca de prestigio pero que lo tiene todo por demostrar todavía en la Fórmula 1

Fernando Alonso expresó su orgullo por unirse al legendario constructor británico, que ha producido coches maravillosos pero sin éxito hasta la fecha en los monoplazas

Foto: El Fórmula 1 con el que debutó Aston Martin en 1959. (Aston Martin)
El Fórmula 1 con el que debutó Aston Martin en 1959. (Aston Martin)

Aunque el palmarés de Aston Martin en la Fórmula 1 sea bastante magro, no estamos hablando de una marca que solo ha producido coches bonitos y de grandes prestaciones. En el terreno deportivo, la compañía británica tiene una bonita historia, pero siempre en el campo de la resistencia, donde destaca una victoria absoluta en las 24 horas de Le Mans de 1959 y cinco victorias de clase en la categoría GT en los años 2007, 2008, 2014, 2017 y 2020. Aunque a priori, con su modelo Valkyrie diseñado por Adrian Newey tendría un potencial ganador absoluto de Le Mans con la reglamentación Hypercar, el foco promocional de la compañía ahora está en triunfar en la Fórmula 1.

Cuando Lawrence Stroll adquirió Aston Martin en 2020 de la práctica quiebra técnica, inmediatamente después adquirió el equipo Racing Point de Fórmula 1, que estaba en una situación menos dramática, pero con un futuro por delante no muy halagüeño. Al principio, no fueron pocos los que interpretaron este movimiento como un simple capricho del magnate canadiense para asegurar un volante a su hijo Lance, pero aunque algo hubiera de verdad en la historia, la ambición iba mucho más allá de este hecho. El objetivo era triunfar en la máxima especialidad del automovilismo para demostrar que la nueva Aston Martin puede mirar de tú a tú a los grandes colosos de la industria.

Es evidente que, a día de hoy, el poder de la Fórmula 1 como herramienta de marketing sobrepasa con mucho al de cualquier otra especialidad automovilística. También el coste para triunfar es estratosféricamente superior al de cualquier disciplina, pero hay un factor clave: el 'big money' de grandes patrocinadores como Aramco (la empresa petrolífera más grande del mundo) o Cognizant (un líder del sector tecnológico) solo se consigue en la Fórmula 1. La audacia y las dotes de persuasión de Stroll Sr. han funcionado, porque ahora hablamos de una de las estructuras mejor financiadas del campeonato.

Una nueva historia

La historia pasada de Aston Martin en sus múltiples vertientes en la Fórmula 1 no ha sido especialmente brillante, pero quizá valga la pena echar la vista atrás para darnos cuenta de hasta qué punto estamos hoy ante una marca y un proyecto que solo va a parecerse a lo anterior en el icónico color BRG (British Racing Green). La historia comenzó en 1957, en la época de mayor florecimiento de la marca británica como empresa, cuando el propietario de la firma David Brown, en su afán por competir de tú a tú con Ferrari en todos los frentes deportivos, ordenó la construcción de un monoplaza de F1, el modelo DBR4.

El proyecto fue un fracaso, porque aunque el coche nació bien, hubo que parar su desarrollo para no entorpecer el programa de las 24 horas de Le Mans, cuya victoria era la gran obsesión de la compañía. Al coche de la Fórmula 1 solo se le fue haciendo caso en ratos libres del personal técnico con la idea de echar toda la carne en el asador cuando se lograra el ansiado triunfo en Le Mans, hecho que ocurrió finalmente en 1959. El problema es que cuando se decidió ir a por todas con este coche, se quedó repentinamente obsoleto. En 1958, Cooper revolucionó para siempre el mundo de los monoplazas al vencer en un Gran Premio con un chasis con el motor en la parte trasera. La diferencia de este concepto en reparto de pesos, centro de gravedad, desgaste de los neumáticos, etc. era tal, que lo que hubiera sido un coche temible en 1957 y razonablemente competitivo para 1958, cuando debutó en 1959 estaba técnicamente desfasado. De nada servía, que fuera capaz de batir a los poderosos Ferrari o Maserati de la época. Había que volver a empezar de cero y ya no había dinero para ello.

placeholder Aston Martin, camino de su victoria en las 24 horas de Le Mans. (Aston Martin)
Aston Martin, camino de su victoria en las 24 horas de Le Mans. (Aston Martin)

La aventura Tickford

Muchos años después, allá por 1988, el otrora brillante equipo Lotus de Fórmula 1 inició su irremisible declive cuando perdió el motor oficial Honda en detrimento de McLaren. El único propulsor que logró encontrar el equipo británico fue el modesto motor Judd, que aunque ligero y eficiente, estaba cerca de 80 caballos de potencia por debajo del Honda. En un intento desesperado de paliar este déficit de potencia, Lotus recurrió a Tickford, que era una filial de Aston Martin, para que le diseñara una variante con cinco válvulas por cilindro. Sin embargo, la complejidad del diseño y su desarrollo lo hicieron inviable y ahí se quedó el sueño de Aston Martin de regresar a la élite de los monoplazas.

A finales de los ochenta, además, Tickford, como la propia Aston Martin, estaban sumidos en una profunda crisis que obligó a dar carpetazo a cualquier aventura relacionada con la competición hasta muchos años después. Solo cuando Prodrive, la empresa de David Richards, adquirió a comienzos de siglo precisamente Tickford, empezó a avanzar poco a poco la presencia de la marca británica en los circuitos. De hecho, todos los Aston Martin que han competido (y ganado) en Le Mans, en realidad estaban construidos en la sede de Prodrive en Banbury. Alentado por el éxito con los coches de GT, el propio David Richards presentó una candidatura a la FIA para lograr una plaza como nuevo equipo en el Mundial de Fórmula 1 bajo la marca Aston Martin, pero no fructificó.

Investindustrial, el fondo de inversión anterior propietario de Aston Martin, andaba con enormes dificultades para mantener la compañía a flote, por lo que toda la inversión dedicada a carreras de coches debía de ser en forma exclusiva de herramienta de marketing. Esa fue la razón por la que Red Bull, durante tres temporadas, llevó publicidad de la marca, pero no había ninguna participación tecnológica. De hecho, fue incluso al contrario, porque parte del acuerdo de patrocinio con Red Bull es que el poderío tecnológico del equipo de las bebidas energéticas fuera aprovechado en alguno de sus modelos para la calle y así nació el Valkyrie, el más extremo de cuantos coches matriculables que se hubieran hecho hasta la fecha.

placeholder Red Bull llevó publicidad de Aston Martin. (Reuters/Ahmed Jadallah)
Red Bull llevó publicidad de Aston Martin. (Reuters/Ahmed Jadallah)

Un penúltimo intento fracasado

Sin embargo, pocos recuerdan que algo antes, en 2015, Aston Martin estuvo a punto de regresar a la Fórmula 1 de forma oficial cuando se negoció cambiar el nombre de Force India por el de Aston Martin. Todo surgió por un peliagudo conflicto legal entre DIAGEO, la compañía británica de bebidas espirituosas, y Vijay Mallya, el empresario hindú propietario de Force India. Cuando incautaron a Mallya todas sus propiedades por un asunto de fraude y lavado de dinero por parte de las autoridades británicas e indias, a DIAGEO no le quedó otra que poner su marca Smirnoff en los coches del equipo como medio de recuperar algo del dinero invertido en los negocios de Mallya. Un daño reputacional terrible.

El equipo dejó de llamarse Force India y empezó a adquirir unos nombres raros y poco comerciales como Force Racing o Racing Point, que dificultaba enormemente la búsqueda de patrocinios. La solución llegó por renombrar el equipo como Aston Martin y que DIAGEO recuperara su inversión con presencia de su marca Johnnie Walker, (ahora sí) asociado a un nombre de prestigio. Sin embargo, Investindustrial no quiso meterse ya en más líos porque su único objetivo era ya poner el lazo a la compañía y que alguien como Lawrence Stroll la comprara. Por eso, el momento de la verdad para Aston Martin empieza ahora.

Aunque el palmarés de Aston Martin en la Fórmula 1 sea bastante magro, no estamos hablando de una marca que solo ha producido coches bonitos y de grandes prestaciones. En el terreno deportivo, la compañía británica tiene una bonita historia, pero siempre en el campo de la resistencia, donde destaca una victoria absoluta en las 24 horas de Le Mans de 1959 y cinco victorias de clase en la categoría GT en los años 2007, 2008, 2014, 2017 y 2020. Aunque a priori, con su modelo Valkyrie diseñado por Adrian Newey tendría un potencial ganador absoluto de Le Mans con la reglamentación Hypercar, el foco promocional de la compañía ahora está en triunfar en la Fórmula 1.

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