Las sospechas de Carlos Sainz y el botón rojo de Ferrari y Mercedes contra Red Bull

Ferrari o Mercedes tienen en sus manos la posibilidad de apretar un botón rojo que podría hacer daño en Red Bull. El episodio del Gran Premio de Brasil entre Max Verstappen y Sergio Perez ha abierto una vía por la que podrían entrar algunos de sus rivales. El equipo italiano sería el principal beneficiado en el supuesto improbable, pero posible, de que hurgase oficialmente en la actuación del mexicano en Mónaco y esta resultara tóxica para la escuadra austríaca.

En los instantes finales de la sesión clasificatoria del GP de Mónaco, Sergio Pérez sufrió un accidente en la curva de Portier. Sainz llegó a continuación y le embistió. En ese momento, Max Verstappen estaba situado por detrás del mexicano en la clasificación, quien ocupaba la tercera posición provisional. En aquella fase del campeonato Pérez estaba plantando cara y en ocasiones superando a su compañero. La sesión fue definitivamente interrumpida. En Interlagos surgió la sospecha, a raíz de la polémica por no ceder su posición el holandés al mexicano, que el accidente pudo ser provocado deliberadamente por este.

"Si alguien quiere investigar, estaríamos más que contentos. Una cosa quiero decir, de verdad: no tengo reparo ni temor de llevar a cabo una investigación y entrar en este tema si hay materia. No me voy a esconder". En Yas Marina, el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, ha dejado claro que la institución investigaría la maniobra. También reconoció que nadie ha solicitado dicha investigación, y tampoco se ha emprendido de oficio; si alguno de los rivales de Red Bull lo solicita, podría ser factible. El jueves, Carlos Sainz se refirió al tema con algunas revelaciones sorprendentes.

El conflicto interno de Red Bull en Interlagos abrió una inesperada caja de Pandora que el equipo austríaco ha intentado cerrar antes de la última carrera. El comunicado del equipo, las contundentes palabras de rechazo de Verstappen y la vehemente negativa de Checo Pérez parecían destinadas a cerrar fisuras. De abrirse una investigación no ayudaria a la imagen de un equipo que ya arrastra el daño reputacional por la sanción sobre el límite presupuestario superado en 2021. ¿Y si sus rivales quisieran echar más sal a la herida una vez acabada la temporada? Ya existen precedentes al respecto…

¿Mónaco o no?

El presidente de la FIA ha dejado la puerta abierta como ejemplo de la actitud de mejora que persigue para la gestión de su nuevo mandato, cuestionado en los últimos tiempos. El reglamento deportivo contiene varios artículos bajo los cuales podría subsumirse una hipotética manipulación por parte de Checo Pérez en los entrenamientos, como se ha insinuado desde el entorno de Verstappen y la prensa holandesa al terminar el Gran Premio de Brasil. En ese momento, el neerlandés negó su posición al mexicano insinuando un posible ajuste de cuentas sobre el pasado. Pérez habría impedido con su maniobra que le adelantara en los instantes finales de la sesión, con lo que el azteca salió delante en la carrera que luego ganó.

Verstappen no ha querido ampliar detalles este fin de semana sobre las razones para actuar como lo hizo, aunque algunas personas cercanas añadieron como justificación que el mexicano había admitido que su maniobra fue deliberada. Esta pista podría animar a algún rival para tirar del hilo y solicitar la revisión de la actuación de Pérez. Dos famosos incidentes del pasado iluminan el peligro al que podría enfrentarse Red Bull.

Renault, Schumacher, Rosberg, Leclerc...

Por un lado, la revisión del caso tiempo después de haberse producido. En 2010 la FIA actuó de oficio cuando Nelson Piquet padre desveló el pacto entre su hijo, el director deportivo Pat Symonds y Flavio Briatore, para que el piloto brasileño provocara un accidente durante el Gran Premio de Singapur de 2008 y así beneficiar a Fernando Alonso, que ganó la carrera. Piquet padre actuó en venganza por el despido de su hijo. Symonds y Briatore no volvieron a la Fórmula 1.

Otro episodio que marcó la imagen de Michael Schumacher fue el Gran Premio de Mónaco de 2006, cuando al salir de La Rascasse detuvo literalmente su monoplaza en la pista. Fernando Alonso y Mark Webber estaban mejorando los tiempos del alemán en el momento de su maniobra. En la rueda de prensa, se le preguntó por su actuación. Echó balones fuera. El español, a su lado, contestó cuando fue interpelado al respecto: "Tengo mi opinión, y no la diré aquí…". Sainz tocó el tema en similares términos este fin de semana, y de manera más directa.

A Schumacher se le preguntó si temía que Renault reclamara. "Conozco a Flavio lo suficiente", contestó el alemán. No hizo falta. Los comisarios le enviaron al fondo de la parrilla, en uno de los episodios más oscuros de su brillante trayectoria. Pero no han sido los únicos casos dudosos en Mónaco, escenario propicio para las sospechas. Como el accidente de Nico Rosberg con Lewis Hamilton en 2014, o el de Charles Leclerc con Sainz el pasado año. Quizá el español pensó en ello cuando habló al respecto el pasado jueves.

La carga de profundidad de Carlos Sainz

"Sin comentar si fue a propósito o no (el incidente de Checo, en el que Sainz fue el principal perjudicado al encontrarse el Red Bull cruzado en la pista), creo que es un hecho que todos los pilotos quieren algún tipo de regla sobre que, si provocas una bandera roja o una bandera amarilla, si es intencional o no, debería hacerse algo con ese piloto. Porque se ha comprometido a los otros nueve a propósito, o quizás no", señaló el español. "Deberías recibir una sanción. De lo contrario, todos vamos a empezar a jugar con ello". Luego, lanzó sutilmente una carga de profundidad: "He visto durante los últimos años a muchos jugando con ello, más de lo que podríais pensar o los medios han recogido".

Sainz añadió un particular matiz: "Creo que los 20 pilotos, cuando analizamos este tipo de incidentes, sabemos inmediatamente si el piloto lo ha hecho a propósito o no, porque no somos estúpidos". ¿Pensaba el español en Leclerc y Mónaco 2021, cuando Ferrari contaba con el monoplaza más rápido? Sainz mejoró sus tiempos en la última vuelta, a diferencia del monegasco, cuando este se estrelló en el último sector del circuito. Al madrileño se le insistió a que ampliara el tema: "Podría salir a cenar y a unas copas con vosotros (a los periodistas) y sin un micrófono os lo diría", remató en tono de broma. Con el incidente de George Russell en Brasil y la salida a flote del de Pérez en Mónaco, Carlos aprovechó para sugerir que quien provoca el incidente no debería beneficiarse del mismo. "O bien se cancelan las vueltas, o se ponen tres o cinco puestos de parrilla si provocas una bandera amarilla o roja en unos clasificatorios. Esto significa que los incentivos desaparecen inmediatamente".

Después de las palabras de Ben Sulayen en Yas Marina, quizá Christian Horner y Helmut Marko estén conteniendo la respiración. En la Fórmula 1, todos tienen alguna vendetta pendiente. Precisamente este año, Red Bull puede ser pieza de caza para algunos.