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La 'no marcha' de Mattia Binotto: cuando Ferrari tiene un problema político y no técnico
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RUMORES DE SUSTITUCIÓN

La 'no marcha' de Mattia Binotto: cuando Ferrari tiene un problema político y no técnico

La escudería italiana estuvo en boca de todos por la supuesta marcha de su 'jefe' el próximo enero, coincidiendo con un cambio de rumbo en el paddock. Ferrari lo desmintió

Foto: La relación entre Mattia Binotto y Charles Leclerc se ha ido deteriorando (F1)
La relación entre Mattia Binotto y Charles Leclerc se ha ido deteriorando (F1)

Ferrari no sería Ferrari, si no fuera una fuente constante de rumores acerca de fichajes y despidos. Se debe en parte a la idiosincrasia italiana y a lo que se magnifica siempre todo lo que acontece en la Scuderia. Desde los idus de marzo de Julio César, las conspiraciones para derrocar a un líder forman parte de la cultura de la península itálica, tanto como el lambrusco y el expreso. Y si hay un líder en Italia que está siempre en el disparadero, ese es el de Ferrari. "

Pero no solo en Italia se produce este ambiente excesivo, donde se hace una montaña del guijarro más insignificante. Piensen, por ejemplo, lo que estaríamos hablando en estos momentos sea todos los errores estratégicos y escándalos que han salpicado a Red Bull durante el fin de semana del gran premio de Brasil, los hubiera cometido Ferrari. Sin embargo, a pesar de la gravedad de los hechos, es difícil encontrar comentarios en los que se pida la cabeza de Christian Horner o de Helmut Marko. El doble rasero con el que se jugará cualquier cosa del equipo italiano debe asumirlo cualquiera que vaya a trabajar allí y Mattia Binotto lo sabe mejor que nadie.

placeholder Carlos Sainz ha tenido siempre en Mattia Binotto un gran valedor. (Reuters/Hamad I Mohammed)
Carlos Sainz ha tenido siempre en Mattia Binotto un gran valedor. (Reuters/Hamad I Mohammed)

Un bombazo inesperado

Ayer martes saltó como una bomba la noticia de que Binotto iba a ser sustituido por Frederic Vasseur al frente de Ferrari. No es ninguna novedad una información de este tipo, pero el hecho que primero el periodista Leo Turrini y posteriormente ‘La Gazzeta dello Sport’ lo dieran por hecho, cambiaba bastante la película. Hablamos de las dos fuentes, habitualmente más informadas, de todo aquello que acontece en el mundo del ‘Cavallino’. Sin embargo, apenas horas después de que la noticia corriera como la pólvora por el mundo entero, Ferrari desmentía los rumores con una contundencia no antes vista. De entrada, en la escuadra transalpina nunca comentan sobre rumores y de hacerlo, no emplean tanta claridad como la empleada al decir ‘rumores totalmente infundados’.

Esto nos lleva a concluir, que hay un sector dentro del equipo o de la propia empresa decidido a cargarse a Binotto, mientras que hay un núcleo duro ‘oficialista’ por llamarlo de alguna forma, que es el que está detrás del comunicado. Cabe una segunda derivada que todos los rumores sean ciertos y que el comunicado sea una orden directa de Binotto al actual director de comunicación, como un acto a la desesperada para conservar su silla. Sin embargo, si en toda esta historia la cosa va tan lejos como para nombrar incluso a Frederic Vasseur como sucesor, es que está claro que como en la Roma de hace veinte siglos, por Italia se mueve un Catilina conjurando contra el poder apoyado por la plebe.

El pueblo de antaño, que hoy día podría equipararse a los ‘tifosi’, es lógico que ande disgustado. De comenzar un campeonato con opciones al triunfo, a terminar pidiendo la hora para no verse superados por Mercedes en el subcampeonato. Se entiende que pidan la cabeza del principal responsable. Pero un análisis sosegado invita a preguntarse si esta es la mejor solución para que la ‘Scuderia’ reverdezca unos laureles que se le resisten desde 2007. Porque a priori el problema de Ferrari no es tanto técnico, (la fortaleza de Binotto) sino político y operacional (su debilidad). La pérdida de peso específico de Ferrari en los poderes fácticos de la Fórmula 1 es un hecho y que su voz haya perdido fuerza, podría explicar mucho más su declive competitivo esta temporada que su competencia técnica.

Pérdida de peso político

Toda la cuestión de los topes presupuestarios apesta a política de la mala. No hay más que ver la sanción recibida por Red Bull por sobrepasar los límites, que es de todo menos ejemplarizante. Si en un entorno como el actual, resultaba ya poco creíble el salto de competitividad de Red Bull respecto a Ferrari hacia mitad de temporada, qué decir de la remontada de Mercedes, que ha pasado de luchar por no quedar en el fondo de la parrilla, a conseguir el pasado fin de semana una victoria contundente. No se trata de restar mérito a los ingenieros del equipo alemán. Durante muchos años han demostrado tener el liderazgo técnico, pero por muy inteligentes que sean, ningún equipo es capaz de hacer una evolución de tal calibre a menos que se gasten cantidades ingentes de dinero. Resumiendo: Todos hacen trampa y quizá Ferrari se ha atrevido menos que sus rivales.

Es un hecho que Mattia Binotto ha venido alertando desde casi el comienzo de la temporada del incomprensible volumen de gasto de sus rivales, pero sus lamentos se han quedado simplemente en sospechas y material de debate para las redes sociales. Es fácil imaginar que una Ferrari con el poder de antaño, no se la tendría que envainar como tiene que hacerlo hoy día, cuando se da cuenta de que hay voces más poderosas que la suya en el ‘club de las pirañas’. Los del Cavallino siguen siendo influyentes, no cabe duda, pero hoy día palidecen ante el poderío de Red Bull, que pone cuatro coches en la parrilla (los suyos más los de Alpha Tauri) y es de lejos el patrocinador más importante de la competición. De Mercedes puede decirse algo similar, porque hablamos de un gigante de la industria de automoción infinitamente más poderoso que Ferrari, que va por libre y el apoyo que podría recibir de FIAT cada vez menos relevante.

Nunca se entendió muy bien cuando en 2018 se puso al frente del equipo a un técnico como Binotto, en lugar de un gestor con mucha ‘mala leche’ en la batalla política, al estilo de lo que era en su momento Jean Todt. Esa persona podría haber sido Maurizio Arrivabene, aunque para que hubiera funcionado tendría que haber dado autonomía y plenos poderes en la parte técnica y deportiva a Binotto. Pero su carácter de ‘primadonna’ lo hacía imposible. Al llevar a la jefatura de Ferrari al punto de no retorno de ‘o él o yo’ , Arrivabene salió perdiendo y por buena intención que le ponga hoy día Laurent Mekkies como director deportivo, se necesita de alguien cuyos puñetazos en la mesa se hagan sentir de verdad.

La pregunta es: ¿Por qué surge el nombre de Frederic Vasseur? El francés es un gestor competente que ha demostrado su buen hacer en su época de ART Grand Prix en la Fórmula 2, en Renault o Sauber, pero por qué él y no un hombre de la casa como Antonello Colletta, que sí que tiene el perfil natural para ocupar el puesto de Mattia Binotto. Quizá no sea casual el hecho de que Vasseur es socio de toda la vida de Nicholas Todt, ‘casualmente’ manager de Charles Leclerc, ‘casualmente’ el piloto del equipo que está más enfrentado a Binotto. Las casualidades no existen y aunque esto no quiere decir que Leclerc sea el conspirador Catilina de esta revuelta, tampoco hay que ser muy avispado para darse cuenta de que Vasseur sería el jefe de equipo soñado por el monegasco. El problema es que como sea cierto, cuidado con Binotto, que aunque es suizo, tiene los genes italianos necesarios para entender la palabra ‘vendetta’ en toda su dimensión.

Ferrari no sería Ferrari, si no fuera una fuente constante de rumores acerca de fichajes y despidos. Se debe en parte a la idiosincrasia italiana y a lo que se magnifica siempre todo lo que acontece en la Scuderia. Desde los idus de marzo de Julio César, las conspiraciones para derrocar a un líder forman parte de la cultura de la península itálica, tanto como el lambrusco y el expreso. Y si hay un líder en Italia que está siempre en el disparadero, ese es el de Ferrari. "

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