Así es Felipe Drugovich, el nuevo escudero de Fernando Alonso en Aston Martin para 2023

Es un cruel sarcasmo que se diga que en la Fórmula 1 están los veinte mejores pilotos del mundo. Aunque suene muy bonito como argumento comercial, está claro que no es así. Es cierto que todos los componentes de la actual parrilla son muy buenos pilotos, porque de no serlo, jamás habrían logrado la superlicencia. Pero es igual de cierto que no están los mejores. O al menos los que el papel y los resultados en pista dicen que son los mejores. Con Felipe Drugovich, (Maringá, Brasil 23 de mayo de 2000) se reproduce una mala costumbre donde el ganador del campeonato antesala de la Fórmula 1, la Fórmula 2, no promociona y ve como su puesto queda ocupado por otros pilotos que en el pasado han quedado por detrás de él.

Le pasó hace tres años a Nick de Vries con Nicholas Latifi, le pasó la temporada pasada a Oscar Piastri con Guanyu Zhou y probablemente le ocurrirá al brasileño en 2023 si Colton Herta encuentra asiento en la categoría, como parece que va a ocurrir. Para añadir sal a la herida, Drugovich ha sido 'fichado' por Aston Martin previo pago de siete millones de euros por parte de la familia del brasileño.

El 'pecado' de Felipe parece ser haber ganado el campeonato al tercer intento y proceder de una familia adinerada de Brasil. En un mundo lleno de prejuicios como es el paddock de la Fórmula 1, se ignora a menudo el hecho de lo que influye estar en el equipo adecuado en las categorías inferiores y que venir de una familia rica, no tiene que ser sinónimo de ser un 'blandito' o acomodado. El dinero ayuda desde luego, pero luego hay que ganar campeonatos como la Fórmula 4 o el Euroformula Open como hizo él y, por supuesto, vencer en la prueba definitiva que se supone que es la Fórmula 2.

Un merecido campeón

Solamente el tiempo dirá si Drugovich tiene madera suficiente para asentarse en la Fórmula 1 o, si por el contrario, pasará sin pena ni gloria como otros compatriotas suyos como Felipe Nasr o Bruno Senna. Lo que parece obvio, es que no puedes tener un sistema reglamentado para obtener la superlicencia y que luego, el piloto que más méritos ha hecho para obtenerla, dependa del dinero familiar no ya para correr, sino para tener un puesto de probador. En el comunicado, Aston Martin dice que han fichado al "primer miembro de su programa de desarrollo de pilotos". Te tienes que reír del eufemismo, si no fuera tan cruelmente insultante la situación.

Ayrton Senna venía de una familia brasileña muy rica, pero rápidamente dejó claro que aparte de su evidente talento, tenía una determinación y un hambre de victoria que despejaba cualquier duda acerca de la seriedad de sus planteamientos a nivel profesional. El problema es que ahora a Drugovich, como a la mayoría de chavales brasileños que vinieron a Europa durante la pasada década, ya directamente no les dan crédito. El problema de fondo que ha fomentado esta situación es que la mayoría de los pilotos emigrados de Brasil eran básicamente niños adinerados de desigual talento a los que les divertían las carreras, pero que su presencia en el continente a menudo debía más a una cuestión de seguridad personal, que a ambiciones deportivas.

Igual que en la era post Senna, a todos los 'team managers' de los años 80-90 se les ponían corazoncitos en los ojos cuando veían competir en la Fórmula 3 británica a los Gugelmin, Sandro-Sala, Castro-Neves, Gil de Ferrán, etc., ahora todo es al revés. En la actualidad, hay un estigma que va a costar mucho cambiar y es que cada vez que se menciona a un brasileño como candidato a un volante únicamente se sabe decir ‘show me the money’, sin tomarse la molestia de estudiar si detrás de ese piloto hay talento o no. Una tragedia para un país que ha aportado campeones como Fittipaldi, Piquet o Senna, pero también otros grandes competidores como Pace, Barrichello o Massa solamente por circunscribirse a la Fórmula 1.

Niños en lugar de adultos

La absurda precocidad que se ha instalado en la competición automovilística, donde parece que todo aquel piloto que no haya debutado antes de los 20 años en la Fórmula 1 ya es un 'viejo', ha perjudicado de forma especial a la otrora prolífica cantera brasileña. Baste decir, como ejemplo, que Ayrton Senna debutó con veinticuatro años en la máxima categoría y vino a Europa a competir en karting con los 18 años ya cumplidos. Esta circunstancia, favorecía en aquella época que los campeonatos locales hicieran de filtro y que a Europa solamente llegaran hombres curtidos y de talento probado. El eurocentrismo fomentado por la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) provoca la llegada niños de apenas 11 o 12 años que llegan fundamentalmente al karting Italiano, sin saber si tienen el talento o la actitud necesaria para destacar.

Cuando aún no te has formado como persona es demasiada exigencia y dureza meter a chavales en la alta competición internacional, lejos de casa y sin una familia a tu lado poniéndote disciplina. Por eso no hay que subestimar el mérito de Drugovich, porque a pesar de esa evidente desventaja respecto a los pilotos europeos, ha conseguido su superlicencia por puro mérito. Habrá quien diga que el nivel de la Fórmula 2 este año no era muy alto y que la victoria del brasileño se debe más a la experiencia que al talento. Solo lo sabremos cuando le veamos correr una temporada completa para poder juzgarle, pero de momento ahí están sus resultados.

En 2007, en el campeonato de las World Series, (en ese momento la verdadera antesala de la Fórmula 1), un piloto madrileño llamado Alejandro Núñez, venció en la carrera de Hungría derrotando a un tal Sebastian Vettel que en ese momento lideraba el campeonato. Es evidente que el tiempo nos ha demostrado que uno tenía más talento que otro, pero sirva el ejemplo, para darse cuenta de lo arriesgado de juzgar prematuramente. Todos los pilotos que ganan en categorías inferiores de nivel probado son gente que claramente dan la talla, pero solamente cuando llegan a la cumbre sabemos la medida real de la calidad de su pilotaje. La ventaja para Drugovich es que el año que viene tendrá en Aston Martin a Fernando Alonso como el principal referente para aprender. Difícilmente podría haber caído en mejor sitio para tener un objetivo con el que medirse.