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Carlos Sainz en Países Bajos, o esos días en los que es mejor no salir de la cama
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Una actuación decepcionante

Carlos Sainz en Países Bajos, o esos días en los que es mejor no salir de la cama

El piloto español y Ferrari tuvieron una carrera desastrosa. Sin ritmo, sin acierto en la estrategia y con malas paradas en boxes... Todo lo susceptible de empeorar lo hizo

Foto: El momento en que Sainz se quedó sin podio. (EFE/Christian Bruna)
El momento en que Sainz se quedó sin podio. (EFE/Christian Bruna)
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Ferrari dio todos los argumentos que sus detractores necesitaban para que la lluvia de palos que últimamente cae a los de Maranello por su incompetencia esté plenamente justificada. Sin embargo, no solamente los errores del equipo explican la desastrosa carrera vivida por Carlos Sainz, porque ni fue tampoco el día más inspirado del propio piloto ni los acontecimientos jugaron alguna vez a su favor. Como explicaba frustrado el piloto madrileño al término de la carrera. "Todo lo que podía salir mal, salió".

Realmente todo no. Porque podría haber sido aún peor. Si el octavo puesto supo a muy poco cuando se pensaba incluso en una posible victoria, Carlos escapó por los pelos de una sanción por adelantamiento con bandera amarilla. Los comisarios comprobaron cómo por milímetros superó de forma reglamentaria a Esteban Ocon en el momento que Valtteri Bottas dejó aparcado su coche en un lateral de la recta. No era nada para celebrar, sino simplemente la única de todas las calamidades que hubo en carrera que no le afectó. Vayamos una por una a analizar todas las causas del desastre.

placeholder Otro día en la oficina para Ferrari. (Reuters/Piroschka Van De Wouw)
Otro día en la oficina para Ferrari. (Reuters/Piroschka Van De Wouw)

Falta de ritmo. Esta es la primera y más importante de todas. Cuando el coche es el más rápido o como mínimo igual de rápido que el mejor, las posibilidades de que las estrategias salgan bien obviamente aumentan. A Ferrari las cosas, entre otros problemas, le salen últimamente muy mal porque entran dudas, precipitaciones o necesitan hacer cosas raras para paliar la desventaja respecto a Red Bull y últimamente también respecto a Mercedes. A una vuelta, los coches rojos todavía son capaces de dar algún destello, pero a lo largo de la distancia de un Gran Premio su competitividad se ha desvanecido de forma dramática desde la carrera de Hungría.

Algunos achacaron entonces la superioridad de Red Bull, a un cambio súbito de temperaturas de viernes a domingo, luego que si Spa-Francorchamps era un circuito hecho a la medida de Max Verstappen y su coche, pero llegamos a Zandvoort... y la tónica se mantiene. Es hora de afrontar la realidad: Ferrari ha perdido el tren del mundial por no haber sabido evolucionar su coche al ritmo de sus rivales. Únicamente hay que ver dónde estaba Mercedes en Baréin respecto a Ferrari y dónde está ahora para darse cuenta de que lo que era un gran coche diseñado por David Sánchez, se ha quedado parado en el tiempo.

Pero peor es que aún no sean capaces de hacer una lectura rápida de lo que está sucediendo en carrera y sobre la marcha readaptar su estrategia inicial. Por ejemplo, tuvieron la oportunidad de poner a Sainz neumáticos duros después de una primera parada muy temprana y no lo hicieron. Habría sido teóricamente la única forma, en primer lugar, de 'contraprogramar' a Lewis Hamilton, que iba muy cómodo con ruedas medias y, por otro lado, Fernando Alonso llevaba ya unas vueltas demostrando que el neumático duro funcionaba de maravilla. Todo un muro de boxes y todo un equipo de estrategas trabajando en remoto desde Maranello, para no darse cuenta de lo que está viendo todo el mundo en el 'vuelta a vuelta' resulta bastante inexplicable.

Muchos, demasiados errores

Errores imperdonables en boxes. El hecho que a la afición española le entren sudores fríos cada vez que entra Carlos Sainz en boxes a cambiar neumáticos, es sintomático de que Ferrari tiene una media de errores en este apartado muy por encima de lo aceptable. No conviene caer en las teorías conspirativas de que estos fallos suceden con mucha más frecuencia con Sainz que con Leclerc, porque a fin de cuentas sería entrar la misma espiral de aquellos que creen que las estrategias del equipo siempre han sido más erróneas con el monegasco que con el madrileño. La realidad es que el error cometido en la primera parada, es el enésimo en este apartado y obliga a una revisión seria de este proceso por parte de Ferrari. No es excusa que, cuando el muro decidió que Carlos entrara, los mecánicos no estuvieran preparados. Es una simple cuestión de procesos. Inexistentes en cuanto a preparación y comunicación por lo que pudimos comprobar.

Estrategias dudosas. Ya hemos hablado en otras ocasiones a lo largo de la temporada del miedo que aparentemente tiene Ferrari a la hora de tomar decisiones arriesgadas en el apartado estratégico. Rara es la vez que intentan hacer algo diferente a sus rivales y el Gran Premio de Holanda no fue una excepción. Si se arriesgó Mercedes en calzar neumáticos medios, para hacer algo diferente a los Red Bull, ¿por qué los italianos no trataron de hacer algo parecido, teniendo a los coches alemanes por detrás como los tenían en la parrilla de salida?.

placeholder La nefasta primera parada en boxes de Sainz ejemplifica un fin de semana para olvidar. (EFE/Christian Bruna)
La nefasta primera parada en boxes de Sainz ejemplifica un fin de semana para olvidar. (EFE/Christian Bruna)

Sin buenas sensaciones

Un mal día de Carlos. Tampoco el piloto español tuvo una actuación particularmente brillante. Cuando observábamos al principio de carrera que Sainz no era capaz de seguir el ritmo de Leclerc, lo natural era pensar que el ritmo más lento se debía a la intención de estirar lo más posible el chicle de los neumáticos de compuesto medio. Sin embargo, contra todo pronóstico, el madrileño entró a cambiar neumáticos antes que su compañero. Su ritmo tampoco fue mejor que el de Leclerc con los neumáticos medios, ni tampoco vimos el Carlos sólido en el vuelta a vuelta de otras ocasiones. Leclerc dio muestras en Zandvoort de saber exprimir mejor el Ferrari que él.

placeholder Mal día para el madrileño. (Reuters/Piroschka Van De Wouw)
Mal día para el madrileño. (Reuters/Piroschka Van De Wouw)

La mala suerte. Realmente no es correcto llamarlo mala suerte, sino más bien ese tipo de circunstancias de carrera que a veces te favorecen y otras como ocurrió aquí te perjudican. No cometió un error clamoroso Ferrari, ni realizó una imprudencia Carlos en la salida de boxes, por la que recibió la penalización que le mandó del quinto al octavo puesto final. Al tener que pasar todos los coches por la línea de boxes, por estar ocupada la recta principal con los vehículos de extracción del coche de Bottas, coincidió con la aparición inesperada de Fernando Alonso, que efectivamente se vio frenado por la salida de Carlos. Un lance de carrera que, sin embargo, fue la puntilla a una jornada aciaga.

Es posible, que el ritmo de Carlos se resintiera por el toque que tuvo con Lewis Hamilton en la salida, es posible que cada problema que surgió se cebara de forma especial con el español. Y seguro que es difícil también que de los muchos avatares que hubo en carrera siempre te perjudicaran y nunca te favorecieran. Muchas lecciones para aprender para Monza sin duda, pero también esa sensación de que hay días que es mejor no salir de la cama.

Ferrari dio todos los argumentos que sus detractores necesitaban para que la lluvia de palos que últimamente cae a los de Maranello por su incompetencia esté plenamente justificada. Sin embargo, no solamente los errores del equipo explican la desastrosa carrera vivida por Carlos Sainz, porque ni fue tampoco el día más inspirado del propio piloto ni los acontecimientos jugaron alguna vez a su favor. Como explicaba frustrado el piloto madrileño al término de la carrera. "Todo lo que podía salir mal, salió".

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